Ciudad secreta bajo el hielo: Nasa revela secretos de una base militar de la guerra fría
La NASA descubre con radar detalles inéditos de Camp Century, base militar de la Guerra Fría enterrada en Groenlandia.
La NASA ha revelado detalles de Camp Century, una base militar estadounidense de la Guerra Fría enterrada bajo el hielo de Groenlandia, gracias al uso del Sistema de Mapeo de Nieve y Hielo (SIMS). Este hallazgo inesperado, obtenido durante una encuesta aérea en abril de 2024, muestra la infraestructura intacta de la base, incluyendo túneles y alojamientos, ahora a 30 metros de profundidad. Sin embargo, también genera preocupaciones ambientales por los residuos dejados atrás, especialmente ante el avance del cambio climático.
Tecnología al servicio de la historia
Durante una misión destinada a estudiar el lecho de hielo de Groenlandia, la NASA capturó imágenes detalladas de Camp Century, un proyecto militar de la Guerra Fría abandonado en 1967. Utilizando el Sistema de Mapeo de Nieve y Hielo (SIMS), los científicos lograron visualizar con precisión la base enterrada, cuya estructura permanece sorprendentemente intacta pese a estar bajo 30 metros de hielo.
El radar identificó una red de túneles interconectados, alojamientos y áreas de investigación científica, confirmando mapas históricos de la instalación. Este avance también permitió medir el continuo descenso de la base en la capa de hielo, una dinámica que refleja tanto el peso del hielo acumulado como los efectos del cambio climático.
Camp Century: la «ciudad bajo el hielo»
Construida en 1959, Camp Century fue concebida como una base autosuficiente en el Ártico, diseñada para resistir las duras condiciones de Groenlandia. Alimentada por un reactor nuclear portátil, el PM-2A, la base contaba con alojamientos, laboratorios, áreas recreativas e incluso un hospital. Aunque presentada como un proyecto científico, su verdadero objetivo era el «Proyecto Iceworm»: establecer una red subterránea para misiles nucleares capaces de atacar a la Unión Soviética.
Aunque el proyecto fue abandonado por dificultades técnicas y la inestabilidad del hielo, Camp Century permaneció como un testimonio de la ambición militar de la época. Sin embargo, con el cierre de la base, quedaron residuos nucleares y materiales tóxicos enterrados, cuya seguridad ahora está en duda debido al derretimiento de la capa de hielo causado por el cambio climático.
Preocupaciones ambientales y éticas
El deshielo acelerado de Groenlandia podría exponer los residuos de Camp Century, incluyendo desechos nucleares del reactor y materiales tóxicos. Según los investigadores, estos residuos, que alguna vez se creyeron seguros bajo capas permanentes de hielo, ahora representan un riesgo significativo para los ecosistemas árticos y las comunidades costeras.
Este caso resalta los desafíos de gestionar los legados ambientales de proyectos militares en ecosistemas sensibles. También plantea interrogantes éticos sobre la transparencia, ya que Dinamarca, bajo cuyo dominio estaba Groenlandia, desconocía los objetivos nucleares del proyecto hasta que fueron desclasificados en la década de 1990, generando tensiones diplomáticas.
Contribuciones científicas inesperadas
Más allá de su propósito militar, Camp Century aportó datos científicos valiosos. Los núcleos de hielo extraídos durante la construcción de la base ofrecieron a los investigadores información crucial sobre el clima de la Tierra a lo largo de miles de años, convirtiéndose en un recurso fundamental para la ciencia climática moderna.
La reciente tecnología de radar de la NASA refuerza este legado al proporcionar una herramienta no invasiva para explorar sitios históricos y monitorear los impactos del cambio climático en estructuras enterradas. Este enfoque podría aplicarse en otras regiones polares, donde la preservación del pasado también se encuentra bajo amenaza.
El deshielo como amenaza latente
El cambio climático está transformando rápidamente el Ártico, y Groenlandia es uno de los epicentros de este fenómeno. Desde su cierre, Camp Century ha estado sumergiéndose más profundamente en el hielo, pero el deshielo acelerado podría revertir esta tendencia, trayendo a la superficie los residuos peligrosos que allí permanecen.
Según los científicos, la liberación de estos materiales podría tener consecuencias devastadoras, desde la contaminación del agua hasta impactos en la biodiversidad. Además, pone en evidencia cómo los proyectos humanos, diseñados con supuestos climáticos del pasado, enfrentan nuevos riesgos en un planeta cambiante.
Transparencia y cooperación internacional
Camp Century también sirve como un recordatorio de la necesidad de una mayor cooperación global en la gestión de legados históricos en regiones sensibles. El Ártico, con su papel clave en la regulación climática global, requiere esfuerzos conjuntos para abordar problemas como el manejo de residuos, la protección de la biodiversidad y la mitigación de impactos climáticos.
La revelación de Camp Century por la NASA abre la puerta a nuevas investigaciones, pero también a una conversación más amplia sobre la responsabilidad internacional en la preservación del Ártico, no solo como un recurso científico, sino como un ecosistema vital para el futuro del planeta.
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