Biden gasta rápidamente los fondos climáticos de 120.000 millones, mientras Trump promete cancelarlos
La administración Biden ha gastado el 70% de los fondos climáticos de la Ley de Reducción de la Inflación antes de que Trump, quien prometió cancelarlos, pueda interferir.
La administración de Joe Biden ha acelerado el gasto de los fondos climáticos de la Ley de Reducción de la Inflación, con el 70% ya asignado, mientras el expresidente Donald Trump promete cancelar el dinero no gastado si gana las elecciones de noviembre. Sin embargo, los funcionarios de Biden aseguran que congelar los fondos restantes sería un reto legal, ya que la ley protege el uso de estos recursos destinados a energías limpias y proyectos de descarbonización.
Aceleración del gasto climático bajo la Ley de Reducción de la Inflación
El gobierno de Joe Biden ha avanzado rápidamente en la asignación de fondos destinados a proyectos climáticos y de energía limpia bajo la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de 2022. Según funcionarios de la administración, se han otorgado alrededor de 90.000 millones de dólares en subvenciones climáticas, lo que representa el 70% de los aproximadamente 120.000 millones disponibles hasta 2025. Esta estrategia busca garantizar que la mayor parte del dinero esté comprometida antes de que un posible cambio de liderazgo tras las elecciones presidenciales de noviembre de 2024 pueda poner en riesgo los proyectos.
El expresidente Donald Trump, quien compite en las elecciones contra la vicepresidenta Kamala Harris, ha prometido cancelar los fondos no gastados si regresa a la Casa Blanca. Trump ha llamado al cambio climático un «engaño» y en un reciente discurso económico reiteró su intención de rescindir los fondos de la IRA que aún no se hayan utilizado. Sin embargo, los funcionarios de Biden aseguran que la mayoría del dinero ya estará comprometido antes de que un nuevo presidente asuma el cargo en enero de 2025, complicando cualquier intento de revertir estas medidas.
Protecciones legales y el impacto en la industria
Los esfuerzos de Trump por revertir los fondos climáticos también enfrentarían importantes barreras legales. La Ley de Control de Impugnaciones de 1974, promulgada tras los intentos del expresidente Richard Nixon de retener fondos federales, limita la capacidad de los presidentes para congelar o redirigir el dinero aprobado por el Congreso. Según la profesora de derecho Gillian Metzger, esta ley «realmente restringe la autoridad de los presidentes para hacerlo», lo que podría dificultar a Trump detener los proyectos climáticos en marcha.
Mientras tanto, los sectores beneficiados por la IRA han mostrado su apoyo al rápido gasto de los fondos. La ley ha impulsado inversiones masivas en energía solar, eólica y vehículos eléctricos, creando nuevas oportunidades para las industrias que buscan descarbonizarse. La Agencia de Protección Ambiental y el Departamento de Energía ya han comprometido casi todo su presupuesto relacionado con la IRA, mientras que el Departamento del Tesoro ha avanzado en las reglas para utilizar los créditos fiscales climáticos disponibles.
Oposición interna dentro del Partido Republicano
A pesar de las amenazas de Trump de anular los fondos de la IRA, no todos los republicanos están de acuerdo con este enfoque. Aunque el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha señalado que si los republicanos toman el control del Congreso buscarán eliminar la ley en sus primeros 100 días, un grupo de 18 republicanos en la Cámara ha pedido que no se frene la ley debido a los beneficios económicos que ha traído a sus distritos. Estos legisladores ven en las inversiones climáticas una oportunidad para impulsar el desarrollo económico y la creación de empleos en sus regiones.
El futuro de la IRA y su impacto en la lucha contra el cambio climático dependerá en gran medida de los resultados de las elecciones y de la composición del próximo Congreso. Aunque Trump ha prometido revertir la ley, los fondos ya comprometidos y las protecciones legales dificultarán su capacidad para frenar el avance de los proyectos climáticos impulsados por Biden.
El impacto de los fondos climáticos en la economía estadounidense
La rápida asignación de los fondos climáticos por parte de la administración Biden ha tenido un impacto positivo en la economía de EE. UU., especialmente en sectores clave como las energías renovables y la manufactura de tecnologías limpias. La Ley de Reducción de la Inflación no solo busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también asegurar que la transición hacia una economía verde beneficie a trabajadores y empresas estadounidenses. Las subvenciones y créditos fiscales otorgados bajo la ley han incentivado la expansión de proyectos solares, eólicos y de vehículos eléctricos en todo el país, creando miles de empleos y atrayendo inversiones en infraestructuras verdes.
El Departamento de Energía y la Agencia de Protección Ambiental han sido dos de los principales actores en la distribución de los fondos de la IRA, comprometiendo la mayor parte de su presupuesto relacionado con la ley. Estos proyectos no solo buscan reducir las emisiones de carbono, sino que también pretenden mejorar la competitividad de EE. UU. en la carrera global por liderar la transición energética.
El Departamento del Tesoro, por su parte, ha avanzado en la implementación de reglas para los créditos fiscales relacionados con la energía limpia, facilitando la inversión en proyectos que generen beneficios a largo plazo para la economía y el medioambiente.
Futuro incierto para la política climática de EE. UU.
El futuro de la política climática estadounidense se encuentra en un punto crucial. Si Trump llega a la Casa Blanca y los republicanos toman el control del Congreso, podrían intentar modificar o reducir el alcance de la Ley de Reducción de la Inflación. Sin embargo, la ley ya ha comenzado a transformar el panorama energético de EE. UU., impulsando una transición hacia fuentes más limpias y reduciendo la dependencia de combustibles fósiles. Las inversiones en infraestructura energética y las subvenciones a proyectos de energía renovable han sentado las bases para una transición energética que será difícil de revertir completamente.
El resultado de las elecciones de noviembre definirá el curso de las políticas climáticas en los próximos años. La rápida implementación de los fondos por parte de la administración Biden puede garantizar que una parte significativa de los proyectos continúe, independientemente del resultado electoral. Sin embargo, el destino de futuras iniciativas climáticas y de la ampliación de estos fondos dependerá de la capacidad del próximo gobierno y Congreso para alinearse con los objetivos climáticos que ya están en marcha.
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