Litio en crisis: ¿Qué le espera al mercado tras el colapso de precios?

El mercado del litio ha pasado de un auge explosivo a una caída abrupta en los últimos dos años. Los precios del litio, que alcanzaron niveles récord en 2022, se han desplomado debido a un exceso de oferta y una menor demanda de vehículos eléctricos puros. Aunque el mercado enfrenta un ajuste a corto plazo, los analistas prevén que el litio seguirá siendo esencial en la transición energética global, con un enfoque renovado en el crecimiento de los vehículos híbridos y la expansión de la infraestructura de carga eléctrica como impulsores clave para el futuro.

El ciclo de auge y caída en el mercado del litio

El mercado del litio ha experimentado un ciclo clásico de auge y caída en los últimos dos años, con precios que han pasado de niveles máximos históricos a mínimos impactantes. En 2022, el precio del hidróxido de litio llegó a los $85,000 por tonelada métrica, pero para 2024, se desplomó a apenas $11,930, una caída que refleja el exceso de oferta y la desaceleración en la demanda de baterías para vehículos eléctricos (EV). Según analistas de Benchmark Mineral Intelligence, esta volatilidad ha sido exacerbada por un aumento significativo de la producción, así como por un cambio en las expectativas del mercado de EV, particularmente en China y Europa.

Uno de los factores clave de este desplome ha sido el surgimiento de una mayor oferta, incluyendo la minería artesanal en África, que ha inundado el mercado con litio de bajo costo. Según la consultora CRU, los mineros artesanales en países como Nigeria y Zimbabue representaron casi dos tercios del suministro de litio de África en 2023, lo que ha afectado directamente la viabilidad económica de muchas operaciones más formales. Este exceso de oferta, combinado con un crecimiento más lento en las ventas de vehículos eléctricos puros, ha presionado los precios del litio a la baja.

Menor demanda de vehículos eléctricos puros

El auge de los vehículos eléctricos parecía imparable hace tan solo unos años, con ambiciosas proyecciones de crecimiento global. Sin embargo, el mercado ha mostrado signos de desaceleración, particularmente en el segmento de los EV totalmente eléctricos. En China, las ventas de vehículos híbridos enchufables crecieron un 90% en abril y mayo de 2024, mientras que las de EV puros solo aumentaron un 10%. Este cambio de tendencia no solo afecta a los productores de vehículos eléctricos, sino también al mercado del litio, ya que muchos vehículos híbridos utilizan baterías de hidruro de níquel, que no requieren litio.

El freno en la demanda de EVs también está vinculado a la falta de infraestructura de carga suficiente. En Europa y Estados Unidos, el llamado “ansia de autonomía” ha frenado la adopción de vehículos eléctricos puros, ya que muchos consumidores prefieren los híbridos para evitar problemas de carga. Esta tendencia, combinada con la todavía alta diferencia de precios entre los EV y los automóviles de combustión interna, ha debilitado la demanda de baterías de litio, lo que contribuye a la caída de precios.

¿Qué sigue para el mercado del litio?

A pesar de la caída actual, el mercado del litio sigue siendo clave en la transición energética global. Las proyecciones a largo plazo siguen siendo optimistas, aunque es poco probable que el mercado vuelva a los niveles explosivos de 2022 en la próxima década. El cambio hacia vehículos híbridos y la necesidad de una infraestructura de carga más robusta son factores que podrían impulsar una recuperación moderada en los próximos años.

Además, el descenso en los precios del litio y otras materias primas para baterías ha comenzado a reducir los costos de producción de las baterías, lo que podría ayudar a acelerar la adopción de vehículos eléctricos a medida que los precios de las baterías vuelvan a caer. Según la Agencia Internacional de la Energía, el precio de los paquetes de baterías de iones de litio aumentó un 7% entre 2021 y 2022, pero ahora está descendiendo nuevamente a medida que los precios de los insumos caen.

A medida que el mercado del litio se ajusta a su nueva realidad de precios más bajos, se están sembrando las semillas para el próximo repunte, aunque es probable que sea menos espectacular que el boom de 2022. La volatilidad histórica del litio sigue presente, pero con la expansión de la movilidad eléctrica y la inevitable transición energética global, el papel del litio sigue siendo fundamental en las décadas por venir.