Manipulación climática: Cómo cambiar la narrativa puede impactar la acción ambiental
Exploramos cómo la evolución de la comunicación y narrativa sobre el cambio climático ha influido en la percepción pública y las acciones ambientales, destacando la importancia de reformular estos mensajes para un impacto positivo.
En la lucha contra el cambio climático, las palabras tienen poder. Analizamos cómo las narrativas manipuladas por grandes emisores han moldeado la opinión pública y la acción ambiental. Desde la COP28 hasta la «carta de descarbonización» de la industria petrolera, observamos cómo reframing la crisis climática con términos precisos y urgentes puede cambiar la conversación y fomentar acciones significativas. Este artículo destaca la importancia de ser críticos con el lenguaje utilizado en el discurso climático y la necesidad de desmantelar marcos engañosos comúnmente usados en la comunicación sobre el clima.
Narrativas engañosas y su impacto
Las empresas con altas emisiones de gases de efecto invernadero, como las compañías de petróleo y gas, han utilizado históricamente narrativas que minimizan el calentamiento global. Estos marcos de comunicación han influido significativamente en la opinión pública y el comportamiento, favoreciendo a los intereses de estas industrias. Un claro ejemplo es la Carta de Descarbonización del Petróleo y Gas presentada en la COP28, donde las grandes petroleras se comprometieron a lograr emisiones netas cero en sus operaciones para 2050, pero sin planes de reducir la producción, que representa la mayor parte de sus emisiones totales.
Esta práctica de enmarcar positivamente las acciones de los grandes emisores ha llevado a que incluso los ambientalistas más comprometidos caigan inadvertidamente en estas trampas retóricas. La vigilancia y el discernimiento sobre el lenguaje utilizado en el discurso climático se vuelven fundamentales para desmantelar estas narrativas engañosas y promover una comunicación más honesta y efectiva.
Reformulando la narrativa del cambio climático
La elección de términos en la comunicación sobre el cambio climático es estratégica y tiene un profundo impacto cognitivo. Por ejemplo, el término «cambio climático», introducido por Frank Luntz, un experto en comunicación del Partido Republicano de EE.UU., ha reemplazado gradualmente a «calentamiento global». Este cambio, lejos de ser casual, fue una elección deliberada para usar un término más neutral y menos urgente.
Empresas de alto impacto como ExxonMobil han adoptado esta estrategia, utilizando términos como «riesgo climático» y palabras que expresan incertidumbre como «podría» o «posible», sugiriendo que el calentamiento global no es una realidad confirmada. Esta táctica, similar a la empleada por la industria tabacalera para desmentir los daños del tabaco, ha contribuido a desviar la atención del debate climático hacia la discusión sobre la existencia y gravedad del cambio climático en lugar de centrarse en soluciones efectivas.
Narrativa del reciclaje de plásticos y greenwashing
La industria del petróleo y el gas, incluida ExxonMobil, ha promovido activamente la idea de que los plásticos pueden reciclarse, a pesar de que la mayoría no son reciclables y el reciclaje avanzado no es económicamente viable. Esto ha llevado a una falsa percepción de que los plásticos no son dañinos ya que pueden ser reciclados, ocultando así el verdadero impacto ambiental de su producción.
El término «huella de carbono«, popularizado por British Petroleum (BP), es otro ejemplo de cómo las grandes emisoras han desplazado la responsabilidad del cambio climático hacia los individuos. Este enfoque en la acción individual, en lugar de en las prácticas corporativas, ha sido una estrategia efectiva para desviar la atención de las acciones necesarias a nivel empresarial.
Conciencia lingüística en el activismo climático
La comprensión y el análisis crítico de estas narrativas engañosas son esenciales para un activismo climático efectivo. Es vital reconocer y desmantelar los marcos retóricos utilizados por las industrias de alto impacto ambiental, que a menudo minimizan la gravedad de sus actividades y trasladan la responsabilidad a los consumidores. Los consumidores deben evaluar crítica y conscientemente las campañas de sostenibilidad, proyectos y productos, investigando las instituciones detrás de estas iniciativas y su verdadero impacto ambiental.
Las reglas de comunicación climática que deben considerarse incluyen evitar culpar, criticar o juzgar el comportamiento de los demás, ya que esto puede causar resistencia u oposición. Presentar un escenario pesimista podría resultar en que otros ignoren el problema por completo. En lugar de centrarse únicamente en las pérdidas, es importante enfatizar lo que se puede salvar mediante la inversión en mitigación y adaptación climática.
Al utilizar el lenguaje de manera estratégica, los individuos pueden desafiar a las empresas por sus prácticas engañosas y contaminantes, asegurando que la situación del planeta se describa de una manera que impulse la acción necesaria en lugar de alejar a las personas. La conciencia lingüística y la elección cuidadosa de palabras son herramientas poderosas en la lucha contra el cambio climático y para fomentar un futuro más sostenible.
Comentarios cerrados