¿Tienen futuro los híbridos enchufables?
Los vehículos híbridos enchufables o PHEV están de moda, y es que muchos fabricantes ya han presentado sus modelos. Sin embargo, ¿Realmente tienen futuro este tipo de coches?
Los fabricantes de automóviles en Europa están en un profundo proceso de electrificación de sus gamas. Sin embargo, los problemas de infraestructura de carga para este tipo de coches, su autonomía y sus elevados precios por el momento hacen que las marcas desconfíen en las ventas de este tipo de vehículos.
Por ello, han tenido que buscar una alternativa que por el momento sea atractiva para todos los clientes, y la respuesta parece que ha sido unánime: los coches híbridos enchufables o PHEV. Este tipo de coches son una maniobra maestra por parte de las marcas, y es que sólo tienen que instalar un motor eléctrico y una batería a un coche con propulsor convencional.
Esta combinación permite conservar la mayor parte de la facilidad de uso a la que están acostumbrados los consumidores a la vez que los fabricantes consiguen rebajar sus emisiones entre un 50% y un 80%.
Debido a la forma en la que se calculan las emisiones de cada vehículo, los coches híbridos enchufables pueden registrar una cifra de CO2 inferior a 50 gramos por kilómetro. Esto es una gran noticia para las marcas, y es que estos números ayudarán en gran medida a conseguir la media de 95 gramos por kilómetro en las gamas para poder cumplir con la próxima normativa de emisiones que entrará en vigor en 2021.
Los PHEV se acogen a numerosas subvenciones de compra en varios países de la Unión Europea. Además, en España cuentan con la Etiqueta 0 de la DGT –siempre que superen los 40 kilómetros de autonomía eléctrica- por lo que pueden acceder a las zonas de bajas emisiones sin problema.
¿Realmente son vehículos de bajas emisiones?
Sin embargo, no todo son buenas noticias para los híbridos enchufables, y es que es cierto que una vez que sus baterías se agotan, se mueven sólo mediante el motor térmico. Por lo tanto, sus emisiones de CO2 son las mismas o incluso mayores que las de cualquier otro vehículo: hecha la ley, hecha la trampa.
Esto es algo que no pasarán por alto las asociaciones ambientales ni los propios gobiernos de los países, por lo que de momento los fabricantes están aprovechando un vacío legal que, por el momento, parece que no va a variar. Sin embargo, deben estar al acecho para cuando esto pase.
Este resquicio en la normativa ha sido posible gracias al nuevo ciclo de emisiones WLTP. Por poner un ejemplo, los nuevos SUV híbridos enchufables del Grupo PSA, es decir, el Opel Grandland X Hybrid4 y el Peugeot 3008 GT Hybrid4, declaran unas emisiones de 29 gramos de CO2 por kilómetro según el WLTP. Sin embargo, el Peugeot i-On, un pequeño urbano homologado con el anterior ciclo NEDC, declaraba unas emisiones de CO2 de 93 gramos por kilómetro.
Carlos Tavares, CEO del Grupo PSA, declaraba en el pasado Salón de Frankfurt: “Nosotros no hemos creado el ciclo WLTP, sino que fue implementado para sustituir al ciclo NEDC, mucho más simple e irreal”.
Por el momento, los vehículos híbridos enchufables se sitúan como el paso intermedio entre tener un vehículo convencional y uno completamente eléctrico. Con estos, los clientes se habituarán al hecho de cargar su coche para que una vez que den el salto a un 100% eléctrico, el proceso esté ya completamente interiorizado.
Las matriculaciones les respaldan por el momento
Que las ventas de vehículos híbridos enchufables están en pleno aumento es una realidad, y es que se espera que el año que viene se dupliquen sus ventas en el continente europeo. Por lo tanto, se espera que la cuota de mercado para los PHEV sea del 5,2% en 2020.
Algo con lo que tienen que lidiar los fabricantes es con el hecho de que producir vehículos híbridos enchufables no es barato. Un alto cargo de Ford Europa afirmaba que “los híbridos enchufables cuentan con una tecnología muy costosa, por lo que sólo tiene sentido para los vehículos más grandes y pesados”. El coste medio de instalar este tipo de tecnología en cualquier coche es de 5.000 euros, por lo que no tiene sentido instalarlo en un coche de 10.000 euros, puesto que su precio de venta aumentaría considerablemente y dejaría de ser atractivo para el público.
Este incremento de precio tiene un mayor sentido en los vehículos más grandes, aunque bien es cierto que las matriculaciones de vehículos híbridos enchufables son muy volátiles, dependiendo en gran medida de las ayudas que brinden los gobiernos. Por ejemplo, el Gobierno holandés ofreció grandes ayudas para la compra de PHEV en 2015 y, una vez que las retiraron, las ventas se desplomaron un 96% en tan sólo dos años.
El motivo por el cual el Gobierno holandés eliminó estos incentivos es que se dieron cuenta de que la mayoría de propietarios de híbridos enchufables no conectaban su coche a los puntos de carga, sino que los utilizaban como híbridos convencionales. Por lo tanto, la combinación de un motor de gasolina obligado a tirar de unas pesadas baterías hace que un coche híbrido enchufable sin carga pueda ser más contaminante que un vehículo diésel.
¿De verdad tienen futuro los híbridos encgufables?
El futuro de los vehículos híbridos enchufables o PHEV es realmente incierto, aunque lo que parece claro es que su existencia estará condicionada a la evaluación de los puramente eléctricos.
La Unión Europea no tardará en estudiar a fondo el uso y las emisiones reales de los coches híbridos enchufables, por lo que no sería de extrañar que aplicaran restricciones a este tipo de vehículos. En caso de que, por ejemplo, se les retirara la Etiqueta 0 de la DGT, perderían su principal aliciente de venta.
Por lo tanto, los fabricantes deben trabajar para que las baterías de sus vehículos híbridos enchufables les permitan tener una mayor autonomía eléctrica para tratar de minimizar el funcionamiento del motor de combustión. Además, la potencia de los mismos también debería aumentar para que, por ejemplo, en un adelantamiento, no tenga que entrar en funcionamiento el motor térmico.
No todo el peso debe recaer sobre los fabricantes, y es que los usuarios también deben cumplir con su obligación al tener este tipo de vehículos y deben cargar sus baterías para hacer un uso correcto de sus posibilidades.
Lo que parece claro es que los fabricantes han encontrado un filón con los vehículos híbridos enchufables. Sin embargo está por ver si esta moda será pasajera o, al igual que los eléctricos, los PHEV evolucionarán positivamente.
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