Las farolas ya existentes son la mejor solución para la recarga en ciudades
La instalación eléctrica ya está hecha y tan solo es necesario realizar una pequeña adaptación en cada farola para añadir un punto de carga
A menudo se suele afirmar que la mejor opción para recargar un vehículo eléctrico es un Wallbox instalado en el propio garaje. Esta solución permite realizar una carga lenta cada noche, que limitará al máximo la degradación de la batería en comparación con las cargas rápidas a alto voltaje. Y, por otro lado, de este modo será posible aprovechar las tarifas eléctricas en horario nocturno que suelen ser más económicas, reduciéndose así el coste de los desplazamientos.
Pero, ¿qué pasa entonces con los miles de personas que viven en ciudades y no disponen de una plaza de garaje? ¿deben renunciar a la movilidad eléctrica por este motivo?
En absoluto, para todos aquellos que dejan el coche en la calle siempre que no lo utilizan existe una alternativa que algunas ciudades, especialmente del norte de Europa, ya están impulsando. Algo tan sencillo como reutilizar los postes de las farolas del alumbrado de las ciudades, dándoles un uso adicional: permitir la recarga lenta de vehículos eléctricos.
El ayuntamiento de tu ciudad ya debería estar trabajando en ello si no lo está haciendo
Una solución que no solo acerca la movilidad eléctrica a muchas más personas, sino que según un reciente estudio, reduce además en un 88 por ciento la huella de carbono respecto a la alternativa de instalar puntos de carga convencionales.
El estudio, realizado por la compañía británica ChargeLight, tenía como objetivo cuantificar la reducción en el nivel de emisiones de dioxido de carbono que se obtiene al emplear las farolas como puntos de carga en las ciudades. La conclusión final no deja lugar a dudas, ya que añadir un punto de carga a una farola ya existente requiere mucho menos material, mucho menos tiempo, y es además mucho más sencillo. Algo que, por otro lado, resulta de sentido común.
«Los recursos necesarios para instalar nuevos puntos de carga son mucho mayores que los empleados para adaptar las farolas ya existentes en las calles para esta misma función.»
Los autores de este estudio destacan, además, que en el Reino Unido hay más de 300 mil farolas que cumplen los requisitos necesarios para poder realizar una adaptación y agregar en ellas un punto de carga lenta.
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