Argentina vende su naturaleza: La controvertida política climática de Milei
Javier Milei, presidente de Argentina, ha puesto en marcha políticas radicales que priorizan la explotación de recursos naturales sobre la protección ambiental. Desde la expansión de proyectos mineros en tierras indígenas hasta el debilitamiento de leyes de protección de glaciares y bosques, su administración ha desatado preocupaciones entre ambientalistas y comunidades locales. Con una inflación extrema y altos índices de pobreza, gran parte de la población apoya estas medidas enfocadas en el desarrollo económico, a pesar de sus costos ecológicos. Este enfoque polariza al país, dejando un futuro incierto para su patrimonio natural y cultural.
Una amenaza para los territorios indígenas
En Mendoza, las comunidades Mapuche enfrentan la posibilidad de perder sus tierras ancestrales debido a la expansión de proyectos mineros. El gobernador Alfredo Cornejo busca reconsiderar el reconocimiento de estas tierras, abriendo el camino a nuevas exploraciones de cobre y venta de terrenos públicos. Esta medida coincide con la autorización del gobierno nacional para vender tierras federales, incluidas regiones de los Andes.
Gabriel Jofré, un líder Mapuche, advierte que el cambio climático y estas actividades mineras están alterando su forma de vida. “Nuestros territorios son inseparables de nuestra identidad y cultura,” dice, subrayando cómo los glaciares y las sequías han hecho insostenibles las prácticas tradicionales.
Milei y su visión del medio ambiente
El presidente argentino, Javier Milei, ha calificado la crisis climática como una “mentira socialista,” argumentando que la economía debe prevalecer sobre la protección ambiental. Su gobierno redujo el rango del Ministerio de Ambiente a una subsecretaría y recortó significativamente su presupuesto. Estas decisiones reflejan su enfoque extremo de libre mercado, priorizando la explotación de recursos naturales en un país donde más de la mitad de la población vive en pobreza.
El plan de Milei incluye el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (Rigi), diseñado para atraer capital extranjero a sectores como el gas, el petróleo y el litio. Aunque Rigi posiciona a Argentina como un líder en inversión minera, las regulaciones ambientales más laxas preocupan a los ambientalistas.
Explotación en Vaca Muerta y los Andes
Vaca Muerta, el segundo mayor yacimiento de gas de esquisto del mundo, y los depósitos de litio de Argentina están atrayendo la atención de inversores internacionales. Milei apuesta por convertir estas reservas en un motor de crecimiento económico, pero a costa de impactos ambientales significativos. La construcción de carreteras de acceso y el uso intensivo de agua para la minería podrían acelerar la pérdida de glaciares, fundamentales para el suministro de agua dulce.
Eduardo Sosa, exjefe de gabinete del Ministerio de Ambiente de Mendoza, advierte sobre los riesgos acumulativos. “El polvo en suspensión podría depositarse en los glaciares y acelerar su derretimiento,” señala, enfatizando los impactos irreversibles.
Impacto en las provincias argentinas
El sistema federal de Argentina otorga gran poder a las provincias, donde las regalías de la minería son una fuente crucial de ingresos. El Pacto de Mayo, firmado por Milei y los gobernadores, compromete a las provincias a explotar los recursos naturales sin garantías claras de sostenibilidad. Esto pone en evidencia la debilidad de las agencias nacionales, que carecen de fuerza para imponer estándares ambientales estrictos.
Hebe Casado, vicegobernadora de Mendoza, defiende las políticas mineras asegurando que generan oportunidades económicas. Sin embargo, activistas denuncian que los proyectos se aprueban sin la transparencia ni las evaluaciones de impacto necesarias.
Una población centrada en la economía
Con una inflación cercana al 300% y altos niveles de pobreza, el cambio climático no es una prioridad para la mayoría de los argentinos. Solo el 4% considera el medio ambiente como su principal preocupación, frente al 49% que se enfoca en el desempleo. Esta falta de interés público permite que las políticas ambientales de Milei enfrenten poca oposición social.
Marcelo García, analista político, señala que la crisis económica ha desplazado el debate ambiental en Argentina. “La discusión sobre eliminar el ambientalismo ahora es aceptada públicamente, algo impensable hace unos años,” comenta.
Relaciones internacionales en juego
La retirada de Argentina del Cop29 marcó un punto de inflexión en su postura ambiental global. Aunque el país permanece en el Acuerdo de París, salir podría dificultar la atracción de inversores extranjeros. García argumenta que el pragmatismo de Milei lo ha llevado a limitar sus acciones para no perjudicar su agenda económica.
El apoyo de Donald Trump a Milei, junto con su frase “Make Argentina great again,” refuerza esta conexión internacional. Sin embargo, los inversores extranjeros esperan señales más claras, como la eliminación de restricciones cambiarias, antes de comprometerse plenamente.
La tensión entre desarrollo y sostenibilidad
Las políticas de Javier Milei están marcadas por su enfoque radical hacia el crecimiento económico, pero los costos ambientales son significativos. La explotación intensiva de recursos naturales amenaza ecosistemas clave y pone en riesgo el modo de vida de comunidades indígenas. Al priorizar el desarrollo a corto plazo, el gobierno argentino podría estar hipotecando su futuro ambiental.
Manuel Jaramillo, director de la Fundación Vida Silvestre Argentina, lamenta que el gobierno ignore la evidencia científica sobre la crisis ambiental. “Se está perdiendo la oportunidad de transformar el modelo de producción y consumo en línea con el resto del mundo,” afirma.
Pragmatismo frente a retórica
Si bien Milei ha proyectado una imagen de líder disruptivo, su pragmatismo podría moderar su enfoque. Salir del Acuerdo de París o debilitar aún más las leyes ambientales podría alienar a los inversores que su gobierno necesita desesperadamente. García anticipa que 2025 será un año clave para evaluar si las políticas económicas de Milei logran atraer inversiones sin destruir completamente las protecciones ambientales.
El debate sobre el equilibrio entre economía y sostenibilidad seguirá marcando el rumbo de Argentina. Mientras tanto, las comunidades locales y los ecosistemas son los que pagan el precio más alto por las decisiones del presente.
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