Los diferentes tipos de coches de hidrógeno: ¿cuál tiene más futuro?
Hay dos tipos de coches de hidrógeno: los de pila de combustible y los que funcionan con un motor de combustión. Te lo contamos aquí.
Cada vez oímos hablar más del coche de hidrógeno como una alternativa de futuro. No es de extrañar, tal y como están las cosas. El motivo de este interés por el hidrógeno es que se trata del elemento químico más abundante: combinado con otros elementos, está presente en casi el 75% del total de la materia que compone el universo. Además, resulta relativamente fácil de producir de forma sostenible. Por ejemplo, a partir del agua, separando las moléculas de hidrógeno y oxígeno que la componen utilizando energía renovable (eólica o solar) mediante un proceso de electrólisis inversa. Pero eso es otra historia, lo que hay que quedarse es que estamos ante un combustible abundante y ecológico.
Ahora viene la clave: ¿cómo utilizamos el hidrógeno como combustible en un coche? Básicamente existen dos tipos de coches de hidrógeno, con tecnologías y funcionamiento muy diferente:
- los que utilizan una pila de combustible de hidrógeno, que funcionan como un coche eléctrico
- los vehículos con un motor de combustión de hidrógeno, que lo hacen de forma similar a un coche con motor diésel o de gasolina.
Lo que tienen en común estos dos tipos de vehículos es que funcionan utilizando hidrógeno como combustible, y que lo hacen con cero emisiones en su tubo de escape. La principal diferencia, como vamos a ver, es la manera en la que se utiliza el hidrógeno para convertir la energía que contiene en movimiento.
Coches de hidrógeno con pila de combustible (de hidrógeno)
Un coche con pila de combustible de hidrógeno no deja de ser un vehículo eléctrico, pues lo que impulsa las ruedas es un motor eléctrico. Así funcionan los dos coches de pila de hidrógeno que se pueden comprar en la actualidad en nuestro mercado: el Toyota Mirai y el Hyundai Nexo. Recientemente también se han puesto a la venta algunas furgonetas con esta tecnología, como la Citroën ë-Jumpy Hydrogen.
En este tipo de vehículos la pila de combustible se encarga de producir electricidad combinando el hidrógeno con el oxígeno del aire. El hidrógeno es el combustible que hemos almacenado en los depósitos del vehículo al repostar. Esta reacción química produce electricidad y agua, el único elemento que sale por el tubo de escape. La electricidad generada por la pila de combustible se utiliza para alimentar el motor eléctrico que mueve el vehículo, así como para recargar la batería instalada a bordo, que también puede recibe carga -como en un coche eléctrico- a través del sistema de recuperación de energía en desaceleraciones o frenadas. Y existe la posibilidad adicional de que la batería también admita recarga enchufando el vehículo a un punto de carga.
La diferencia principal entre un coche de pila de combustible de hidrógeno y uno eléctrico es que los primeros pueden utilizar una batería mucho más pequeña, pues generan a bordo gran parte de la electricidad necesaria para impulsar el vehículo.
Coches de hidrógeno con motor de combustión (de hidrógeno)
Como ya mencionaba antes, un coche con motor de combustión que funcione con hidrógeno también es un coche de hidrógeno, aunque no tenga una pila de combustible. Por eso no es del todo correcto llamar a los coches de pila de combustible «coche de hidrógeno», pues si no se especifica, podría dar lugar a confusión.
A diferencia de un coche con pila de combustible de hidrógeno, un coche con motor de combustión de hidrógeno funciona como un coche con un motor térmico, solo que lo que se quema es directamente hidrógeno. El resultado de la combustión del hidrógeno, como en el caso de la reacción química que se produce en la pila de combustible, es agua y unas emisiones mínimas de CO2 o NOx frente a un motor que funcione con combustibles fósiles. La energía liberada en el proceso de combustión del hidrógteno transforma el movimiento lineal de los pistones en movimiento rotativo del cigüeñal, como en cualquier coche con motor térmico, ya sea gasolina o diésel.
Hace ya más de dos décadas, cuando las pilas de combustible de hidrógeno todavía no habían evolucionado y además de poca potencia ocupaban mucho espacio en el vehículo, BMW ya demostró las posibilidades de utilizar el hidrógeno en un coche con motor de combustión en un Serie 7. Hyundai y Renault también se encuentran entre las marcas que han mostrado interés por esta solución. Y Toyota, sin ir más lejos, baraja las dos posibilidades, como ha demostrado con el Toyota Yaris GR H2, un prototipo con el motor del Yaris GR modificado para funcionar directamente con hidrógeno. La marca japonesa también está experimentando con un Corolla Cross capaz de funcionar con hidrógeno licuado, buscando facilitar el almacenamiento a bordo frente a los depósitos de alta presión que necesita el hidrógeno gaseoso.
¿Qué nos traerá el futuro?
Al paso que están avanzando los coches eléctricos, con baterías cada vez de mayor capacidad y con menores tiempos de recarga, no cabe duda de que se impondrán como forma dominante para el transporte; solo falta que la infraestructura de recarga también avance a la misma velocidad, cosa que, desafortunadamente, no está sucediendo, al menos de momento.
Pero también está claro que la tecnología de coches de batería no será la única. La energía del hidrógeno se posiciona como la alternativa para reducir la huella de carbono en el transporte de larga distancia, tanto de mercancías como de personas; además, sigue teniendo como ventaja unos rápidos tiempos de reabastecimiento. Claro que también aquí la clave es el desarrollo en consonancia de una infraestructura adecuada para repostar hidrógeno.
Para el transporte particular, sin embargo, o incluso en los vehículos comerciales ligeros (también lo hemos visto ya en autobuses), se abre una nueva vía que muchos también empiezan a considerar: utilizar una pequeña pila de combustible como «range extender«, en vez de un pequeño motor de combustión como se hacía en el Opel Ampera o en el BMW i3 Range Extender. En el Renault Scenic Vision, sin ir más lejos, tienes un excelente ejemplo de cómo combinar la propulsión eléctrica y la pila de combustible para aumentar la autonomía en un coche de calle.
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