La huella de carbono de un coche eléctrico
Sólo en su uso, la huella de carbono de un coche eléctrico resulta hasta tres veces inferior a la de uno térmico. El reto, una eficaz trazabilidad y reciclaje de sus baterías.
La huella de carbono es un indicador crítico que mide las emisiones totales de gases de efecto invernadero asociadas a la fabricación, el uso y la eliminación de un producto o servicio. En el contexto de los coches eléctricos, es crucial comprender cómo estos vehículos impactan el medio ambiente en comparación a los tradiciones vehículos de combustión interna ya que, en Europa, va a ser en apenas una década el verdadero motor de cambio hacia una movilidad, presumiblemente, completamente eléctrica con el coche eléctrico a baterías como principal tecnología.
Fabricación y construcción de coches eléctricos
Estimar la huella de carbono de la fabricación de coches eléctricos es un proceso complejo que involucra múltiples etapas. La obtención de materias primas, su extracción, transporte y transformación en componentes de vehículos son parte de esta ecuación. Un ejemplo es la construcción del motor e inversor, que puede producir emisiones de aproximadamente 641 a 1.070 kg de CO2. Sin embargo, una parte crítica de la huella de carbono de un coche eléctrico proviene de las baterías, que emiten alrededor de 177 kg de CO2 por cada kWh producido.
Conducción y uso de coches eléctricos
Cuando se trata del uso diario de un coche eléctrico, las emisiones de CO2 son notoriamente bajas. Por ejemplo, un coche eléctrico puede consumir alrededor de 17 kWh por cada 100 km de recorrido.
«Según las estadísticas de la Red Eléctrica de España y las Agencias Estatales, un vehículo eléctrico promedio emitirá aproximadamente 8.785 kg de CO2 durante un recorrido de 195.000 km. Un coche de combustión con una emisiones medias de 120 g/km produciría por uso, en el mismo recorrido, 23.400 kilos de CO2.»
La ventaja de los coches eléctricos radica en su eficiencia energética; pueden recorrer distancias significativamente más largas con la misma cantidad de energía en comparación con los vehículos de combustión. Esto significa que, a lo largo de su vida útil, los coches eléctricos generan menos emisiones de CO2 que sus contrapartes de gasolina o diésel.
Comparación de emisiones entre coches eléctricos y de combustión
Varios estudios respaldan la afirmación de que los coches eléctricos tienen un menor impacto climático en su vida útil en comparación con los vehículos de combustión. Diferentes estudios realizados por universidades e institutos en energética y medioambiente concluyen que los coches eléctricos son más respetuosos con el medio ambiente. Las emisiones de CO2 de un coche eléctrico dependen en gran medida de la fuente de electricidad utilizada para cargarlo. Optar por energía verde o sistemas fotovoltaicos para cargar un coche eléctrico reduce significativamente las emisiones de CO2 durante su fase de carga. Esto hace que los coches eléctricos sean aún más ecológicos y contribuye a la sostenibilidad ambiental.
La «mochila climática» de los coches eléctricos
Los coches eléctricos no están exentos de una «mochila climática». En su ciclo de vida, generan ciertas emisiones de CO2, en promedio alrededor de 75 kg de CO2 por kilovatio hora de potencia. Sin embargo, es importante destacar que los vehículos de combustión también tienen una pequeña «mochila» debido a las emisiones asociadas con su producción.
Una parte significativa de las emisiones de carbono de un coche eléctrico se origina en la producción de sus baterías. Esto subraya la importancia de abordar la sostenibilidad en la fabricación de baterías y reducir las emisiones en esta etapa.
El reciclaje de baterías de alto voltaje es fundamental para reducir la huella de carbono de los coches eléctricos. Recuperar materiales como cobalto, níquel, cobre y litio de las baterías usadas es esencial para una producción sostenible de baterías en el futuro. Son algunos de los elementos más valiosos que podemos encontrar en su interior, pero también hay otros de menor valor pero mucho más peligrosos, como el electrolito y el polímero.
La Comisión de la UE ha establecido criterios de sostenibilidad para la eliminación de las baterías, que también pueden ser utilizadas como sistemas de almacenamiento de energía en el hogar.
