La aerodinámica de los modelos Audi e-tron, pieza clave en el puzzle

Desde hace décadas, la ingeniería en fluidos ha demostrado que la aerodinámica es casi tan importante como la ingeniería mecánica de un coche, la maximización de la eficiencia en el flujo a través del aire junto con la extración del máximo potencia de un motor es clave para crear la máquina más eficaz y eficiente, dos términos que parecen sinónimos pero que, lejos de serlo, de manera conjunta resultan definitivos, sobre todo en cuanto al uso y disfrute de máquinas como los coches se trata y, la tecnología de nuevo cuño de marcas como la de los cuatro aros pone de manifiesto que la mecánica y la aerodinámica de los modelos Audi e-tron forman un tándem de referencia.

Sabemos de las bondades aerodinámicas que, desde los Audi más modestos hasta los brutales Audi RS cuentan con soluciones de diseño que no solo mejoran la incisión en su lucha contra el aire sino que favorecen el ‘deslizamiento’ de uno de estos coches en su particular batalla contra el fluido.

La aerodinámica de los modelos Audi e-tron se beneficia de la historia y del conocimiento adquirido en la historia de este constructor para potenciar los beneficios del uso del conjunto de propulsión y acumulación energética eléctrico.

Así, gracias a trabajar sobre puntos clave, elementos definitivos y sistemas que actúan como un único mecanismo, desde lo particular a lo general, trabajar para afinar al máximo la eficiencia y eficacia aerodinámica es una obsesión en Audi y así lo demuestran sus coches de nueva y última generación, los coches eléctricos de la familia Audi e-tron.

Una escultura realizada a base de cincel y calculadora

Por ejemplo, gracias a las rejillas de refrigeración activa la aerodinámica de los modelos Audi e-tron obtienen beneficios directos como es la optimización del flujo de aire que reciben as ruedas y los laterales del mismo coche.

Gracias a propuestas como ésta, el coeficiente aerodinámico del Audi e-tron S Sportback, un vehículo que ya está en plena fase de concepción, marcará un sensacional Cx de 0,26; una cifra más propia de un deportivo que de un SUV coupé ya que, por ejemplo y, sin ir más lejos, mejora la de su hermano el todopoderoso Audi R8 con su 0,36 de coeficiente de rozamiento.

Pero si importante es lo que se ve, lo que queda oculto no es menos emocionante ya que, en el fondo del coche, los bajos, enlazan canalizaciones de aire de tal forma, junto con una suspensión neumática con control de su tarado hacen del conjunto una obra de ingeniería.

La innovación tecnológica al servicio de la movilidad sostenible

Igualmente, innovaciones como la de los espejos virtuales, estrenados en el SUV Audi e-tron, reducen la resistencia de este todocamino, factor esencial en una segmento donde, debido a su configuración, la lucha contra el aire y a favor de reducir el rozamiento permite mejorar el consumo energético y, así, aumentar la autonomía de este coche sin intervenir, directamente, en su mecánica.

Igualmente, la gestión de la canalización en la aerodinámica de los modelos Audi e-tron también ayuda a rebajar el consumo eléctrico en otros sistemas como el de la refrigeración ya que, gracias a la entrada activa para la refrigeración del Audi e-tron, se permite una gestión térmica mejorada que influye, como decíamos, en un menor requerimiento energético eléctrico ya que es el aire que indice sobre el vehículo el que potencia la refrigeración del mismo de manera natural.

Son ejemplos de cómo los constructores a la vanguardia de la tecnología explorar y aprovechan soluciones de ingeniería para, como por ejemplo, en el caso de la aerodinámica de los modelos Audi e-tron, aportan y suman.