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¿Es posible revertir el efecto invernadero en las próximas décadas?
No sólo coches, el sector energético, industria, agricultura o ganadería son causantes del calentamiento global del planeta. ¿Es posible equilibrar el efecto invernadero en las próximas décadas?
El efecto invernadero, un fenómeno natural, beneficioso y necesario para mantener la Tierra habitable ya que permite mantenerla con temperaturas aptas para que puedan sobrevivir sus habitantes, pero desde el pasado siglo se encuentra en una encrucijada. A medida que las actividades humanas liberan dióxido de carbono, metano, ácido nitroso y otros gases denominados de efecto invernadero en la atmósfera, la temperatura del planeta aumenta de manera alarmante, lo que tiene graves consecuencias para el medio ambiente y la salud humana. ¿Estamos a tiempo de frenar este fenómeno?
Dentro de la Unión Europea, el 77,01% de las emisiones que afectan al calentamiento global preceden del sector energético; el 10,55%, por la agricultura; el 9,10%, por los procesos industriales y uso de productos; y el 3,32%, por la gestión de residuos.
El efecto invernadero y su verdadera importancia
Los gases de efecto invernadero, como el vapor de agua, el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, permiten que la radiación solar llegue a la superficie terrestre, pero absorben la radiación infrarroja emitida por la Tierra, lo que provoca el calentamiento de nuestro planeta y lo hace habitable. Sin estos gases, la Tierra sería aproximadamente 33°C más fría.
Con 13.067 kilotoneladas de equivalente de CO2, China es el primer país emisor de gases de efecto invernadero del mundo.
Sin embargo, en el último siglo, el equilibrio natural de estos gases se ha visto perturbado por la actividad humana, en particular, la quema de combustibles fósiles, lo que ha añadido dióxido de carbono adicional a la atmósfera. El resultado es un aumento constante de las temperaturas globales, conocido como calentamiento global.
Las principales causas
Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático del Parlamento Europeo, las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de las actividades humanas han contribuido en torno a 1.1°C al calentamiento global desde principios del siglo XX. La principal fuente de estas emisiones es el uso de energía, que alimenta industrias como la siderurgia, el transporte y la producción de electricidad. El dióxido de carbono, representando alrededor del 80% de las emisiones causadas por el hombre, es el gas predominante.
No sólo coches. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recuerda que el óxido nitroso y metano que genera la ganadería es hasta 296 y 23 veces más perjudicial, respectivamente que el CO2.
El metano, responsable del 11% de las emisiones, proviene principalmente del gas natural, el petróleo y la fermentación entérica, un proceso en el sistema digestivo de ganadería. El ácido nitroso, responsable del 6% de las emisiones, se produce principalmente en la producción de fertilizantes inorgánicos. Finalmente, los gases fluorados, que componen el 2% de las emisiones, resultan de sistemas de aire acondicionado de vehículos y edificios, y solo existen debido a actividades humanas.
Las consecuencias
El calentamiento global tiene efectos devastadores en el medio ambiente y la salud. A medida que las temperaturas aumentan, las sequías se vuelven más frecuentes, lo que ha llevado a una disminución en la producción de cultivos importantes. Además, los incendios forestales se propagan con mayor facilidad, dificultando el acceso al agua potable y aumentando la pérdida de vidas y bienes. El calentamiento del planeta también contribuye a la proliferación de fenómenos climáticos extremos como ciclones, huracanes y tifones, que causan daños significativos. Además, el derretimiento del hielo y el aumento del nivel del mar amenazan a muchas especies, poniendo en riesgo los recursos pesqueros, agrícolas y ganaderos y provocando la escasez de alimentos.
Soluciones
Aunque revertir el efecto invernadero no es una tarea sencilla, aún es posible tomar medidas para mitigar sus efectos. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU., incluso si se detuvieran todas las emisiones humanas de gases de efecto invernadero hoy, la temperatura de la Tierra seguiría aumentando durante algunas décadas debido al calor almacenado en los océanos. Sin embargo, una vez que este calor adicional se irradiara al espacio, la temperatura de la Tierra eventualmente se estabilizaría.
La ONU sugiere que es posible limitar el aumento de la temperatura media mundial a 2°C por encima de los niveles preindustriales mediante la adopción de medidas tecnológicas y cambios en el comportamiento. Para lograrlo, se deben reducir las emisiones promedio de carbono por persona por año a alrededor de 2 a 2.5 toneladas de CO2 equivalente para 2030.
La ONU también enfatiza la importancia de acciones individuales, como ahorrar energía en el hogar, utilizar medios de transporte más sostenibles, reducir el desperdicio de alimentos y optar por energía solar o vehículos eléctricos. Para las empresas, se han lanzado iniciativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en varios sectores.
Los gobiernos también juegan un papel fundamental al establecer políticas y regulaciones que promuevan la reducción de emisiones. La Unión Europea, por ejemplo, ha promulgado una hoja de ruta para reducir las emisiones en un 80% por debajo de los niveles de 1990 y busca alcanzar la neutralidad climática para 2050. Si bien las emisiones globales continúan aumentando, ha habido avances en la reducción de emisiones en algunas regiones, como la Unión Europea. Aunque el camino hacia la reversión completa del efecto invernadero es largo, el mundo tiene la capacidad y la responsabilidad de tomar medidas significativas para frenar su avance y mitigar sus impactos en el medio ambiente y la salud humana.
Fotos: Freepick
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