Un día en Urano es más largo de lo que creíamos

Alberto Noriega     24 abril 2025     4 min.
Un día en Urano es más largo de lo que creíamos

Nuevas observaciones del Hubble revelan que un día en Urano dura 28 segundos más de lo pensado, refinando datos de hace 40 años.

Científicos del Observatorio de París han determinado que un día en Urano dura 17 horas, 14 minutos y 52 segundos, 28 segundos más de lo estimado por la NASA en los años ochenta. La medición, basada en una década de observaciones del Telescopio Espacial Hubble, se realizó analizando las auroras del planeta. Este hallazgo, publicado en Nature Astronomy, mejora notablemente la precisión de los datos sobre la rotación de Urano. Su impacto alcanza desde la planificación de futuras misiones espaciales hasta el estudio de exoplanetas.

Una rotación más lenta de lo pensado

Durante casi cuatro décadas se creyó que Urano rotaba en 17 horas y 14 minutos, gracias a los datos recogidos por la sonda Voyager 2 en su sobrevuelo de 1986. Sin embargo, un nuevo análisis detallado de más de diez años de observaciones aurorales ha corregido esa cifra. La nueva estimación añade 28 segundos al día uraniano, estableciendo una duración precisa de 17 horas, 14 minutos y 52 segundos.

La investigación ha sido liderada por el astrofísico Laurent Lamy del Observatorio de París, y se apoya en el comportamiento de las auroras de Urano, generadas por la interacción del viento solar con su campo magnético, cuyos polos están desalineados con su eje de rotación. Ese patrón magnético único permitió a los científicos seguir con precisión la rotación del planeta a lo largo del tiempo, con una técnica mucho más exacta que la usada en la era Voyager, basada en emisiones de radio.

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Auroras que revelan secretos planetarios

La clave del descubrimiento está en la forma en que Urano produce auroras: a diferencia de la Tierra, sus polos magnéticos están inclinados casi 60 grados respecto a su eje de rotación. Esto crea una firma magnética que se mueve al girar el planeta, y que puede rastrearse con herramientas de alta sensibilidad como el Hubble. Al seguir este movimiento repetido durante más de una década, los investigadores pudieron trazar un nuevo sistema de coordenadas planetarias y refinar el cálculo de la duración del día.

Según Lamy, “estas observaciones continuas son imprescindibles para corregir errores sistemáticos y entender mejor la estructura interna del planeta”. Las auroras, por tanto, no solo iluminan la atmósfera superior, sino también el conocimiento que tenemos sobre el corazón invisible de Urano.

Lo que esto cambia para la exploración planetaria

Aunque 28 segundos parezcan insignificantes, esta diferencia tiene consecuencias tangibles para la planificación de misiones espaciales y para la interpretación de la actividad interna de Urano. Un período de rotación más preciso permite a los científicos ajustar modelos que conectan la atmósfera, el campo magnético y el núcleo del planeta.

Además, los datos son esenciales para proyectar trayectorias, maniobras de entrada y sincronización de instrumentos en futuras misiones como las propuestas por NASA y ESA para explorar el sistema de Urano en profundidad. Dado que se trata de un planeta inclinado casi completamente sobre su lado, con estaciones extremas y un campo magnético caótico, cada segundo cuenta a la hora de planificar interacciones orbitales o inserciones atmosféricas.

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Una técnica exportable a otros mundos

Uno de los aspectos más prometedores de esta investigación es que el método utilizado es replicable en otros cuerpos celestes. Siempre que un planeta posea una magnetosfera activa y produzca auroras, es posible emplear este enfoque para determinar su rotación sin necesidad de sondas en órbita o sobrevuelo. Esto abre la puerta a mediciones indirectas de rotación en exoplanetas, un avance importante en la astrofísica moderna.

En un futuro cercano, los científicos podrían usar la misma técnica para estudiar mundos lejanos con emisiones aurorales detectables desde la Tierra o mediante telescopios espaciales. Así, lo que comenzó como una corrección milimétrica en el día de Urano puede convertirse en una herramienta clave para expandir nuestro conocimiento sobre la dinámica interna de planetas más allá del sistema solar.

Más que segundos: una nueva precisión en el cosmos

Este descubrimiento subraya cómo la observación continua puede reescribir certezas astronómicas. Que un planeta del que apenas tenemos datos directos revele un nuevo ritmo de rotación gracias a una década de mediciones remotas, es prueba del poder de la ciencia paciente. Urano, silencioso y lejano, sigue teniendo mucho que decir.

Más allá del ajuste numérico, este hallazgo recuerda que la precisión en ciencia no es un lujo, sino una necesidad. En un sistema solar donde cada planeta es un laboratorio dinámico, mejorar nuestros datos básicos —como la duración de un día— es fundamental para construir una comprensión robusta de sus procesos internos y su historia. Urano, una vez más, nos invita a mirar más de cerca, incluso cuando parece girar con lentitud.

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