Energía mareomotriz, otra manera de conseguir electricidad sostenible del mar

En otro artículo hablábamos de la energía undimotriz, la que se produce por el efecto de las olas. En este vamos a centrarnos en otra de las formas de conseguir energía eléctrica gracias al mar, posiblemente más conocida y más utilizada que la anterior. Se trata de la energía mareomotriz, que es la que utiliza la fuerz generada por las mareas y que cuenta con varias instalaciones en todo el mundo.

Las instalaciones de energía mareomotriz están ubicadas en las costas o en zonas profundas. Aprovechan el movimiento de las mareas para que giren las turbinas que generan electricidad. De esta manera, no es necesario ningún combustible para generar la corriente que mueve las aspas de estas turbinas.

Este sistema se puede utilizar para generar electricidad y volcarla a la red general de suministro, pero también para alimentar con electricidad instalaciones como plataformas petrolíferas y comunidades costeras aisladas. La presencia de mareas permite que la electricidad pueda ser obtenida de manera sostenible y limpia.

Otra ventaja es que las centrales de generación eléctrica mediante energía mareomotriz no necesitan mucho mantenimiento, son silenciosas y apenas tienen impacto medioambiental. Eso sí, resultan bastante complicadas de mantener, una vez instaladas en zonas muy remotas porque resultan de difícil acceso.

Tecnología undimotriz: la energía de las olas al servicio de la producción de electricidad

Esta tecnología ya ha comenzado a utilizarse para generar electricidad utilizando las olas del mar sin generar residuos ni contaminación.

Por ello, según su ubicación pueden resultar muy costosas de diseñar e instalar. También puede crear ciertos problemas en la flora y fauna marítima, aunque incluso podría ser beneficioso. Lo que es cierto es que no altera la acción del mar, ya que aprovecha la fuerza de las mareas, no genera corrientes artificiales. También resulta un riesgo para la navegación, así que deben de estar muy bien señalizada para evitar riesgos.

Es, desde luego, una tecnología que todavía necesita inversión y desarrollo, pero que puede representar una alternativa muy práctica a otras maneras de conseguir electricidad de forma sostenible.