Biden anuncia una nueva ley contra los coches de gasolina que podría impulsar el sector de los vehículos eléctricos
La nueva normativa de Biden sobre emisiones de vehículos de gasolina, que busca una reducción del 56% para 2032, podría transformar el mercado automovilístico hacia los EV.
En un movimiento considerado como una de las regulaciones climáticas más significativas en la historia de Estados Unidos, la administración Biden anunció el miércoles nuevas normativas sobre las emisiones de los tubos de escape. La regla, que exige una reducción del 56% en las emisiones medias de carbono de la flota para 2032, establece el límite más estricto jamás impuesto a la contaminación proveniente de los autos y camionetas ligeros del país. Este paso adelante no solo representa un impulso decisivo para el sector de los vehículos eléctricos (EV) sino también un compromiso renovado con la lucha contra la crisis climática.
Impulso sin precedentes para los vehículos eléctricos
La nueva normativa no especifica la venta de tipos de vehículos particulares, pero prácticamente garantiza un aumento significativo en la presencia de vehículos eléctricos (EV) en el mercado durante los próximos ocho años. Con los EVs constituyendo solo el 7.6% de las ventas de nuevos autos el año pasado, se proyecta que para 2032, gracias a estas normas, representen entre el 35% y el 56% de las ventas, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Esta transformación se alinea con los esfuerzos más amplios de la Casa Blanca para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, teniendo en cuenta que el transporte es la mayor fuente de estas emisiones en EE. UU., y los autos y camiones de pasajeros constituyen la mayoría de esa polución.
Una victoria para la salud pública y el medio ambiente
La implementación completa de la norma para 2055 se traducirá en una reducción acumulativa de más de 7 mil millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono. Además, se espera una reducción significativa en la polución tóxica, con un recorte del 95% en las emisiones de partículas finas y una disminución del 75% en las emisiones de NOx y compuestos orgánicos volátiles. Este ambicioso plan marca un hito histórico no solo en la lucha contra la crisis climática sino también en la mejora de la calidad del aire y la protección de la salud pública.
Controversia y apoyo: la recepción de la normativa
A pesar de que la normativa ha sido debilitada en su proceso de finalización, ajustándose a un ritmo más gradual de endurecimiento de los estándares de contaminación entre 2027 y 2030, ha recibido el aplauso de fabricantes de automóviles y del Sindicato de Trabajadores Automotrices (UAW). El UAW ha destacado que los empleos en el sector de los EVs suelen ser menos remunerados que los trabajos tradicionales de la industria automotriz, y ha señalado que la revisión de las normas para aumentar la rigurosidad de manera más gradual ayudará a proteger la producción automotriz sindicalizada en EE. UU. Mientras tanto, críticos argumentan que los recortes más lentos permitirán a los fabricantes de automóviles continuar vendiendo vehículos impulsados por combustibles fósiles durante más tiempo, generando una mayor contaminación acumulativa.
El camino hacia una industria automovilística más verde
A pesar de las críticas, la norma representa un paso crucial hacia una industria automovilística más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles. Con proyecciones de ahorro nacional de $99 mil millones al año, incluyendo $46 mil millones en costos de combustible reducidos y casi $16 mil millones en reparaciones y mantenimiento de automóviles, la norma promete no solo beneficios ambientales, sino también económicos significativos. Además, se espera que la norma prevenga 2,500 muertes prematuras para 2055 gracias a la reducción de la polución. Este marco regulatorio no solo acelera la transición hacia una movilidad más limpia y sostenible sino que también señala un compromiso firme con el mejoramiento de la calidad de vida y la salud de las comunidades, especialmente aquellas más afectadas por la polución de vehículos.
La regulación de Biden sobre emisiones de autos de gasolina, marcando un hito en la historia de la política climática de EE. UU., no solo subraya la urgencia de abordar la crisis climática sino que también refleja un entendimiento claro de los múltiples beneficios que una transición hacia vehículos eléctricos puede aportar a la sociedad. Este esfuerzo por mitigar las emisiones de los vehículos, el principal contribuyente a la contaminación atmosférica en el país, no solo promete un aire más limpio y un ambiente más saludable sino también una economía más robusta y resiliente ante los desafíos ambientales del futuro.
Comentarios cerrados