España pierde terreno en productividad laboral frente al resto de Europa
La productividad laboral en España ha mostrado un déficit crónico frente a la eurozona, ampliándose en la última década pese a recientes avances.
Un nuevo informe de BBVA Research revela que la productividad laboral en España sigue rezagada frente a la de la eurozona. A pesar de un crecimiento reciente en el valor añadido por hora y por trabajador, la diferencia con la UEM se ha ampliado. Este análisis se enfoca en los impactos de la crisis sanitaria, las políticas económicas y el choque energético en el desempeño laboral de España.
Una brecha que se agrava
La productividad laboral en España ha presentado un déficit crónico en comparación con la eurozona, una brecha que se ha ampliado en la última década. En 2023, la productividad por hora trabajada en España se asemejaba a los niveles que la UEM registraba en 1998. Mientras que el valor añadido bruto (VAB) por hora trabajada aumentó un 18,9% en España entre 1995 y 2023, en la eurozona el incremento fue del 29,7%. Además, la productividad por ocupado en España apenas creció un 11,6%, en contraste con el 19,3% observado en la UEM.
Todos los sectores no agrarios en España muestran niveles de productividad inferiores a sus homólogos europeos. Las actividades más productivas, como las tecnologías de la información y comunicación (TIC), actividades financieras e industriales, tienen una participación comparativamente menor en las horas trabajadas en España, mientras que las menos productivas, como el comercio, transporte y hostelería, tienen una mayor presencia.
Durante la pandemia de COVID-19, el comportamiento de la productividad laboral en España fue similar al registrado durante la crisis financiera, pero con una composición diferente. El aumento de la eficiencia productiva representó el 20% del incremento de la productividad en el primer semestre de 2020, impulsado por la digitalización y la reorganización de recursos. Sin embargo, la magnitud sin precedentes de los efectos composición explicó el 80% restante. La desaparición de empresas menos productivas y la reducción del tiempo de trabajo en sectores afectados por las restricciones de movilidad fueron factores clave.
Impacto sectorial y recuperación
En el primer semestre de 2020, sectores menos afectados por las restricciones de movilidad, como las actividades inmobiliarias y la construcción, y sectores esenciales, como las actividades financieras y el sector público, fueron los principales impulsores del aumento de la productividad interna. Durante la recuperación pospandemia, el comercio, el transporte, la hostelería, las actividades profesionales y la industria tomaron el relevo en el impulso al crecimiento de la productividad laboral.
El aumento de la participación del sector público en la ocupación y las horas trabajadas explicó gran parte de la contribución positiva del efecto composición durante el confinamiento. Sin embargo, la destrucción de empleo y la contracción del margen intensivo en actividades con mayor contacto social moderaron este impacto positivo.
Entre el tercer trimestre de 2020 y el tercer trimestre de 2022, la reapertura de la economía impulsó la recuperación de sectores como el comercio, el transporte y la hostelería. No obstante, este repunte no fue suficiente para compensar la contribución negativa del sector público y el sector inmobiliario. Desde el cuarto trimestre de 2022, una mejora generalizada en la eficiencia productiva, especialmente en la industria, el sector financiero, el sector primario y el público, junto con una contribución positiva del efecto composición, han impulsado la productividad laboral en España.
Diferencias con la UEM
La evolución de la productividad laboral en la UEM desde 2020 difiere del ciclo anterior. Durante el confinamiento, la productividad en la UEM creció, pero ha disminuido desde el inicio de la guerra en Ucrania. Un efecto composición menos acusado explicó el menor crecimiento de la productividad laboral en el primer semestre de 2020 en comparación con España, mientras que la reducción de la eficiencia productiva ha sido la principal responsable del comportamiento más desfavorable desde finales de 2021.
En la UEM, sectores como la industria, el sector inmobiliario y el sector público han sido los principales causantes de la caída reciente de la productividad laboral. A diferencia de España, donde la recuperación pospandemia ha estado marcada por una mejora en la eficiencia productiva y un impacto positivo del efecto composición en varios sectores, la UEM ha visto una reducción general en la eficiencia productiva.
El desafío de la productividad
La comparación entre España y la UEM revela un desafío significativo en términos de productividad laboral. Mientras que España ha mostrado avances recientes, la brecha con la eurozona se ha ampliado, destacando la necesidad de políticas efectivas y reformas estructurales para mejorar la eficiencia productiva y optimizar la composición del empleo. La evolución futura dependerá de la capacidad de ambos territorios para adaptarse a las nuevas condiciones económicas y aprovechar las oportunidades de crecimiento sostenible.
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