Hacia una pesca sostenible: supervisión estricta y reducción de capturas
La pesca sostenible requiere mayor supervisión y menores capturas para preservar los stocks pesqueros y proteger los ecosistemas marinos.
La pesca insostenible, la contaminación y el cambio climático están amenazando la viabilidad de las pesquerías globales. Para prevenir el colapso de los stocks de pesca silvestre y mantener la sostenibilidad ecológica, es necesario aumentar la supervisión, cumplir con los acuerdos internacionales y reconocer la menor capacidad de carga dentro de las pesquerías, según un informe reciente.
La crisis de la pesca global
Durante las últimas cuatro décadas, la proporción de stocks pesqueros explotados a niveles biológicamente insostenibles ha aumentado. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 35.4% de las pesquerías gestionadas fueron consideradas explotadas de manera insostenible en 2019. Esta cifra es alarmante, ya que representa una disminución significativa desde el 90% en 1974. Con el 90% de las pesquerías globales totalmente explotadas o sobreexplotadas, según estimaciones del Banco Mundial, el panorama para la pesca mundial es desalentador. La caída en las capturas de peces refleja esta realidad.
Para asegurar rendimientos sostenibles a largo plazo, es crucial que las poblaciones de peces sean explotadas a un nivel que se alinee con su fertilidad y tasa de reconstrucción. Este concepto, conocido como rendimiento máximo sostenible (MSY), requiere una recolección y análisis rigurosos de datos sobre los stocks pesqueros individuales. Los estados deben invertir en supervisión efectiva y bien financiada para gestionar sus pesquerías dentro de sus fronteras y zonas económicas exclusivas (ZEE). Esto incluye controlar el acceso a la pesca, calcular el MSY para regular los niveles de cosecha y proteger los hábitats.
La importancia de la supervisión y el cumplimiento
Aunque existen Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP) establecidas por el Acuerdo sobre Poblaciones de Peces de las Naciones Unidas (UNFSA) en 2001 para mejorar la cooperación internacional, persisten serias deficiencias en la gestión de las pesquerías. Los países en desarrollo a menudo carecen de recursos para financiar una supervisión efectiva, dejando sus aguas vulnerables a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) por flotas pesqueras industriales. Estas flotas, conocidas por prácticas laborales inseguras y abusos, representan una amenaza significativa para las pesquerías no supervisadas.
La FAO ofrece una visión completa de los stocks pesqueros globales, pero a menudo depende de la autoevaluación de los estados, lo que resulta en datos inconsistentes y poco fiables. Sin datos precisos y oportunos, los estados enfrentan desafíos para mantener una supervisión efectiva y calcular correctamente el MSY, lo que puede llevar a la sobreexplotación de especies clave y potencialmente causar el colapso de un stock entero.
El impacto del cambio climático
El cambio climático introduce variables y incertidumbres adicionales, como el aumento de la temperatura del mar, la acidificación y las condiciones hipóxicas que crean zonas muertas. Estos cambios afectan los procesos biológicos, alteran las redes alimentarias y cambian la distribución y productividad de las especies. Las pesquerías gestionadas deben adaptarse a estos cambios para mantener niveles sostenibles y evitar la sobreexplotación de los recursos marinos.
Soluciones y acciones necesarias
La demanda global de mariscos se espera que crezca junto con el crecimiento de la población hasta 2050, aumentando la presión sobre las pesquerías. Sin embargo, los ecosistemas marinos no pueden satisfacer esta demanda y seguir siendo sostenibles. Es esencial que las pesquerías expandan sus esfuerzos para proteger y restaurar hábitats, establecer límites realistas y sostenibles de pesca y combatir la pesca INDNR.
Para apoyar a los países con agencias subfinanciadas y falta de infraestructura, la FAO y las organizaciones no gubernamentales deben priorizar la mejora de la gestión de las ZEE. Los sistemas que otorgan derechos exclusivos y transferibles para capturar un porcentaje del MSY de un stock de peces pueden ayudar a garantizar el cumplimiento y reducir la sobrecapitalización de las flotas pesqueras.
La responsabilidad del consumidor
Los consumidores también juegan un papel crucial en apoyar la pesca sostenible. Al elegir mariscos, es importante conocer su origen y apoyar las pesquerías locales y bien gestionadas. Investigar marcas y etiquetas ecológicas, como el Marine Stewardship Council (MSC) y el Aquaculture Stewardship Council (ASC), puede ayudar a tomar decisiones informadas. Sin embargo, es vital escrutinar los criterios de certificación y asegurarse de que provengan de una pesquería bien gestionada.
Un futuro sostenible para la pesca
A medida que aumentan las presiones ambientales y cambian los ecosistemas, las comunidades pesqueras y los consumidores deben aceptar la realidad de que habrá menos mariscos silvestres disponibles. Al restringir el acceso, aumentar la supervisión y colaborar a través de las jurisdicciones, es posible que las pesquerías globales alcancen la sostenibilidad mientras apoyan ecosistemas marinos resilientes y biodiversos para las futuras generaciones.
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