¿Adiós a Tiktok? Australia blinda a sus menores y prohibe las redes sociales antes de los 16

Alberto Noriega     2 diciembre 2024     4 min.
¿Adiós a Tiktok? Australia blinda a sus menores y prohibe las redes sociales antes de los 16

Australia prohíbe el uso de redes sociales para menores de 16 años, imponiendo sanciones históricas y priorizando la seguridad digital juvenil.

Australia ha aprobado una ley sin precedentes que prohíbe el uso de redes sociales a menores de 16 años,un movimiento respaldado por el 77% de la población. La legislación, aprobada con apoyo bipartidista en el Parlamento, incluye sanciones millonarias para las empresas que incumplan. Mientras los servicios educativos y de salud quedan exentos, la medida genera debates por su impacto en privacidad y viabilidad técnica. Este cambio refleja una creciente preocupación global por el impacto de las redes sociales en los jóvenes.

Sanciones récord para proteger a los jóvenes

El gobierno australiano ha lanzado una de las legislaciones más estrictas del mundo para restringir el acceso de menores de 16 años a redes sociales como TikTok, Instagram y Facebook. La norma establece multas de hasta 50 millones de dólares australianos (33 millones de dólares estadounidenses) para las empresas que no logren impedir que los menores creen cuentas. Sin embargo, los jóvenes y sus familias no enfrentarán sanciones directas por incumplir las reglas, enfocando la responsabilidad en las plataformas tecnológicas.

Según encuestas recientes, el 77% de los australianos respalda esta medida, y el 87% exige sanciones más severas para las empresas que incumplan. Esta regulación recibió un apoyo aplastante en el Parlamento, donde fue aprobada por 102 votos a favor y solo 13 en contra. Anthony Albanese, Primer Ministro de Australia, aseguró que esta legislación podría convertirse en un modelo internacional, atrayendo la atención de líderes de Estados Unidos y Europa.

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Desafíos técnicos y privacidad

La implementación de la ley plantea importantes retos técnicos, ya que las empresas deberán adoptar métodos de verificación de edad sin recopilar información sensible, como identificaciones gubernamentales. Para ello, el gobierno ha iniciado una Prueba de Tecnología de Verificación de Edad, cuyo objetivo es encontrar soluciones efectivas para mediados de 2025.

Además, las plataformas educativas y de salud, como Google Classroom y Headspace, están exentas de estas restricciones, lo que garantiza el acceso a recursos digitales esenciales. No obstante, empresas como Meta han señalado que los métodos para cumplir con estas normas podrían comprometer la privacidad de los usuarios.

División entre expertos y activistas

La prohibición ha recibido fuertes críticas de expertos en salud mental y defensores de los derechos de los jóvenes. Grupos de bienestar infantil argumentan que una desconexión forzada podría aumentar el aislamiento social, especialmente en comunidades regionales y entre jóvenes LGBTQI. Además, algunos especialistas aseguran que educar en alfabetización digital y regular a las empresas sería una solución más sostenible.

Por otro lado, la ley ha sido calificada como apresurada por organismos independientes, que cuestionan la amplitud de la definición de «redes sociales». Esta podría incluir plataformas secundarias, dando al Ministro de Comunicaciones un poder amplio para ampliar las restricciones.

Un cambio global en la regulación digital

Aunque se enfrenta a desafíos significativos, esta legislación australiana es una respuesta a crecientes estudios que vinculan el uso excesivo de redes sociales con problemas de salud mental en jóvenes. En comparación, países como Francia y Estados Unidos han optado por medidas menos restrictivas, enfocándose en la educación y la supervisión parental.

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El rol de las empresas tecnológicas

La normativa también ejerce una fuerte presión sobre empresas tecnológicas, que deben encontrar métodos efectivos para verificar la edad de los usuarios sin comprometer la privacidad. Meta, Snap y ByteDance han cuestionado la viabilidad técnica de estas medidas, señalando que los sistemas actuales de verificación pueden ser fácilmente eludidos por los menores.

Además, el período de adaptación de 12 meses parece breve para implementar tecnologías avanzadas como inteligencia artificial o sistemas biométricos, lo que podría derivar en sanciones significativas para las empresas. La reacción de estas plataformas será clave para determinar si esta ley se convierte en un modelo replicable o en un caso aislado de regulación fallida.

¿La desconexión como solución?

La decisión de Australia podría marcar un antes y un después en la regulación digital, pero plantea preguntas cruciales sobre el equilibrio entre protección y derechos individuales. Si bien la desconexión protege contra ciertos riesgos, como el ciberacoso y la exposición a contenido nocivo, también podría limitar el acceso a redes de apoyo que son vitales para muchos jóvenes, especialmente en comunidades marginadas.

A futuro, sería esencial complementar estas medidas con políticas de alfabetización digital y enfoques flexibles que se adapten a los avances tecnológicos. La regulación de redes sociales no solo debe enfocarse en restringir, sino también en empoderar a los jóvenes para navegar de forma segura el mundo digital, transformando las plataformas en herramientas de desarrollo, en lugar de fuentes de riesgo.

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