Cuba enfrenta cuarto colapso eléctrico en 48 horas mientras la tormenta Oscar complica la recuperación

Alberto Noriega     23 octubre 2024     6 min.
Cuba enfrenta cuarto colapso eléctrico en 48 horas mientras la tormenta Oscar complica la recuperación

El colapso de la red eléctrica en Cuba, el cuarto en 48 horas, agrava la crisis energética, generando protestas y dejando a millones en la oscuridad.

Cuba sufrió el cuarto colapso de su red eléctrica en 48 horas, dejando a gran parte de la isla sin luz en medio de una severa crisis energética. Tras semanas de apagones intermitentes, el sistema falló nuevamente el domingo, afectando a millones de personas y provocando pequeñas protestas en barrios de La Habana. Mientras el gobierno lucha por restaurar el servicio, la llegada de la tormenta tropical Oscar amenaza con retrasar aún más los esfuerzos de recuperación.

Crisis eléctrica en Cuba: colapsos y protestas

El colapso del sistema eléctrico cubano, el cuarto en menos de 48 horas, evidencia la grave crisis que atraviesa la infraestructura energética de la isla. Según datos oficiales, el apagón más reciente ocurrió el domingo por la tarde, justo después de que las autoridades habían logrado restaurar la electricidad a unos 160.000 usuarios en La Habana. Esta caída generalizada dejó a casi 10 millones de personas sin suministro eléctrico, afectando no solo a la capital, sino también a gran parte del país. Los apagones, que han sido una constante durante el verano caribeño, están agotando la paciencia de los cubanos, quienes han sufrido cortes de luz de entre 10 y 20 horas diarias en los últimos meses.

La escasez de electricidad ha dado lugar a protestas espontáneas, conocidas como “cacerolazos”, en las afueras de La Habana. En San Miguel del Padrón, un barrio de bajos ingresos, algunos residentes bloquearon las calles con basura en señal de descontento, según testigos de Reuters. Estos actos de resistencia fueron rápidamente dispersados por la policía, mientras que el presidente Miguel Díaz-Canel, en un raro gesto vistiendo uniforme militar, pidió a los ciudadanos que mantuvieran la calma y no recurrieran a la violencia. Aun así, el malestar social es palpable, alimentado no solo por los apagones, sino también por la escasez de alimentos, agua y medicinas, problemas que se han intensificado con el colapso energético.

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Apagones, infraestructura obsoleta y falta de combustibles

El gobierno cubano atribuye esta crisis energética a varios factores, entre ellos la infraestructura obsoleta de la red eléctrica, la falta de piezas de repuesto y la escasez de combustible para sus plantas eléctricas, que dependen casi en su totalidad de petróleo. De acuerdo con el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, el deterioro de las plantas de energía y la falta de recursos han dificultado los esfuerzos por estabilizar la red. Cuba ha experimentado una caída significativa en las entregas de petróleo desde Venezuela, uno de sus principales aliados, que ha reducido a la mitad sus envíos este año debido a sus propios problemas internos. Rusia y México, otros proveedores clave, también han recortado sus suministros a la isla.

A esto se suma el embargo comercial de Estados Unidos, que, según el gobierno cubano, ha dificultado la adquisición de los insumos necesarios para reparar y modernizar las plantas de generación. Aunque la administración de Joe Biden ha aliviado algunas sanciones impuestas por Donald Trump, la situación sigue siendo crítica. Mientras tanto, la tormenta tropical Oscar, que golpeó la isla el domingo, trajo fuertes vientos y lluvias, complicando aún más los esfuerzos de recuperación. Las autoridades han cancelado las clases hasta el miércoles y han pedido a la población que se mantenga en sus hogares, lo que añade más tensión a una situación ya de por sí insostenible.

La fragilidad de la red eléctrica cubana ante el cambio climático

La llegada de la tormenta tropical Oscar agrava aún más la crisis energética de Cuba, resaltando la vulnerabilidad de su red eléctrica ante eventos climáticos extremos. Las tormentas, que se han intensificado en los últimos años debido al cambio climático, representan una amenaza recurrente para una infraestructura que ya está al borde del colapso. Las fuertes lluvias y vientos del domingo complicaron los esfuerzos por restaurar la electricidad, lo que obligó a las autoridades a empezar de cero tras el colapso total del sistema en la tarde. Aunque el impacto directo de Oscar fue relativamente leve, sus efectos sobre un sistema ya frágil resultaron devastadores.

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Este tipo de fenómenos climáticos son cada vez más frecuentes en el Caribe, y Cuba, con su red eléctrica anticuada y su dependencia de combustibles fósiles, no está preparada para enfrentarlos de manera eficiente. Los apagones no solo afectan a los hogares, sino que también paralizan la producción agrícola, el transporte y los servicios esenciales, agravando la escasez de alimentos y recursos que ya asola a la población. La situación es especialmente crítica en las zonas rurales, donde la falta de electricidad también implica falta de agua potable, ya que muchas comunidades dependen de sistemas de bombeo eléctricos para su abastecimiento.

La búsqueda de soluciones y la incertidumbre sobre el futuro

Ante esta situación, el gobierno cubano ha tratado de ofrecer una salida, aunque sus esfuerzos parecen insuficientes. Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, ha reconocido que los apagones son una fuente de frustración para los cubanos, pero asegura que la mayoría de la población entiende las dificultades que enfrenta el país. Sin embargo, a medida que los apagones se prolongan y las soluciones parecen cada vez más lejanas, crece la desesperación entre los ciudadanos. Anabel González, una ama de casa de La Habana, relató su angustia al ver cómo la comida en su refrigerador se echaba a perder tras días sin electricidad, un problema que afecta a miles de familias en la isla.

La administración de Díaz-Canel ha prometido restaurar el servicio eléctrico lo antes posible, pero con un sistema energético tan precario, las perspectivas a corto plazo son sombrías. El gobierno inicialmente predijo que el suministro se restablecería entre lunes y martes, pero el nuevo colapso del domingo dejó a muchos sin esperanza de una solución rápida. Al mismo tiempo, la dependencia de Cuba de las importaciones de petróleo barato de países como Venezuela y México sigue siendo un factor clave en la crisis. Las crecientes tensiones políticas en México, donde el reciente cambio de gobierno ha generado incertidumbre sobre los envíos de combustible, solo agravan el problema.

Sin inversiones significativas en energías renovables o una modernización del sistema, la crisis energética en Cuba parece destinada a prolongarse, exacerbando las dificultades económicas y sociales que enfrenta la isla en su lucha por superar una década de escasez.

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