El Polestar 2 se pasea por el mundo en su fase final de desarrollo
Como si del libro de Julio Verne se tratara, el Polestar 2 da la la vuelta al mundo para completar su fase desarrollo
Estados Unidos, Reino Unido, Sudáfrica, China, Alemania, España y hasta el Círculo Polar Ártico han sido escenario de las pruebas de conducción en situaciones y contexto reales que los ingenieros de Polestar han llevado a cabo de su primer coche eléctrico, el Polestar 2.
Desde las gélidas tierras del norte de Suecia a las calurosas tierras sureñas de España, desde el oriente hasta el occidente, el desarrollo, evolución y puesta a punto de este compacto con carrocería fastback que recurre, en exclusiva, a la energía eléctrica para todos y cualquiera de sus sistemas, ha pasado los test de conducción más extremos jamás pensados.
La variedad de mercados en los que este coche ha de ser puesto a la venta obliga a someter a las pruebas más reales pero a la vez diferentes a las unidades de preproducción que permitirán afinar un coche que nace con la premisa de ofrecer una experiencia al volante dinámica, emocionante y segura.
Antes de que dé comienzo su fabricación en serie, los trabajadores de Polestar deben analizar, identificar y reconducir todas las incidencias posibles que afecten a los vehículos de desarrollo con el fin de solventar estos problemas en la vida real del propietario o usuario de cualquiera de las unidades que saldrán de la cadena de montaje desde principios del año próximo, integrándose así en uno de los coches eléctricos de 2020.
Test en entornos variados para un coche polifacético
Por eso se eligen las más variadas y extremas ubicaciones «Cada uno de nuestros entornos de prueba nos permite configurar elementos concretos del automóvil y en diferentes contextos«, señala Joakim Rydholm, uno de los máximos responsables del Polestar por ser ingeniero de chasis de la marca y principal piloto de pruebas.
«El coche debe mostrarse emocionante cuando recorre un puerto de montaña, noble y con aplomo en su circulación a gran velocidad por una Autobahn alemana. Fresco en Death Valley, acogedor en el Ártico y noble en un entorno húmedo y rural en Inglaterra. Según progresamos en su perfeccionamiento, se vuelve más emocionante y no pararemos hasta encontrar la satisfacción completa.»
El objetivo es crear una pieza equilibrada en cualquier situación, pudiendo mostrarse capaz de todo sin que, al situarse en alguno de los extremos, renuncie a sus elevadas prestaciones, a la comodidad o a la seguridad.
La base de un coche que busca ser un referente
Con dos motores eléctricos de 300 kW, equivalentes a 408 CV, y 660 Nm este coche ofrece tracción total y una configuración que recoge las comodidades propias de un sedán y las prestaciones de un deportivo, el equilibrio entre sus mayores atractivos debe ser su punto fuerte.
Todo bajo la nueva filosofía de trabajo de Polestar, la que enfoca al antiguo departamento de Volvo orientado al desarrollo de versiones deportivas de coches de producción o a la producción de vehículos de competición, a la era de la industria automotriz basada en la tecnología de vanguardia y en la electrificación.
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