La arquitectura ligera de Jaguar-Land Rover fomentará la autonomía de sus eléctricos
La concepción de nuevos coches más seguros, ligeros y eficientes es la clave de los Jaguar y Land Rover desde 2022
La ingeniería estructural permite mejorar, generación tras generación, la arquitectura de sus vehículos. En un mundo donde la eficiencia energética se ha convertido en una obsesión, la construcción en y con materiales ligeros pero resistentes, junto con el diseño de una cuna concebida para dar lugar a los vehículos más seguros, ágiles y sostenibles, hace que la clave para aumentar o reducir, dependiendo de si se trata del rango de autonomía o del consumo energético, esté no solo en los equipos de almacenaje de la fuente energética, en los de propulsión sino en el mismo chasis.
Y es que el grupo Jaguar-Land Rover está inmerso en un proceso de reformulación. Como fabricante tradicionalmente vinculado al consumo de carburantes fósiles, las exigencias medioambientales obligan a estudiar y aplicar soluciones tecnológicas que permitan mantener e implementar la habitabilidad de sus vehículos, aumentar su grado de eficiencia y fomentar el dinamismo en la conducción de dichos automóviles.
Uno de los ejemplos más recientes es el del Jaguar I-Pace, el primer vehículo eléctrico de la firma, un modelo sublime en cuanto su estética, su confort, su agilidad… que ha visto como la evolución tecnológica desde su concepción hasta el pasado año 2020 han dado sus frutos en una actualización que ha permitido una sutil pero considerable aumento de su autonomía.
El Proyecto Tucana de Jaguar-Land Rover
Ahora, a partir de la colaboración con un plantel de empresas de ingeniería, la arquitectura de los futuros Jaguar y Land Rover se beneficiará de un esqueleto más rígido y, a la vez, ligero. Un chasis con un 35 por ciento mayor de rigidez torsional y de hasta un 35 por ciento menor en cuanto al peso respecto de los conocidos.
De esta forma, el refuerzo estructural que permite la inclusión de nuevos compuestos y materiales en el chasis asegura una mayor protección de los sistemas eléctricos, habida cuenta de implementar el dinamismo en movimiento gracias a la ganancia en cuando a la rigidez de torsión reduciendo el peso del conjunto al recurrirse a constituyentes de mayor ligereza que los aplicados anteriormente.
Los primeros vehículos de Jaguar y Land Rover que se beneficiarán de esta estructura más ligera, más rígida y segura verán la luz en 2022, entonces, a partir del Proyecto Tucana, el que nos ocupa, pondrá en el mercado unos automóviles con acumuladores de energía eléctrica de mayor volumen gracias a esta arquitectura de nuevo cuño.
De esta forma, además de reducir el peso inherente del propio del vehículo respecto de lo conocido, aumentará la capacidad de almacenamiento lo que repercutirá en un aumento de la autonomía de los vehículos eléctricos de las marcas británicas.
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