Diccionario del coche eléctrico: estas son las definiciones más importantes
La movilidad eléctrica está pasando a formar parte de nuestras vidas, por lo que en nuestro diccionario del coche eléctrico te explicamos las definiciones que debes saber
Los vehículos eléctricos están evolucionando a pasos agigantados, por lo que cada vez es más habitual verlos por las calles. Al igual que estos evolucionan, nosotros también tenemos que hacerlo, y es que debemos tener conocimientos acerca de ellos para que no nos suene a chino cada vez que nos hablan de ellos.
Por lo tanto, es importante conocer algunos términos y definiciones para lograr entender qué nos ofrece un coche eléctrico. En DrivingEco queremos colaborar con la causa, por lo que nos hemos propuesto publicar el diccionario del coche eléctrico definitivo en el que te expliquemos los términos más importantes del mundo cero emisiones.
Como si de un diccionario del colegio se tratara, vamos a clasificar las palabras más importantes por orden alfabético, por lo que esperamos ayudarte en este nuevo mundo de los vehículos eléctricos, ¡Vamos con ello!
El diccionario del coche eléctrico:
Amperio: suponemos que esta palabra te es muy común, pero debemos empezar desde la base. Esta se representa con la A mayúscula e indica la intensidad de la corriente eléctrica, por lo que el primer caso es conocer que un enchufe doméstico tiene una intensidad de 16 A.
Autonomía: esta es una de las palabras más importantes para las marcas en el mercado de los vehículos eléctricos. Esta mide el alcance que tiene un coche con una sola carga hasta que se agote completamente. Actualmente, esta se mide mediante el ciclo de homologaciones WLTP, aunque anteriormente se hacía mediante el ciclo NEDC, que arrojaba unos datos bastante más irreales. No te pierdas el reportaje donde los comparamos ambos ciclos de emisiones.
Batería: las baterías son el elemento fundamental de los coches eléctricos, y es que es el homólogo a un depósito de combustible en un coche con motor térmico. Actualmente, las marcas instalan baterías de iones de litio, aunque su evolución llegará en los próximos años bajo el nombre de baterías de estado sólido.
CHAdeMO: así se ha denominado al sistema de carga rápida para coches eléctricos. Este ha ido evolucionando con el paso de los años, por lo que en los últimos años ha aumentado su potencia para lograr cargar los vehículos eléctricos en un menor periodo de tiempo.
CCS: este es el acrónimo de Combined Charging System o, lo que es lo mismo, el sistema de carga rápida que más se está extendiendo en nuestro continente. Se trata de un cable de carga que combina una toma tanto para corriente alterna como para corriente continua.
Carga inalámbrica: este término todavía no es demasiado común, pero poco a poco iremos escuchándolo con mayor frecuencia. Como su propio nombre indica, se trata de un sistema con el que el coche podrá recargarse sin necesidad de enchufarlo. Para hacerlo, se necesitará una placa en el suelo y que el coche en cuestión aparque sobre ella. A su vez, este tendrá un receptor en los bajos capaz de recoger la energía y cargar sus baterías.
Carga rápida: muchas veces os hablamos de que los eléctricos de última generación son compatibles con la carga rápida. Pues bien, esto quiere decir que pueden soportar recargas con corriente continua de 240 kW en adelante, por lo que pueden recargarse hasta un 80% de su capacidad en un espectro de tiempo muy reducido –de 5 a 30 minutos-.
Corriente alterna (CA/AC): tiene este nombre debido a que se transmite en pulsos alternos y es la utilizada en la red doméstica.
Corriente continua (CC): al contrario de lo que pasa con la anterior, esta corriente se transmite ininterrumpidamente y en la misma dirección.
Corriente trifásica: este tipo de corriente deriva directamente de la anterior, aunque su diferencia –y de ahí su nombre- es que tiene tres formas de oscilación en lugar de dos. Esta es más eficiente, de manera que es capaz de transmitir un mayor flujo de energía por el mismo cable.
