Elecciones en EE. UU.: Cómo la presidencia de Harris o Trump marcará el futuro ambiental para siempre

Alberto Noriega     1 noviembre 2024     5 min.
Elecciones en EE. UU.: Cómo la presidencia de Harris o Trump marcará el futuro ambiental para siempre

Descubre cómo el futuro climático podría depender del próximo presidente de EE. UU. y las políticas ambientales que Harris y Trump proponen.

Con el cambio climático en el centro de los problemas globales, la elección entre Kamala Harris y Donald Trump plantea un escenario decisivo para el medio ambiente. Estas son 15 formas en que el resultado de las elecciones impactaría desde la transición energética hasta la protección de los hogares y los recursos naturales.

Una elección que definirá la energía de EE. UU.

La presidencia de Kamala Harris o Donald Trump influirá directamente en el rumbo de las políticas energéticas en EE. UU., un factor crítico para enfrentar la crisis climática. En la carrera hacia la descarbonización para 2035, la administración Biden-Harris ha implementado leyes clave como la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que otorga incentivos para la adopción de energías renovables, electrodomésticos eléctricos y vehículos eléctricos. Harris promete mantener e incluso optimizar estos programas de apoyo. En contraste, Trump ha dejado clara su postura a favor de los combustibles fósiles, promoviendo la frase «Drill, baby, drill», prometiendo deshacer los fondos restantes de la IRA y disminuir la regulación ambiental.

Según analistas como Gernot Wagner, economista climático de Columbia Business School, aunque una posible administración Trump intentara frenar la transición hacia energías limpias, el mercado y la economía están inclinándose hacia esta transformación, con un declive del 90% en el costo de la energía solar en la última década. La diferencia crucial radica en el ritmo de cambio: una administración que promueva activamente la energía limpia aceleraría esta transición, mientras que una dirigida por Trump podría retrasarla, dejando a los estados con la carga de llenar el vacío de apoyo federal.

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Seguros de hogar y desastres climáticos: ¿quién pagará el precio?

Las recientes catástrofes provocadas por huracanes como Helene y Milton han exacerbado el debate sobre el seguro de hogar y la cobertura en zonas vulnerables. A medida que las aseguradoras abandonan áreas de alto riesgo en estados como Florida y California, el gobierno federal, a través de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), ha estado implementando seguros de inundación en esas áreas. Sin embargo, bajo un segundo mandato de Trump, la continuidad de estos programas está en duda; su plataforma de política “Proyecto 2025” sugiere que FEMA podría reducir o eliminar el programa de seguros, trasladando la responsabilidad al mercado privado. Esto aumentaría el costo del seguro y limitaría la reconstrucción para familias de menores recursos.

Harris, por otro lado, se ha mostrado dispuesta a mantener y expandir el respaldo de FEMA, buscando proteger a los hogares de clase media y baja. La situación de los seguros destaca la creciente carga económica del cambio climático sobre la sociedad y el papel que el próximo presidente podría desempeñar en la mitigación de estos costos para las familias estadounidenses.

Salud pública y cambio climático: el enfoque de cada candidato

El calentamiento global afecta la salud pública de diversas maneras, desde el aumento de enfermedades transmitidas por insectos hasta la mayor frecuencia de olas de calor mortales. Para abordar estos riesgos, la administración Biden-Harris estableció la Oficina de Cambio Climático y Equidad en Salud en 2021, una medida pionera aunque aún falta financiamiento suficiente por parte del Congreso. Harris, de resultar elegida, probablemente continuaría desarrollando políticas de salud pública para mitigar los efectos del cambio climático, incluyendo iniciativas para proteger a las personas vulnerables de los eventos climáticos extremos y reducir la contaminación del aire, una de las principales causas de enfermedades respiratorias y cardiovasculares en el país.

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En contraste, Trump ha sido un firme crítico de las regulaciones ambientales que él considera perjudiciales para la economía. Durante su primer mandato, intentó limitar la capacidad de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para emitir recomendaciones de salud pública relacionadas con el cambio climático. Su proyecto de gobierno “Proyecto 2025” propone dividir las funciones de vigilancia de enfermedades de los CDC y disminuir la influencia de esta agencia en políticas de salud ambiental, lo que podría obstaculizar el monitoreo y las respuestas efectivas a emergencias sanitarias relacionadas con el clima.

Protección de tierras públicas: un futuro incierto

La gestión de tierras y áreas protegidas es otro tema clave en estas elecciones. La administración Biden-Harris ha protegido millones de hectáreas de tierras federales mediante la expansión de monumentos nacionales, como el reciente Monumento Nacional Baaj Nwaavjo I’tah Kukveni cerca del Gran Cañón, impulsado por demandas de comunidades indígenas para proteger el área del riesgo de minería de uranio. En este sentido, Harris podría continuar esta tendencia de conservación y participación indígena, equilibrando la necesidad de proteger recursos naturales frente a actividades extractivas.

Por su parte, Trump ha favorecido el desarrollo económico sobre la conservación ambiental. Durante su primer mandato, recortó la extensión de dos importantes monumentos nacionales en Utah para dar paso a actividades mineras y petroleras, y prometió que los estados tendrían mayor control sobre el uso de tierras federales en sus territorios. En un segundo mandato, es probable que mantenga esta postura, lo que pondría en riesgo las áreas públicas frente a la extracción de combustibles fósiles y otros recursos. La elección entre Harris y Trump representa, en este sentido, un punto de inflexión para la conservación de los ecosistemas más representativos de Estados Unidos y el compromiso del país con la biodiversidad.

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