La contaminación del aire mata a casi 2,000 niños cada día, la segunda mayor causa de muerte infantil en el mundo

Alberto Noriega     3 julio 2024     5 min.
La contaminación del aire mata a casi 2,000 niños cada día, la segunda mayor causa de muerte infantil en el mundo

La contaminación del aire mata a casi 2,000 niños menores de cinco años cada día, siendo la segunda mayor causa de muerte infantil a nivel mundial.

Un estudio reciente de Health Effects Institute revela que la contaminación del aire mata a casi 2,000 niños menores de cinco años diariamente. Esta crisis de salud pública ha superado a la falta de saneamiento y agua limpia como la segunda mayor causa de muerte infantil. La investigación destaca que la contaminación del aire, tanto exterior como interior, es responsable de más de 8 millones de muertes en 2021, afectando desproporcionadamente a las comunidades más vulnerables.

La alarmante mortalidad infantil por contaminación del aire

Casi 2,000 niños menores de cinco años mueren diariamente debido a la contaminación del aire, según un alarmante informe del Health Effects Institute (HEI). Este estudio global ha identificado a la contaminación del aire como la segunda mayor causa de muerte infantil, solo superada por la malnutrición. La situación es particularmente grave en países de bajos ingresos, donde la tasa de mortalidad vinculada a la contaminación del aire en niños menores de cinco años es 100 veces mayor que en los países de altos ingresos.

En 2021, la contaminación del aire causó más de 8 millones de muertes a nivel mundial, tanto en niños como en adultos. Este fenómeno se ha convertido en el segundo mayor asesino global, superando incluso al uso de tabaco y solo detrás de la hipertensión. El informe del HEI, realizado en colaboración con Unicef, subraya la gravedad de esta crisis de salud pública y la urgente necesidad de una acción global para reducir las emisiones de contaminantes.

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PM2.5: el asesino invisible

El informe destaca el papel crucial de las partículas finas PM2.5, que son responsables de más del 90% de las muertes por contaminación del aire. Estas partículas microscópicas pueden penetrar en el torrente sanguíneo y afectar múltiples órganos, causando enfermedades pulmonares, cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes, demencia y abortos espontáneos. El estudio encontró que los niveles elevados de PM2.5 son ahora «el predictor más consistente y preciso de malos resultados de salud» en todo el mundo.

La doctora Pallavi Pant, autora principal del informe y directora de salud global del HEI, señaló las profundas desigualdades reveladas por la investigación. «Demasiado de la carga [de la contaminación del aire] recae en los niños pequeños, las poblaciones mayores y los países de ingresos bajos y medianos», afirmó Pant. Kitty van der Heijden, directora ejecutiva adjunta de Unicef, advirtió sobre los efectos duraderos de la inacción: «Nuestra inacción está teniendo efectos profundos en la próxima generación, con impactos de por vida en la salud y el bienestar».

La contaminación del aire y la crisis climática

El informe también resalta la interconexión entre la crisis climática y la contaminación del aire. Eventos climáticos extremos como las sequías severas y prolongadas, los incendios forestales y las tormentas de polvo están empeorando la calidad del aire en muchas regiones. Además, las temperaturas más altas en verano pueden aumentar la formación de ozono, un gas irritante que contribuyó a casi medio millón de muertes en 2021.

La crisis climática no solo agrava la contaminación del aire, sino que también ofrece una oportunidad para abordarla. Aproximadamente medio millón de muertes de niños en 2021 estuvieron relacionadas con la contaminación del aire interior, principalmente debido al uso de combustibles sucios para cocinar como la biomasa, el carbón y el queroseno. Cambiar a combustibles más limpios, como las cocinas solares, podría reducir significativamente las emisiones de PM2.5 y de dióxido de carbono.

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Desigualdad y soluciones globales

La falta de acceso a combustibles limpios afecta a unos 2,300 millones de personas en todo el mundo. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), se necesitan aproximadamente 4,000 millones de dólares anuales hasta 2030 para resolver este problema solo en el África subsahariana. El reciente cumbre global organizada por la IEA recaudó 2,200 millones de dólares para proyectos destinados a cambiar a métodos de cocina más limpios en todo el continente.

Fatih Birol, director ejecutivo de la IEA, enfatizó la necesidad de priorizar este problema a nivel global debido a sus impactos en la salud, el clima y la economía nacional, así como en la igualdad de género. «Este es un problema que ha sido ignorado durante demasiado tiempo«, afirmó Birol. Las mujeres y las niñas, a menudo encargadas de recolectar leña, se beneficiarían significativamente de la adopción de tecnologías de cocina más limpias.

Un llamado a la acción urgente

El informe del HEI se basa en datos del estudio Global Burden of Disease de 2021, que cubre más de 200 países y territorios. Estudios previos han encontrado que casi todas las personas respiran niveles insalubres de contaminación del aire cada día, y que medio millón de bebés mueren cada año debido a la contaminación del aire. La doctora Pant insta a los gobiernos y las empresas a tomar medidas significativas y centradas en los niños para reducir la contaminación del aire y proteger la salud infantil.

La urgencia global es innegable. Mejorar la calidad del aire no solo salvaría vidas, sino que también reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo así a mitigar el cambio climático. Es esencial que los líderes mundiales utilicen estos hallazgos para implementar políticas y acciones que aborden esta crisis de salud pública de manera integral y efectiva.

La lucha contra la contaminación del aire y sus efectos devastadores requiere un esfuerzo global coordinado, con un enfoque particular en las poblaciones más vulnerables. La combinación de medidas inmediatas y políticas a largo plazo puede marcar la diferencia en la protección de las generaciones futuras y en la creación de un planeta más saludable y sostenible.

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