Elecciones en Venezuela: El problema del gas que persiste
Venezuela enfrenta una crisis de producción de gas natural que persiste a pesar de las elecciones presidenciales. Los candidatos proponen soluciones.
Mientras Venezuela se prepara para las elecciones presidenciales, la crisis de producción de gas natural continúa afectando a millones. La producción ha caído a la mitad desde 2016, agravando la escasez y las interrupciones del suministro. El gobierno de Maduro ofrece proyectos a empresas extranjeras, mientras la oposición propone ampliar el rol del sector privado y reestructurar la deuda. Ambos enfoques buscan revitalizar una industria crucial para el país.
El declive de la producción de gas en Venezuela
Venezuela, poseedora de las mayores reservas de gas natural en América Latina y las octavas más grandes del mundo, enfrenta una crisis en su producción de gas. Este año, la producción ha caído a 4 mil millones de pies cúbicos diarios (bcfd) desde casi 8 bcfd en 2016, según datos de la consultora Gas Energy Latin America. Esta drástica reducción no solo afecta el suministro interno, sino también las oportunidades de exportación y generación de divisas para el país.
La caída en la producción ha llevado a una escasez crítica de gas para cocinar, generar electricidad y alimentar plantas petroquímicas y fábricas. Griselda Ascanio, residente de Maracay, a 120 kilómetros de Caracas, mantiene una estufa de leña improvisada en su patio para hacer frente a las frecuentes interrupciones del suministro de gas. «No podemos simplemente llorar por ello», dice Ascanio. «Así que hemos aprendido a resolver los problemas por nuestra cuenta».
Elecciones y propuestas divergentes
La crisis del gas se ha convertido en un tema central en las elecciones presidenciales que se celebrarán el 28 de julio. El presidente Nicolás Maduro ha intensificado sus esfuerzos para atraer inversiones extranjeras en proyectos de gas desde el año pasado. Sin embargo, las deudas impagas a muchas de estas empresas, las sanciones de EE.UU. y las enormes inversiones necesarias han limitado el progreso. Empresas europeas como Repsol, Eni y Shell han sostenido conversaciones inconclusas con el gobierno sobre proyectos para recapturar gas flared, pero estos esfuerzos aún no se han materializado.
Por otro lado, la principal coalición opositora, representada por Edmundo González, propone expandir radicalmente el rol del sector privado y reestructurar la deuda de 150 mil millones de dólares del país. Esta estrategia implicaría una apertura de la industria energética a la inversión extranjera mediante la privatización, reduciendo el papel de PDVSA y utilizando el petróleo para pagar a algunos acreedores. «Nadie va a producir gas en masa en Venezuela en estas condiciones», dice Antero Alvarado, socio gerente de Gas Energy Latin America, refiriéndose a proyectos pequeños de infraestructura para capturar y distribuir gas.
Impacto regional y potencial exportador
La situación del gas en Venezuela tiene repercusiones más allá de sus fronteras. Países vecinos como Colombia, Brasil y Trinidad y Tobago, y muchas naciones europeas, ven en el potencial de producción de Venezuela una posible solución a sus propios déficits de gas. Estos países han presionado a la administración Biden para que otorgue exenciones a las sanciones para proyectos de gas en Venezuela, según ejecutivos de empresas y funcionarios gubernamentales.
Un ejemplo reciente de cooperación internacional es la licencia de 20 años otorgada a un campo de gas que se extiende a aguas de Trinidad, involucrando a BP y la Corporación Nacional de Gas de Trinidad y Tobago (NGC), tras una autorización de EE.UU. en mayo. «Estamos dando un paso monumental en la dirección correcta», declaró el presidente Nicolás Maduro durante la ceremonia de firma, transmitida por la cadena estatal VTV.
Desafíos internos y políticas futuras
A pesar de los intentos del gobierno por atraer inversiones, muchos productores de gas en Venezuela carecen de los medios para aumentar la producción a menos que PDVSA pague sus deudas primero. La ley venezolana para proyectos de gas, más flexible que la del petróleo, ha facilitado algunas negociaciones, pero la infraestructura y el clima de inversión siguen siendo obstáculos significativos.
La oposición, en un posible cambio radical de política, busca reabrir la industria energética a la inversión privada, limitando el papel de PDVSA y reestructurando deudas. Esta estrategia podría generar incentivos económicos para producir gas para el mercado interno y permitir que los grandes proyectos costa afuera se centren en las exportaciones, incluso a través de gas natural licuado (GNL).
La situación del gas en Venezuela es un reflejo de los retos más amplios que enfrenta el país en términos de gobernanza, inversión y desarrollo económico. Sea cual sea el resultado de las elecciones, la necesidad de soluciones efectivas y sostenibles para revitalizar la industria del gas es más urgente que nunca. La capacidad de los líderes futuros para atraer inversiones y gestionar las deudas determinará en gran medida el éxito en superar esta crisis energética.
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