Electrolinera: instalación donde se pueden conectar varios vehículos eléctricos para que carguen de manera simultánea. Ionity es uno de los grandes impulsores de este tipo de infraestructuras.
FCEV: acrónimo de “Fuel Cell Electric Vehicle”, es decir, un vehículo con pila de hidrógeno. Estos son vehículos eléctricos, aunque gracias a su pila de combustible, tienen una autonomía superior. En Europa todavía no tenemos demasiados ejemplos, aunque ya están llegando modelos como el Hyundai Nexo o el Toyota Mirai.
Frenada regenerativa: este sistema funciona como lo hace la dinamo de una bicicleta, y es que recoge la energía generada cuando el coche está frenando para recargar las baterías.
HEV: este es el acrónimo de “Hybrid Electric Vehicle” o, lo que es lo mismo, un coche híbrido autorrecargable capaz de regenerar la energía de sus baterías. La parte eléctrica está destinada a colaborar con el motor térmico, por lo que cuentan con la Etiqueta ECO de la DGT. Nosotros hemos probado modelos como el Hyundai Kona Hybrid o el Honda CR-V.
Kilovatio (kW): unidad mediante la que se mide la potencia de los vehículos eléctricos. 1 kW equivale a 1,341 CV, por lo que si un vehículo eléctrico tiene una potencia de 100 kW, tendrá una potencia equivalente a 134,1 CV.
kWh: esta es unidad mediante la que se mide la energía que se puede consumir o producir durante una cantidad determinada de tiempo. Por lo tanto, es también la forma de medir la capacidad de las baterías de los vehículos eléctricos.
Mild Hybrid: ya os explicamos el funcionamiento del sistema de hibridación ligera o Mild Hybrid. A grandes rasgos, es una solución que están adoptando un buen número de marcas para que mediante un pequeño motor/alternador que funciona a una tensión de 48V ayude al motor térmico a arrancar y alimente a los sistemas eléctricos del coche. Sin embargo, este no tiene ninguna incidencia a la hora de que el coche circule, aunque igualmente consigue la Etiqueta ECO de la DGT. No te pierdas nuestra prueba del Audi S6 o del Ford Puma Hybrid.
Par motor: esta medida también se aplica a todo tipo de vehículos. Este se mide mediante Nm (Newton por metro) y determina la cantidad de fuerza que el propulsor puede transmitir a las ruedas.
PHEV: este es el acrónimo de Plug In Hybrid Electric Vehicle. Esto quiere decir que el vehículo en cuestión tiene un tren motriz integrado por un motor térmico y uno o más motores eléctricos. La diferencia con un HEV es los motores eléctricos tienen un mayor tamaño, por lo que pueden propulsar el coche hasta velocidades de alrededor de 120 km/h y tienen una autonomía siempre superior a 40 kilómetros –cifra necesaria para conseguir la Etiqueta 0 de la DGT-. En este caso, hemos probado modelos como el Mitsubishi Outlander PHEV.
Supercargador: esta palabra es propiedad de Tesla, y es que la compañía de Elon Musk decidió instalar una red de supercargadores capaces de cargar hasta a 120 kW de potencia.
Voltio (V): otra de las palabras que deberíamos conocer de nuestra factura de la luz doméstica. Esta es la unidad de medida para determinar la tensión eléctrica, por lo que la tensión que recibimos en nuestras casas es de 230 V.
V2G: estas tres letras son la abreviatura de “Vehicle to Grid”, es decir, un conjunto de soluciones con las que se el vehículo eléctrico pasa a formar parte del suministro de energía y puede devolver la energía almacenada en sus baterías a la red eléctrica.
Wallbox: punto de carga doméstico que las marcas suelen incluir en la compra de un coche eléctrico. Estos suelen cargar a velocidades de 7,4 kW y ofrecen una conexión directa con el Smartphone para programar sus recargas.
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