Edimburgo prohíbe anuncios de aerolíneas y SUV para combatir el cambio climático
Edimburgo prohíbe anuncios de aerolíneas, SUV y productos de combustibles fósiles en un esfuerzo por combatir el cambio climático y promover comportamientos bajos en carbono.
Edimburgo ha prohibido anuncios de aerolíneas, SUV y compañías de combustibles fósiles, marcando un paso histórico en la lucha contra el cambio climático. Esta decisión, anunciada el martes, convierte a la capital escocesa en la primera ciudad británica y la segunda en Europa en adoptar tal medida. La política busca alinear la publicidad con los compromisos climáticos del consejo, siguiendo el ejemplo de ciudades como Ámsterdam.
Un paso histórico en la lucha contra el cambio climático
Edimburgo ha dado un paso decisivo en la lucha contra el cambio climático al prohibir anuncios de aerolíneas, vehículos deportivos utilitarios (SUV), líneas de cruceros y compañías de combustibles fósiles. Esta iniciativa, anunciada por el consejo de la ciudad, también excluye a los fabricantes de armas y a las empresas que promueven productos de alto carbono de patrocinar eventos locales. La medida se considera histórica y posiciona a Edimburgo como líder en acción climática a nivel local.
El concejal del Partido Verde Escocés, Ben Parker, quien formuló la política, expresó su satisfacción: «Estamos complacidos de que el Consejo haya tomado la delantera en el tema de la publicidad libre de combustibles fósiles y el patrocinio. Es sentido común básico que si el Consejo se toma en serio su compromiso con la justicia climática, no podemos permitir que el espacio publicitario del consejo se utilice para promover compañías de combustibles fósiles».
Un modelo a seguir
La acción de Edimburgo sigue los pasos de Ámsterdam, que en 2020 se convirtió en la primera gran ciudad del mundo en prohibir la publicidad de combustibles fósiles y vuelos aéreos. En el Reino Unido, otras ciudades como Cambridge, Liverpool y Norwich ya han implementado prohibiciones similares. Andrew Simms, autor y cofundador del grupo Badvertising del Reino Unido, destacó la importancia de estas medidas: «Las ciudades están mostrando liderazgo climático desde abajo al alinear sus políticas publicitarias con sus compromisos de salud y clima».
La política del Consejo de la Ciudad de Edimburgo establece que alcanzar sus objetivos climáticos «requiere un cambio en la percepción social del éxito, y la industria publicitaria tiene un papel clave en la promoción de comportamientos bajos en carbono. Por el contrario, la promoción de productos de alto carbono es incompatible con los objetivos de cero emisiones netas».
Comparaciones con el pasado
Las prohibiciones de anuncios de productos de alto carbono se inspiran en las medidas tomadas en los años 90 y 2000 para prohibir la publicidad del tabaco, argumentando que dicha publicidad fomentaba una actividad dañina para la salud humana. De manera similar, se aplica ahora la misma lógica a los productos que contribuyen al cambio climático, cuya investigación muestra que intensifican los eventos climáticos extremos a nivel mundial y dañan la vida y los medios de subsistencia de millones de personas.
Simms señaló que, a diferencia de acciones climáticas más costosas, como la renovación de viviendas e infraestructura, prohibir anuncios es una solución relativamente rápida y efectiva. «Políticamente, prohibir los anuncios no impide que la gente vuele, conduzca o tome cruceros de lujo. Pero, al igual que con la prohibición del tabaco, detiene su promoción para que menos personas opten por esas opciones».
Impacto y reacciones
La aviación y los SUV son algunas de las industrias más contaminantes fuera del sector de petróleo, gas y carbón. Los aviones contribuyen con una pequeña proporción de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, alrededor del 2.5%, pero su impacto en el cambio climático es mayor debido a la liberación de óxidos de nitrógeno, vapor de agua, sulfato y partículas de hollín en la atmósfera alta, que atrapan el calor. Además, según un informe de la Agencia Internacional de Energía, si los SUV fueran un país, serían el quinto mayor emisor de CO2 del mundo.
Aunque Edimburgo ha sido elogiada por su movimiento, la ciudad no ha implementado una prohibición sobre anuncios de carne, otro producto de alta emisión. El documento de política del consejo señala que tal prohibición sería «altamente controvertida», pero sugiere que podría implementarse en el futuro, comenzando con una prohibición sobre la publicidad de carne procesada, que la Organización Mundial de la Salud ha declarado carcinogénica.
La nueva prohibición de anuncios probablemente recibirá oposición de algunas empresas y anunciantes. La compañía de medios JCDecaux afirmó que la prohibición podría causar una «caída del 10% en los ingresos» para la ciudad, aunque los activistas sostienen que no hay evidencia que respalde esta afirmación, ya que el espacio publicitario libre es rápidamente ocupado por empresas alternativas.
Edimburgo, al tomar esta audaz decisión, no solo fortalece su compromiso con la justicia climática, sino que también establece un precedente importante para otras ciudades que buscan implementar políticas similares en la lucha contra el cambio climático.
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