El calor extremo en Europa afecta más a los pobres: un estudio en Madrid revela la desigualdad
Un estudio en Madrid revela que las personas con menores ingresos son las más afectadas por el calor extremo en Europa, evidenciando una creciente desigualdad climática.
A medida que las olas de calor en Europa se vuelven más intensas y frecuentes, un nuevo estudio revela que las personas con menores ingresos son las que más sufren las consecuencias mortales del calor extremo. Investigadores en Madrid descubrieron que los barrios con ingresos por debajo de la media son los más vulnerables, un patrón que se repite en toda España. La falta de acceso a viviendas adecuadas, aire acondicionado y espacios verdes agrava el problema, dejando a los más pobres en una situación de mayor riesgo frente a la crisis climática.
La desigualdad climática en la capital española
El calor extremo se ha convertido en una amenaza creciente en Europa, y un reciente estudio realizado en Madrid por investigadores del Instituto de Salud Carlos III destaca la profunda desigualdad que existe en la forma en que las distintas comunidades enfrentan esta crisis. Liderado por el profesor Julio Díaz Jiménez, el estudio analizó 17 distritos de la capital española y reveló que las olas de calor impactan de manera desproporcionada a las personas que viven en áreas con ingresos por debajo de la media.
De los distritos estudiados, solo en tres se encontró una relación significativa entre el calor extremo y la mortalidad, y todos ellos compartían una característica común: los hogares en estas zonas tenían ingresos considerablemente menores al promedio. Esta tendencia también se observó en un análisis a nivel nacional, lo que subraya que el nivel de ingresos es un factor clave en la vulnerabilidad frente al calor. Las personas con menores recursos no solo tienen menos acceso a viviendas adecuadas y bien ventiladas, sino que también enfrentan mayores dificultades para costear sistemas de refrigeración, como el aire acondicionado, lo que incrementa su exposición a las temperaturas peligrosamente altas.
El impacto del calor en la salud y el entorno urbano
Las personas con ingresos más bajos no solo enfrentan condiciones de vida menos favorables, sino que también tienen menos acceso a servicios de salud de calidad, lo que las deja más expuestas a los efectos negativos del calor extremo. Condiciones de salud preexistentes, como enfermedades cardiovasculares y respiratorias, pueden agravarse en climas calurosos, y la falta de atención médica adecuada agrava el riesgo de complicaciones graves o incluso la muerte. Según Save the Children, uno de cada tres niños en España no puede mantener una temperatura adecuada en sus hogares durante el verano, lo que afecta tanto su salud física como mental.
El problema no se limita a los hogares. Un estudio reciente en 14 áreas urbanas importantes de Europa, realizado por Alby Duarte Rocha, investigador de la Universidad Técnica de Berlín, reveló que las comunidades de bajos ingresos tienen un acceso significativamente menor a espacios verdes, que pueden ayudar a mitigar el calor urbano. En contraste, las personas con mayores ingresos suelen vivir en zonas con mejor acceso a parques y vegetación, que actúan como refugios naturales contra el calor. Este fenómeno, conocido como «gentrificación verde», empuja a las personas con menos recursos a las zonas más cálidas y menos habitables de las ciudades, exacerbando la injusticia climática.
Duarte Rocha y otros expertos como Yamina Saheb, autora principal del informe del IPCC sobre mitigación del cambio climático, han abogado por un cambio en la forma en que se aborda la crisis climática, sugiriendo que el acceso a la refrigeración debe considerarse un derecho, similar a otros servicios públicos esenciales. Plantean que las políticas urbanas deben enfocarse en mejorar la infraestructura verde y proporcionar soluciones de enfriamiento en las áreas más vulnerables, una medida que podría ayudar a corregir lo que Duarte Rocha describe como «el epítome de la injusticia ambiental».
Un llamado a la acción para abordar la crisis climática
Los hallazgos de estos estudios subrayan una realidad urgente: los impactos del cambio climático no se distribuyen de manera equitativa. Las personas que menos contribuyen al calentamiento global son a menudo las más afectadas por sus consecuencias. Con Europa calentándose a un ritmo más rápido que otras regiones del mundo, es crucial que los responsables políticos y las autoridades locales tomen medidas inmediatas para proteger a las comunidades más vulnerables.
La implementación de políticas que garanticen el acceso equitativo a soluciones de refrigeración, como la instalación de sistemas de aire acondicionado asequibles y el aumento de espacios verdes en áreas urbanas, es esencial para mitigar los efectos del calor extremo. Además, debe haber un reconocimiento oficial de que la pobreza energética, especialmente en verano, es un problema de salud pública que requiere atención urgente.
En última instancia, abordar la crisis climática requiere no solo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también garantizar que las soluciones sean inclusivas y equitativas. Como concluye Saheb, «debemos decidir que esta sea la última vez que personas mueren por el calor en Europa». Las vidas de los más vulnerables dependen de la acción colectiva y de un compromiso firme con la justicia climática.
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