Un análisis de la ONU revela que la extracción global de materias primas aumentará un 60% para 2060
Hacia una economía menos voraz: El futuro de la extracción de recursos para reducir el consumo, no solo aumentar la producción «verde».
La expectativa de que la extracción global de materiales primas aumente un 60% para 2060 plantea serias implicaciones para el clima y el medio ambiente. Desde 1970, la extracción de recursos naturales ha crecido casi un 400% debido a la industrialización, urbanización y crecimiento poblacional. Este proceso es ya responsable del 60% de los impactos en el calentamiento global, el 40% del impacto en la polución del aire y más del 90% del estrés hídrico global y la pérdida de biodiversidad terrestre. Frente a esta realidad, un informe de la ONU aún no publicado y visto por The Guardian, destaca la urgencia de reducir la demanda general en lugar de simplemente aumentar la producción «verde». La adopción de vehículos eléctricos, por ejemplo, necesita diez veces más «materiales críticos» que los coches convencionales, y lograr emisiones netas cero en el transporte para 2050 requeriría aumentar la extracción de minerales críticos seis veces en los próximos 15 años.
Desafío global: La insostenible demanda de recursos
El mundo se encuentra en una encrucijada crítica en cuanto a la extracción de recursos naturales, con proyecciones alarmantes que anticipan un aumento del 60% para 2060. Esta tendencia, impulsada por la industrialización, la urbanización y el crecimiento poblacional, plantea consecuencias desastrosas para el clima y el medio ambiente. La explotación de los recursos de la Tierra, ya responsable de una parte significativa del calentamiento global, la contaminación del aire y la pérdida de biodiversidad, exige una revisión urgente de nuestras prácticas económicas.
Janez Potočnik, co-presidente del panel de la ONU que realizó el análisis, advierte sobre el inevitable aumento de fenómenos climáticos extremos si continúan las tendencias actuales. La solución propuesta enfatiza la importancia de priorizar el bienestar humano y la equidad sobre el crecimiento del PIB, sugiriendo medidas para reducir la demanda general en lugar de enfocarse únicamente en incrementar la producción «verde».
Este informe sugiere que alternativas como el trabajo remoto, mejores servicios locales y opciones de transporte de bajo carbono, como bicicletas y trenes, podrían satisfacer las necesidades de movilidad de las personas con impactos ambientales menos perjudiciales. La «eficiencia de recursos sistémica» propuesta podría aumentar la equidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en más del 80% para 2060, en comparación con los niveles actuales.
En el contexto europeo, la crisis de vivienda podría abordarse mejor aprovechando las casas vacías y los espacios subutilizados, promoviendo un enfoque más comunitario de la vida, en lugar de construir nuevas viviendas en tierras vírgenes. Esta estrategia no solo aborda el problema ambiental sino que también propone una solución a desafíos sociales actuales, subrayando la necesidad de un cambio profundo en nuestra relación con la naturaleza y los recursos del planeta.
Un problema a solucionar
Para abordar este problema de manera efectiva, no es suficiente cambiar la forma en que producimos para hacerla más «verde»: es necesario reducir la demanda. Los vehículos eléctricos (VE), por ejemplo, aumentan el consumo de materiales críticos diez veces en comparación con los vehículos endotérmicos. A pesar de que los VE juegan un papel crucial en la descarbonización del transporte, la extracción de recursos para estos vehículos aumentará seis veces en solo 15 años. Adoptar sistemáticamente las indicaciones del informe podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en más del 80% para 2060, en comparación con los niveles actuales, y al mismo tiempo reducir las desigualdades socioeconómicas.
Estas revelaciones subrayan la necesidad de una transición hacia una economía circular y sostenible que priorice la eficiencia de recursos y la reducción de la demanda, en lugar de concentrarse únicamente en la producción «verde». La implementación de medidas en el lado de la demanda, además de las mejoras en el suministro, será crucial para enfrentar el desafío del cambio climático y la pérdida de biodiversidad de manera efectiva.
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