Bonos Azules: La nueva ola en la conservación de los océanos
Descubre cómo los bonos azules están emergiendo como un mecanismo innovador de financiación para la conservación oceánica.
Los bonos azules, similares a sus conocidos equivalentes verdes, están ganando popularidad a medida que aumenta la conciencia sobre la conservación del océano y los países se comprometen a proteger los mares. Estos bonos innovadores respaldan proyectos que incluyen el uso sostenible del océano y sus recursos, así como el turismo costero y marino. Con los signatarios de la ONU comprometidos a proteger el océano, los bonos azules están posicionados como un catalizador para el desarrollo acelerado del mercado. Al cubrir el 70% del planeta, un océano saludable ayuda a mitigar el cambio climático almacenando grandes cantidades de dióxido de carbono, pero está amenazado por la contaminación plástica, la sobrepesca y el aumento de las temperaturas.
Pioneros en la emisión de Bonos Azules
La innovación en la financiación de la conservación oceánica comenzó en 2018 cuando las Seychelles emitieron el primer bono azul soberano del mundo, recaudando $15 millones para financiar la conservación marina y proyectos relacionados. Desde entonces, otros países como Fiji, Palau y Portugal han seguido su ejemplo. Los bonos azules son especialmente relevantes para regiones como el Caribe, donde la población es particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático debido a su proximidad al mar. Además de los bonos soberanos, corporaciones y organizaciones municipales han explorado este mercado. Por ejemplo, en 2021, AXA Investment Managers emitió un bono azul para financiar proyectos que incluyen energía renovable y uso sostenible del agua.
Financiamiento sectorial y apoyo institucional
IDB Invest, una rama del Banco Interamericano de Desarrollo, ha colocado una serie de bonos azules, incluida una emisión de 20 años por AUD 50 millones, invertida por la compañía japonesa de seguros de vida T&D Financial. Estos fondos están destinados a financiar proyectos del sector privado que contribuyen al Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de las Naciones Unidas: Agua Limpia y Saneamiento. Además, varias compañías de seguros de vida japonesas han invertido en bonos verdes y azules de IDB Invest, destacando su apoyo a la acción climática concertada.
Potencial económico y alcance ampliado
Antes de la pandemia de COVID-19, la OCDE proyectó que la economía oceánica se duplicaría para 2030, alcanzando los $3 billones y empleando a 40 millones de personas. Los bonos azules también se utilizan para financiar una gama más amplia de proyectos para abordar los impactos del cambio climático. En 2020, las Seychelles emitieron su segundo bono azul, recaudando otros $15 millones para financiar la conservación marina y proyectos de adaptación al clima, como la protección costera.
Transparencia y responsabilidad
Como cualquier bono temático, la transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para construir la credibilidad del mercado. Los inversores necesitan saber que sus fondos se utilizan para los fines previstos y que los proyectos están logrando sus objetivos. Esto requiere un marco regulatorio sólido, objetivos claros y medibles, informes regulares y verificación independiente. Por ejemplo, el primer bono azul de las Seychelles incluye un compromiso de informar anualmente sobre el uso de los fondos y el impacto de los proyectos, estructurado de acuerdo con los principios de bonos verdes de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales y certificado por la Iniciativa de Bonos Climáticos.
Hacia la estandarización y crecimiento
El desarrollo de un mercado robusto para los bonos azules podría atraer una gama más diversa de inversores. Actualmente, el mercado para los bonos azules sigue siendo una pequeña fracción del mercado total de bonos ESG. La Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial y la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA) están trabajando en la creación de pautas para la consistencia global del mercado de bonos azules. Esto incluye la necesidad de criterios claros de elegibilidad para proyectos, evaluaciones independientes de los impactos ambientales y sociales de los proyectos, y mecanismos efectivos de seguimiento y presentación de informes.
Desafíos y oportunidades para emisores e inversores
Este crecimiento incipiente puede hacer que sea un desafío para los emisores recaudar fondos suficientes y para los inversores encontrar oportunidades de inversión adecuadas. Para abordar esto, existe la necesidad de estandarización en las estructuras de bonos azules, así como una mayor concienciación y educación sobre los beneficios y riesgos de invertir en bonos azules. La estandarización y la educación pueden ayudar a superar las barreras actuales y facilitar un mayor flujo de inversiones hacia la conservación oceánica y proyectos relacionados.
Una herramienta entre muchas para la conservación del océano
Es importante reconocer que los bonos azules son solo una de las muchas herramientas disponibles para apoyar la conservación del océano y su uso sostenible, aunque tienen un tremendo potencial. Pueden complementar otras herramientas, como subvenciones, subsidios y asistencia técnica, proporcionando financiamiento a largo plazo para proyectos de mayor escala que requieren inversiones significativas. Así, los bonos azules se presentan no solo como una solución financiera innovadora, sino también como una estrategia integral para abordar los desafíos ambientales y promover un desarrollo sostenible.
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