Emisiones globales de carbono alcanzan un nuevo récord pese a promesas climáticas

Alberto Noriega     21 noviembre 2024     4 min.
Emisiones globales de carbono alcanzan un nuevo récord pese a promesas climáticas

A pesar de las promesas hechas en Cop28, las emisiones de carbono alcanzan un récord en 2024, reflejando la falta de acción global contra los combustibles fósiles.

Las emisiones globales de carbono volverán a alcanzar un récord en 2024, según datos presentados en Cop29, desafiando los compromisos asumidos el año pasado en Cop28 para abandonar los combustibles fósiles. Este aumento, impulsado por el uso creciente de gas y carbón, pone en riesgo el límite de 1.5°C y resalta la urgencia de un cambio real hacia la energía renovable.

Un récord más para las emisiones globales

En 2024, las emisiones globales de carbono provenientes de combustibles fósiles alcanzarán otro máximo histórico, con más de 37 mil millones de toneladas liberadas a la atmósfera. Este aumento del 0.8% respecto a 2023 contrasta drásticamente con la reducción del 43% necesaria para mantener el calentamiento global dentro de los límites del acuerdo de París, según advirtió el proyecto Global Carbon Budget presentado en Cop29, en Azerbaiyán.

El mayor incremento se observa en las emisiones de gas, que subieron un 2.4%, principalmente debido a un mayor uso en China y otras naciones. El petróleo, impulsado por el aumento en vuelos internacionales, aumentó un 0.9%, mientras que las emisiones de carbón crecieron ligeramente un 0.2%.

China sigue liderando como el mayor emisor mundial, con un aumento en sus emisiones debido al crecimiento de la demanda eléctrica de sectores tecnológicos y residenciales. Por el contrario, en Estados Unidos y la Unión Europea las emisiones han disminuido, reflejando un uso menor de carbón, aunque con un alza en el consumo de gas.

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Un año de contradicciones climáticas

El informe de 2024 pone en evidencia el incumplimiento de los compromisos asumidos en Cop28. Aunque la transición energética fue definida como prioridad, en la práctica las naciones han aprobado nuevos proyectos de petróleo y gas, ignorando las advertencias de la comunidad científica sobre las consecuencias climáticas.

Mientras las naciones desarrolladas muestran algunos avances en la reducción de sus emisiones, países en desarrollo como India han visto un aumento del 4.6% en sus emisiones de carbón, impulsado por un crecimiento económico acelerado. A esto se suma el impacto del fenómeno El Niño, que incrementó los incendios forestales y la sequía, elevando las emisiones provenientes de la deforestación, principalmente en Brasil, Indonesia y el Congo.

El impacto del retraso en la transición energética

El retraso global en la transición energética no solo amenaza el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París, sino que también exacerba los impactos del cambio climático que ya se sienten a nivel mundial. En 2024, eventos climáticos extremos como olas de calor, inundaciones y tormentas devastadoras se intensificaron, afectando a millones de personas. Estas catástrofes son un recordatorio urgente de que las emisiones no pueden seguir en aumento.

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A nivel político, el fracaso para reducir significativamente las emisiones socava la confianza en las cumbres climáticas como mecanismo efectivo de acción global. Las naciones que lideran las emisiones, como China y Estados Unidos, enfrentan crecientes críticas por no dar pasos más contundentes, mientras que los países en desarrollo exigen financiamiento climático justo para poder adaptarse y mitigar los impactos climáticos.

El llamado a la acción en Cop29

El presidente de Cop28, Sultan Al Jaber, declaró que la historia juzgará a los líderes por sus acciones, no por sus palabras. Esta sentencia resuena en Baku, donde los negociadores tienen la responsabilidad de establecer un plan concreto para detener la expansión de los combustibles fósiles y garantizar una transición rápida hacia energías renovables.

Entre las medidas más urgentes que se discuten en Cop29 están:

  • Compromisos nacionales más ambiciosos: Los países deben presentar objetivos claros y vinculantes que vayan más allá de los actuales, especialmente en sectores como la industria y el transporte.
  • El fin de nuevos proyectos de combustibles fósiles: Las inversiones en petróleo y gas deben cesar, reemplazándose por financiamiento masivo para energías renovables.
  • Apoyo financiero a los países en desarrollo: La movilización de un billón de dólares anuales es esencial para garantizar una transición justa y proteger a las comunidades más vulnerables.

Sin un cambio drástico en las políticas y prácticas energéticas, la humanidad se enfrentará a un futuro de crisis climáticas incontrolables. Cop29 debe marcar el inicio de una era de acciones reales, donde los compromisos no sean solo declaraciones simbólicas, sino pasos concretos hacia un planeta más sostenible.

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