Baterías sin ánodos, ¿la solución para alargar la autonomía de los eléctricos?
Científicos de Corea del Sur están desarrollando baterías sin ánodos que permitirán reducir el precio y aumentar la autonomía.
La ansiedad por la economía y la duración de las baterías son dos de los problemas a los que se enfrentan los coches eléctricos pero ahora, un grupo de investigadores coreanos han desarrollado unas baterías sin ánodos. Estas tienen un coste de producción reducido y ofrecen una mayor densidad energética.
A medida que la industria del automóvil avanza en el desarrollo del coche eléctrico y se confirma la prohibición de vender coches de combustión en 2035 en Europa, surgen otros problemas relacionados con las baterías de los vehículos. En este sentido, desde Corea nos llegan las baterías sin ánodo, ¿pueden ser la solución para alargar la autonomía y reducir el precio de los coches eléctricos?
Baterías sin ánodos, todo lo que debes saber
Las baterías de los coches eléctricos son caras de fabricar y no ofrecen una autonomía similar a la de los coches con motor de combustión. Son muchas las compañías que están trabajando en una batería que tenga unos costes más reducidos así como una mayor autonomía. Desde Corea del Sur hemos podido conocer el trabajo con el que estos científicos de la Universidad Postech nos están sorprendiendo.
Los materiales que conforman el ánodo son los más importantes que determinan la vida útil de una batería y su velocidad de recarga. Dentro de una celda, el ánodo es el electrodo donde se lleva a cabo la oxidación, mientras que el cátodo es el electrodo donde se lleva a cabo la reducción. El ánodo sería el polo positivo de una pila. El trabajo, publicado en Advanced Functional Materials y financiado por el proyecto Alchemist, muestra una batería sin ánodo cuya densidad de energía volumétrica alcanza los 977 Wh/l, lo que significa un 40% más que las baterías convencionales, con una densidad de unos 700 Wh/l. Esto quiere decir que estas baterías podrían llegar a ofrecer autonomías de más de 600 kilómetros con una sola carga.
Cabe destacar que el ánodo está formado por un metal mucho más fácil de producir que los ánodos revestidos de grafito o silicio, lo que contribuye a reducir costes. Además, los investigadores comprobaron con éxito el funcionamiento de estas celdas en una batería de electrolito sólido a base de sulfuro de argirodita. Tendremos que esperar un poco más para ver cómo evolucionan estas nuevas baterías.
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