Estufas de gas matan a 40,000 personas al año en Europa, según un nuevo informe impactante
Estufas de gas causan 40,000 muertes al año en Europa, acortando vidas casi dos años. ¿Es momento de cambiar a opciones más seguras?
Un informe reciente ha revelado que las estufas de gas son responsables de 40,000 muertes al año en Europa, superando la mortalidad por accidentes de tráfico. La exposición a gases tóxicos como el dióxido de nitrógeno en interiores ha sido vinculada a enfermedades cardíacas y pulmonares, acortando la vida de quienes fallecen en casi dos años. Expertos en salud pública instan a la eliminación gradual de las estufas de gas en la UE para proteger la salud de los ciudadanos.
Un riesgo silencioso en la cocina: el impacto de las estufas de gas en la salud
La contaminación de interiores causada por estufas de gas ha pasado desapercibida durante años, pero la reciente investigación de la Universidad Jaume I en España alerta sobre su impacto en la salud. El estudio, financiado por la Fundación Europea para el Clima, muestra que cocinar con gas en espacios cerrados incrementa la concentración de dióxido de nitrógeno (NO₂), un gas que inflama las vías respiratorias y está vinculado a enfermedades cardíacas y pulmonares. El informe estima que esta exposición tóxica es responsable de 36,000 muertes prematuras en la UE y casi 4,000 en el Reino Unido cada año, una cifra que sorprendentemente dobla la mortalidad por accidentes de tráfico en la región.
Actualmente, uno de cada tres hogares en la UE cocina con gas, pero el porcentaje es mucho mayor en países como Italia, Rumania y el Reino Unido, donde más del 50% de las viviendas utilizan estufas de gas. Los investigadores advierten que estas cifras son conservadoras, ya que solo analizan los efectos del NO₂ y no otros contaminantes como el monóxido de carbono y el benceno, que también son liberados en la combustión del gas.
Campañas para la eliminación de estufas de gas en la UE
El riesgo de las estufas de gas ha llevado a organizaciones como la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA) a solicitar políticas para eliminar su uso en el continente. Sara Bertucci, portavoz de la EPHA, comparó el uso de las estufas de gas con el de los cigarrillos: “Durante años, se ignoraron sus efectos en la salud, pero en realidad las estufas de gas son un incendio lento que llena el hogar de contaminación”. La organización propone establecer límites de emisiones en interiores, etiquetar las estufas con advertencias sobre los riesgos de contaminación y subsidiar el cambio a cocinas eléctricas más limpias y seguras.
Si bien algunos expertos sugieren abrir ventanas y usar extractores al cocinar, estos métodos no eliminan del todo el riesgo, según Juana María Delgado-Saborit, autora del estudio y experta en salud ambiental. Ante estos hallazgos, la investigadora y su equipo instan a una transición urgente hacia tecnologías de cocina más limpias en toda la UE. Para aquellos que ya están considerando el cambio, Delgado-Saborit asegura que “una cocina eléctrica es no solo más segura, sino también más saludable para todos en el hogar”.
La urgencia de políticas para mejorar la calidad del aire interior
Pese a que la UE ha reforzado recientemente las regulaciones de calidad del aire exterior, aún no existen estándares específicos para la calidad del aire en interiores, donde los efectos de la contaminación por estufas de gas son más directos. Según Steffen Loft, experto en contaminación atmosférica de la Universidad de Copenhague, la estimación del riesgo por NO₂ en interiores basada en estudios de tráfico exterior es plausible y necesaria para entender el impacto real en la salud de los hogares europeos. Sin embargo, advierte que la falta de normativas para interiores deja sin protección a millones de personas que, sin saberlo, están expuestas a niveles peligrosos de contaminación en sus propias cocinas.
Algunos países han comenzado a tomar medidas. En lugares como Países Bajos, donde más del 60% de los hogares utilizan estufas de gas, se está incentivando la transición hacia cocinas eléctricas, ofreciendo subsidios para reemplazar los aparatos de gas. Estas iniciativas, aunque incipientes, reflejan un reconocimiento de los riesgos a largo plazo de esta tecnología de combustión. La EPHA también ha recomendado que la UE implemente límites de NO₂ para cocinas de gas y destine fondos específicos para subvencionar el cambio a alternativas más limpias, especialmente para las familias con menos recursos.
Los beneficios de un cambio hacia cocinas eléctricas
La transición hacia cocinas eléctricas no solo reduce la contaminación interior, sino que también apoya los objetivos de sostenibilidad climática al disminuir el uso de combustibles fósiles en el hogar. Estudios anteriores ya habían identificado que los hornos de gas emiten una cantidad considerable de gases de efecto invernadero, lo que agrava la crisis climática. Además, Delgado-Saborit destaca que en su investigación encontraron que el uso de estufas eléctricas es significativamente más seguro en términos de exposición a contaminantes, comparándolas incluso con el efecto de dejar de fumar en términos de calidad del aire en interiores.
Para la mayoría de las familias, el cambio a la cocina eléctrica es más accesible de lo que parece, especialmente a medida que los costos de la tecnología van disminuyendo y surgen más opciones de bajo consumo energético. En un contexto en el que el hogar es el espacio principal de la vida diaria, la decisión de optar por una cocina libre de combustibles fósiles no solo representa una mejora en la calidad de vida, sino una medida preventiva frente a enfermedades respiratorias y cardíacas que, de otra forma, seguirían afectando a miles de europeos cada año.
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