Los Emiratos Árabes Unidos preparan granjas solares para hacer que llueva en el desierto

Que llueva en el desierto es algo muy complicado, pero la ingenieria climática puede ayudar a que se incrementen las precipitaciones en zonas donde es complicado que llueva con la frecuencia necesaria para contrarrestar la sequía. Se utilizan varios medios artificiales que provocan lluvias, pero la propuesta ofrecida por los Emiratos Árabes Unidos es bastante original y promete resultados positivos.

Uno de los medios más utilizados es el lanzamiento de yoduro de plata a las nubes. Esto, en contra de la creencia popular, atrapa a las moléculas de agua que se presentan en forma de nubes y provoca la condensación, de manera que pasa de estado gaseoso a líquido y cae en forma de lluvia.

Pero la propuesta de EAU tiene mucho que ver con la energía fotovoltaica. En este caso, se trata de cubrir una gran superficie del desierto. Esto se debe a un reciente estudio que indica que este tipo de instalaciones provocan una zona de calor que ayuda a mover el aire y provoca lluvias. Esto, en una zona concreta que reúne las características necesarias para que ocurra esto.

Los paneles solares absorben calor y provocan la ascensión del aire caliente, que forman nubes en la vertical de la instalación. Para que esto ocurra, se ha de contar con humedad suficiente para crear esas nubes. Para conseguir esa humedad, debería bastar la presencia de vientos altos con humedad en el Golfo Pérsico.

Paneles solares en un carril bici: la nueva propuesta de Países Bajos

En Países Bajas se acaban de inaugurar dos tramos de carril bici con paneles solares para producir energía solar en un espacio público.

Según las pruebas realizadas, un campo de paneles solares de 20.000 metros cuadrados propiciaría unas lluvias de algo más de 600.000 metros cúbicos. Si estas lluvias se repitieran diez veces durante el verano, se podría suministrar agua para unas 30.000 personas.

Todo esto funciona, sí, pero en teoría. Es importante que los paneles solares sean lo más oscuros posible, así que hay pocas marcas que ofrezcan una solución adecuada a estas necesidades. Por el momento, las instalaciones piloto que se han realizado en Estados Unidos han ofrecido resultados positivos, pero no se sabe si funcionarán correctamente a una escala superior.

Esto hace que el proyecto esté todavía en estudio, pero se han propuesto otras zonas en las que puede llegar a funcionar esta solución, como Namibia, en África, y en la Península de Baja California, en México. Esperemos que este estudio siga adelante y el proyecto acabe teniendo luz verde y las zonas desérticas que cuentan con las condiciones adecuadas se puedan beneficiar de esto.