
La startup española LIUX pospone la producción de su modelo ANIMAL, para centrarse en la sostenibilidad con un nuevo modelo eléctrico, el LIUX GEKO.
La Unión Europea se plantea prohibir el uso de la fibra de carbono, un material que se ha convertido en casi indispensable en la industria.
Una nueva amenaza se cierne sobre la industria del automóvil, aunque puede extenderse a más sectores. El problema esta vez se centra en el uso de la fibra de carbono. Este material está cada vez más presente en muchos vehículos, sobre todo en los de los segmentos superiores, por su versatilidad y el bajo peso que presenta.
El uso de la fibra de carbono se ha extendido mucho y raro es el modelo de gama alta que no tiene este material entre sus componentes. Entre sus características están su bajo peso y su elevada resistencia, que lo sitúa por encima del acero, incluso. Su uso está limitado a los coches de mayor gama debido a su alto coste de producción, y en es estos vehículos donde más presencia tiene, ya que el dinero no suele ser problema en estos casos.
Pero ahora el uso de la fibra de carbono puede estar comprometido porque se considera un producto peligroso para la salud y el medio ambiente. Esto es lo que se desprende de la revisión de la Directiva sobre Vehículos al Final de su Vida Útil (VFU), que regula el desguace y el reciclaje de los vehículos una vez ha terminado su vida útil.
Al parecer, al separar la fibra de carbono de la resina que la une, en el aire se quedan filamentos que pueden ser respirados y que causan serios problemas en las mucosas e incluso en la piel de las personas con quien entra en contacto. Además, parece ser que entra en contacto con la parte eléctrica de la maquinaria cercana y provoca cortocircuitos que generan muchos problemas y averías en la misma.
Esta situación ha hecho que la Unión Europea se plantee prohibir la fibra de carbono en la fabricación de vehículos e incluso su utilización en otros sectores, como la fabricación de palas de aerogeneradores, embarcaciones y en otras industrias donde la resistencia y la ligereza de los componentes juegan un papel fundamental en su fabricación.
¿Quiere decir esto que llegará una ley que prohibirá el uso de la fibra de carbono en la industria del automóvil? Es pronto para decirlo y ya podemos adelantar que los fabricantes pondrán muchas trabas para evitarlo. Es importante para fabricar coches más ligeros, algo que en el caso de los coches eléctricos es fundamental para mantener e incrementar la autonomía, dado el peso de las baterías.
De todas maneras, el plazo más cercano para legislar al respecto haría que esta prohibición entraría en vigor en 2029 y teniendo en cuenta que habría mucha presión para evitar su prohibición, es posible que, si llega a producirse esta situación, se produzca mucho más tarde.
El negocio de la fibra de carbono supuso unos 5.480 millones de dólares a nivel mundial, con una previsión de que crezca hasta los 17.080 mmillones de dólares en el año 2035. La industria de la automoción utiliza este material, pero también la industria aeroespacial, la naval y la de generación de energía, así que se ha convertido en un componente indispensable para muchos sectores.
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