Los 5 mitos más comunes de los coches eléctricos
Los coches eléctricos son víctima de algunos conceptos erróneos. Descúbrelos y aprende por qué la movilidad eléctrica está en pleno crecimiento.
Los coches eléctricos presentan numerosas ventajas respecto a un vehículo de combustión interna. Entre otras cosas, son ecológicos, eficientes y tienen un bajo coste de uso. A pesar de ello, hay cierto desconocimiento hacia esta forma de movilidad que puede ocasionar un rechazo injustificado. Aquí os detallamos los 5 mitos más comunes sobre los coches eléctricos:
1. Los coches híbridos y eléctricos son lo mismo
Aunque esto no es algo que piense todo el mundo, sí hay cierto desconocimiento al respecto. Los coches eléctricos están compuestos únicamente por un motor eléctrico que se alimenta de una batería. Por su parte, el vehículo híbrido incorpora un motor de combustión (gasolina o diésel) que viene acompañado por un pequeño motor eléctrico y una batería. El propulsor eléctrico recicla la energía cinética generada en las frenadas para transformarla en electricidad. Esta electricidad es usada posteriormente al conducir en modo eléctrico, normalmente en áreas de velocidad reducida.
2. Los coches eléctricos son caros
Aunque es cierto que el precio de compra de un coche eléctrico es más elevado que el de un vehículo de combustión de características similares, hay ciertas razones por las que un coche eléctrico puede acabar saliéndote más barato que su homólogo tradicional. Para empezar, los EV cuentan con incentivos como el plan VEA que abaratan su precio de salida hasta en 8.000 euros. A lo anterior habría que sumarle ciertos incentivos fiscales (no pagan impuesto de matriculación) y otras ventajas (aparcamiento gratuito en la ciudad).
Pero sin lugar a dudas el mayor ahorro de un coche eléctrico lo encontramos en los costes de utilización (la energía eléctrica es hasta cuatro veces más barata que la gasolina o el diésel) y en los costes de mantenimiento (el motor de un coche eléctrico tiene muchos menos elementos mecánicos, por lo que sus revisiones son mucho más baratas).
3. El sonido inexistente de un coche eléctrico es peligroso
Todos hemos escuchado alguna vez aquello de “los coches eléctricos no se oyen venir, son un peligro para los peatones”. Es importante tener en cuenta que la Unión Europea obliga a los fabricantes a dotar a sus coches eléctricos con un sonido de motor artificial para que sean percibidos por los viandantes.
Aquí podemos escuchar por ejemplo el zumbido artificial del Renault Zoe:
4. Encontrar un cargador para coches eléctricos es una quimera
Hace unos años, las estaciones de recarga eran escasas y muy distantes entre sí. Pero hoy en día, ya contamos con más de 131.000 estaciones de carga en toda Europa. Los grandes centros comerciales suelen ofrecer puntos de recarga en sus instalaciones por ejemplo. Además, la forma de identificar la localización de un punto de recarga se ha vuelto mucho más sencilla e intuitiva gracias a las múltiples aplicaciones (para smartphone) que ofrecen los fabricantes a sus usuarios.
5. Los coches eléctricos solo tienen sentido en la ciudad
Los coches eléctricos son a menudo considerados como vehículos puramente urbanos. La falta de infraestructura de recarga y su poca autonomía les penalizan a la hora de hacer largos viajes. Pero hay que tener en cuenta que los coches eléctricos de hoy en día puede recorrer hasta 500 km con una sola carga.
Además, los coches eléctricos de primera generación requerían de unas 8-10 horas para su recarga completa. Mientras que los coches eléctricos de hoy en día ya ofrecen diferentes velocidades de carga: lenta, rápida o acelerada. Hay coches que pueden reabastecer su energía al 80 % en solo 30 minutos.
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