Cómo los cultivadores de algas marinas en Escocia buscan revolucionar el mercado
En Escocia, los cultivadores de algas marinas están transformando el mercado con sustitutos de plásticos, productos de belleza y suplementos alimenticios.
En la costa oeste de Escocia, los cultivadores de algas marinas están revolucionando el mercado con innovaciones sostenibles. Alex Glasgow, junto con sus socios de KelpCrofters, ha logrado transformar las aguas del mar de Skye en una próspera granja de algas, produciendo alternativas ecológicas a plásticos, cosméticos y suplementos alimenticios. Este esfuerzo, impulsado por la comunidad y respaldado por la investigación, podría marcar el comienzo de una nueva era de productos sostenibles.
La revolución de las algas marinas en Escocia
En la costa oeste de Escocia, las prístinas aguas alrededor de la isla de Skye están albergando una revolución silenciosa pero impactante. Alex Glasgow, junto con sus socios de KelpCrofters, ha establecido una granja de algas marinas que podría transformar no solo la economía local, sino también ofrecer soluciones sostenibles a problemas globales como la contaminación por plásticos y la seguridad alimentaria. «En esta época del año, la temporada de crecimiento máximo, las algas pueden duplicar su tamaño en dos semanas», explica Glasgow, mientras recolecta una larga cuerda de algas desde su barcaza.
La granja de KelpCrofters, que ocupa una cuadrícula submarina de 500 metros por 200 metros, produce actualmente alrededor de siete toneladas anuales de algas marinas. Este esfuerzo forma parte de una iniciativa más amplia promovida por WWF para resaltar el potencial de la industria de las algas en Escocia. Los cofundadores de KelpCrofters, Martin Welch y Kyla Orr, han dejado atrás sus carreras en la pesca y la gestión de pesquerías para dedicarse a la agricultura de algas, motivados por un profundo deseo de contribuir positivamente al medio ambiente.
Beneficios ambientales y desafíos
La producción de algas marinas tiene múltiples beneficios ambientales. No requiere pesticidas, no usa tierra y diversifica la vida oceánica. Además, mientras crece, proporciona hábitat para los peces y limpia el agua de metales pesados nocivos. Sin embargo, Orr señala un desafío crucial: «Estamos trayendo demasiadas algas a tierra. Ahora estamos enfocándonos en qué hacer con ellas una vez fuera del agua«.
Las posibles aplicaciones de las algas son numerosas, desde sustitutos del plástico hasta productos de belleza y suplementos alimenticios. Alison Baker y Jemima Cooper de Eco Cascade, una instalación de procesamiento de algas en Kyle of Lochalsh, están explorando formas de preservar las algas de manera eficiente, ya sea manteniéndolas húmedas o fermentándolas para conservar sus nutrientes. «Secarlas es muy intensivo en energía, pero estamos más interesados en métodos que preserven los nutrientes», explica Baker.
Innovaciones y futuro de las algas marinas
A lo largo de la costa, en Oban, Oceanium se dedica a investigar y desarrollar productos a base de algas marinas. Dr. Mariam Aigbe, gerente de servicios técnicos de alimentos de Oceanium, destaca la versatilidad de las algas: «Podemos hacer desde suplementos alimenticios hasta cremas faciales con propiedades anti-envejecimiento». Aunque algunos experimentos, como el chocolate de algas, han fracasado debido a su sabor desagradable, otros, como las cremas faciales y las películas biodegradables para cápsulas de lavavajillas, muestran gran potencial.
El interés en las algas marinas va más allá de la industria. Artistas como Emma Talbot y Harland Miller, reclutados por WWF para el proyecto Art For Your Oceans, están utilizando tinta hecha de algas para sus obras. Este cruce entre arte y ciencia subraya la creciente conciencia y apreciación de las algas como un recurso valioso y versátil.
Un impacto sostenible en el mercado
La adaptabilidad y sostenibilidad de las algas marinas hacen que esta industria emergente sea una de las más prometedoras en el frente ecológico. En la práctica, la recolección de algas varía según su uso previsto: se cosechan antes si se destinan a alimentos y después si se usarán en fertilizantes o envases. Esta flexibilidad permite a los agricultores de algas como Glasgow y sus colegas ajustar sus prácticas para maximizar tanto el rendimiento como el impacto ambiental positivo.
En última instancia, la clave para el éxito de la industria de las algas marinas radica en su capacidad para integrarse en una economía sostenible y circular. Con el respaldo de organizaciones como WWF y la dedicación de innovadores como los de KelpCrofters y Oceanium, las algas marinas tienen el potencial de convertirse en un pilar fundamental de la producción sostenible. Este enfoque no solo beneficiará al medio ambiente, sino que también proporcionará productos innovadores y ecológicos que pueden cambiar la forma en que vivimos y consumimos.
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