Reglamento de baterías y pasaporte de carbono
La Unión Europea está tomando medidas para mejorar la trazabilidad de las baterías y proporcionar información sobre su huella de carbono. Esto permitirá a los consumidores tomar decisiones más informadas y promoverá la sostenibilidad en la producción y el reciclaje de baterías. Se espera que, para 2027, las baterías muestren información sobre la cantidad de material reciclado utilizado, y para 2030, se establecerán criterios más estrictos para el contenido de materiales reciclados en las baterías, contemplando diferentes pasos.
Desmontaje. Las baterías usadas se desmontan para acceder a sus componentes, como las celdas individuales. Esto se hace en instalaciones especializadas que cuentan con medidas de seguridad adecuadas.
Descarga segura. Antes de proceder con el reciclaje, las baterías se descargan de manera segura para eliminar la electricidad residual.
Separación de componentes. Las celdas individuales se separan y se clasifican según su estado y capacidad. Esto es importante para aprovechar las celdas que aún son funcionales.
Recuperación de materiales. Materiales como el cobalto, níquel, cobre y litio se recupera a través de procesos químicos y metalúrgicos. Estos materiales se pueden reutilizar en la fabricación de nuevas baterías. El l electrolito y el polímero se tratan o eliminan de manera segura de acuerdo con las regulaciones ambientales.
Reutilización de celdas. Las celdas que aún son funcionales, pero quizás no sean adecuadas para vehículos, se pueden utilizar en aplicaciones menos exigentes, como sistemas de almacenamiento de energía en el hogar.
El Reglamento de Baterías de la UE se introdujo en 2020 y se centra en varios aspectos para garantizar la sostenibilidad de las baterías de coches eléctricos:
Trazabilidad. El reglamento establece requisitos para que los fabricantes de baterías proporcionen información sobre la huella de carbono y la eficiencia energética de sus productos. Esto permite a los consumidores tomar decisiones informadas y promueve la transparencia en la cadena de suministro.
Reciclaje y seguridad. Aborda la gestión de residuos de baterías y promueve el reciclaje. También establece normas de seguridad para el transporte y manipulación de baterías usadas.
Sostenibilidad en la producción. Se fomenta la producción sostenible de baterías, incluyendo la reducción de las emisiones de carbono en la cadena de suministro y la mejora de las condiciones laborales en la extracción de materias primas.
El reciclaje de baterías incluye la descomposición a nivel de módulos, trituración, secado y procesamiento de materiales de calidad de baterías.
Por su parte, el concepto del «Pasaporte de Carbono» se refiere a la documentación que proporciona información detallada sobre la huella de carbono de una batería de coche eléctrico a lo largo de su ciclo de vida. Este pasaporte es una parte integral de la trazabilidad y sostenibilidad de las baterías. Incluye información sobre estos conceptos.
Emisiones en la fabricación. Las emisiones de CO2 asociadas con la producción de la batería, incluyendo la extracción de materias primas, la fabricación de componentes y la ensamblaje.
Emisiones en el uso. Las emisiones generadas durante la vida útil de la batería, incluyendo las relacionadas con la carga y descarga de energía.
Reciclaje. Cómo se gestionan las baterías al final de su vida útil, y las emisiones asociadas con el reciclaje y la reutilización de materiales.
Materiales y sostenibilidad. Información sobre los materiales utilizados en la batería, su origen y su impacto ambiental.
Con una tasa de reciclaje de más del 96 por ciento, los centros de reciclaje de baterías están creando las ‘minas del futuro’.
La implementación de pasaportes de carbono para baterías de coches eléctricos contribuye a una mayor transparencia y permite a los consumidores tomar decisiones informadas sobre la sostenibilidad de sus vehículos. También impulsa a la industria a reducir su huella de carbono a lo largo de toda la cadena de valor de las baterías. Junto con el reglamento de baterías y la implementación de pasaportes de carbono, son elementos esenciales para garantizar la sostenibilidad y reducir la huella de carbono de los coches eléctricos. Estas iniciativas son parte de un esfuerzo global para abordar los desafíos ambientales y avanzar hacia una movilidad más limpia y sostenible.
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