Gripe sin precedentes: la cepa B/Yamagata y su extinción en la era post-covid

Alberto Noriega     29 noviembre 2024     4 min.
Gripe sin precedentes: la cepa B/Yamagata y su extinción en la era post-covid

La extinción de la cepa B/Yamagata impacta la vacuna contra la gripe 2024-2025. ¿Qué implica para la salud pública global?

La cepa de influenza B/Yamagata parece haberse extinguido tras más de tres años sin detectarse en sistemas globales de vigilancia, un fenómeno atribuido a las medidas preventivas contra el COVID-19. La Organización Mundial de la Salud ha recomendado excluirla de la vacuna contra la gripe 2024-2025, marcando un cambio en las estrategias de prevención de influenza. Sin embargo, investigadores llaman a mantener la vigilancia para confirmar su desaparición definitiva y evitar reapariciones inesperadas.

Un vacío en los datos de vigilancia

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020, la cepa de influenza B/Yamagata no ha sido detectada en los sistemas globales de vigilancia de influenza. Este periodo de ausencia supera ampliamente los patrones estacionales típicos de circulación, lo que sugiere su posible extinción. Además, los análisis de los últimos aislamientos de B/Yamagata muestran una falta de diversidad genética, lo que indica un cuello de botella poblacional significativo.

A pesar de estas señales, los expertos mantienen cautela. No se descarta que la cepa pueda estar circulando en reservorios animales o en áreas humanas remotas, donde la vigilancia es limitada. La comunidad científica señala que podrían requerirse años adicionales de datos para confirmar su extinción de manera concluyente.

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¿Qué llevó a B/Yamagata al borde de la extinción?

La desaparición de B/Yamagata está estrechamente relacionada con las medidas de prevención contra el COVID-19. El uso extendido de mascarillas, el distanciamiento social y la reducción de viajes internacionales limitaron la propagación de enfermedades respiratorias, incluyendo la influenza. Además, las características propias de B/Yamagata, como una tasa de transmisión más baja, un rango de hospedadores reducido y una menor diversidad genética, la hicieron especialmente vulnerable.

Estos factores, junto con la competencia de otras cepas de influenza como B/Victoria, crearon un escenario en el que B/Yamagata no pudo recuperarse tras la disminución drástica en su circulación durante la pandemia.

Un cambio en la vacuna contra la gripe

En respuesta a su aparente extinción, la Organización Mundial de la Salud recomendó excluir B/Yamagata de las vacunas contra la influenza para la temporada 2024-2025. Este cambio ya ha sido implementado por fabricantes de vacunas, como parte de un esfuerzo por optimizar la protección contra las cepas de influenza actualmente circulantes.

La eliminación de B/Yamagata simplifica la composición de la vacuna, permitiendo reasignar recursos hacia cepas más prevalentes. Además, la vigilancia se centra ahora en la línea B/Victoria, que permanece activa y podría evolucionar en ausencia de la competencia de B/Yamagata.

Lecciones de la desaparición de B/Yamagata

La desaparición de la cepa B/Yamagata ilustra cómo medidas globales de salud pública, diseñadas para combatir un virus específico como el SARS-CoV-2, pueden tener efectos colaterales positivos y negativos. Si bien estas acciones redujeron la propagación de enfermedades respiratorias, también alteraron el ecosistema viral. Esto plantea preguntas importantes sobre cómo intervenciones a gran escala pueden afectar otras enfermedades y la importancia de monitorear estos efectos.

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Por ejemplo, las tasas de influenza y otros virus respiratorios disminuyeron significativamente durante los primeros años de la pandemia, pero el regreso de estas enfermedades en 2023 y 2024 ha sido notablemente intenso, especialmente entre poblaciones con menor exposición reciente. Esto sugiere que, aunque estas medidas fueron efectivas a corto plazo, la dinámica a largo plazo de las enfermedades infecciosas puede ser impredecible.

Implicaciones para la salud pública

La modificación en la vacuna plantea desafíos y oportunidades. Por un lado, los laboratorios que manejan muestras antiguas de B/Yamagata deben adoptar medidas de seguridad más estrictas para prevenir riesgos, ya que la inmunidad de la población frente a esta cepa puede disminuir con el tiempo. Por otro lado, la eliminación de esta cepa ofrece una oportunidad única para estudiar y establecer criterios sobre cómo declarar un virus extinto en la naturaleza, algo sin precedentes en el caso de la influenza.

El futuro de la vigilancia y la vacunación

La posible extinción de B/Yamagata es un recordatorio de la naturaleza dinámica de los virus respiratorios y de cómo factores externos, como una pandemia global, pueden influir drásticamente en su evolución. La comunidad científica deberá continuar monitoreando la influenza en todas sus formas, incluso aquellas que parecen haber desaparecido, para evitar reapariciones inesperadas o la aparición de nuevas variantes.

Además, la experiencia con B/Yamagata subraya la importancia de las medidas de salud pública y su impacto más allá del virus que inicialmente buscan combatir. La integración de estas lecciones en futuras estrategias de vacunación y vigilancia será clave para enfrentar de manera más efectiva los desafíos en constante evolución que plantea la influenza.

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