Las ventajas que ofrece la carga bi-direccional son múltiples, y es por ello que Volkswagen ya está trabajando en integrar esta tecnología.
Cómo elegir el mejor wallbox para tu garaje
Antes de comprar un coche eléctrico o híbrido enchufable hay que tener en cuenta si puedes utilizar un wallbox para tu garaje y saber cuál es mejor
La compra de un coche eléctrico, o incluso un híbrido enchufable, implica tener un punto de carga cercano a casa para poder conectar la batería a la red y cargarla. Para ello, lo mejor es no tener que depender de un punto de carga público. Si este está ocupado o falla, el usuario no puede cargar la batería y se quedará sin posibilidad de cargar la batería.
Lo más práctico es contar con un punto de carga en casa. Normalmente, estos se instalan en el garaje particular o comunitario o en un patio externo. Vamos, en cualquier lugar donde se estacione el coche normalmente. Pero este punto de carga ha de tener varias características que permitan una carga óptima y que no represente ningún problema. Y para eso, hay que saber qué tipo de cargador wallbox se necesita.
Elegir el wallbox que mejor se adapte a las necesidades del usuario
La carga de la batería del coche depende de la potencia que se utiliza para ello. Un cable estándar, conectado a la red de casa, ofrece una potencia de 3 kW. Con esta potencia, se necesita mucho tiempo para conseguir tener una carga completa de la batería. Por ejemplo, una batería de 40 kWh, como la que utiliza el Nissan LEAF, tardaría unas 13 horas en estar completamente cargada.
En el mercado hay cargadores wallbox que ofrecen más potencia y que permiten cargar la batería en menos tiempo y consiguen que ese tiempo de carga se reduzca considerablemente. Hay distintos tipos de wallbox según su tipo de potencia.
El wallbox más común es de 3,7 kW, aunque existen modelos que ofrecen 7 kW, que dividen el tiempo de carga por dos. Los cargadores domésticos más potentes ofrecen una potencia de 22 kW, que siguiendo con el ejemplo anterior, permiten cargar esa batería en menos de 2 horas.
Hay que valorar el uso que se da el coche para saber cuál cubre las necesidades reales. Si solo se utiliza el coche por el día y se mantiene conectado toda la noche, posiblemente el cargador más básico sería suficiente. Pero si se utiliza más y el tiempo de carga es limitado, posiblemente sea necesario un cargador de 22 kW. Un término medio sería el de 7,4 kW, o incluso de 11 kW.
Estos permiten una carga más rápida, aunque sigue ocupando varias horas tener la batería en un estado de carga óptimo. La elección del wallbox no solo se limita por la potencia de carga. Hay que tener en cuenta la potencia contratada en casa. Aunque se tenga un cargador potente, si el contrato de electricidad no tiene tanta potencia como el wallbox, no se podrá obtener todo el rendimiento que se espera del mismo.
En España la potencia contratada suele estar entre los 3,45 kW y los 5,75 kW, así que la instalación de un wallbox de mayor potencia implicaría un cambio en el contrato de suministro. Hay que tenerlo en cuenta para no llevarse una sorpresa y provocar que haya cortes de suministro por exceso de potencia.
Con cable o sin cable
Otra de las opciones a tener en cuenta es utilizar un wallbox con cable o solo con enchufe. La mayoría de los coches son compatibles con cargadores de tipo 2, así que este tipo de cable son los que equipan los wallbox. Pero puede ser que en poco tiempo cambie la tecnología, con todos los problemas que supone esto. Para evitarlo, se puede comprar un wallbox al que se pueda conectar el cable que se suminstra con el coche. En caso de cambiar el coche o que haya una tecnología nueva, solo se tendría que cambiar el cable y no el dispositivo completo.
Sea como fuera, hay que tener en cuenta que las necesidades son distintas según el coche, el tiempo de uso, la potencia contratada y otros factores que hay que estudiar y tener en cuenta para seleccionar el cargador doméstico más adecuado en cada caso.
Comentarios cerrados