Mercedes-Benz cancela el proyecto del GLC F-Cell, el SUV FCEV
El Mercedes-Benz GLC F-Cell es un SUV eléctrico que cuenta con una batería de combustible de hidrógeno para generar la energía que usa
Los fabricantes de coches sondean y experimentan en la nueva era de la automoción electrificada con diferentes fórmulas que les permitan conocer la aceptación de los clientes de uno producto u otro producto.
Así, diferentes marcas han apostado de lleno por los coches con baterías eléctricas, los conocidos como por sus siglas como, BEV del inglés Battery Electric Vehicle es decir, los coches eléctricos 100 por 100.
Otros, han sondeado la opción del vehículo eléctrico pero desde el almacenaje y utilización del hidrógeno como fuente de energía eléctrica. De esta forma, los FCEV o Fuel Cell Electric Vehicle se han convertido en una alternativa a los coches con baterías eléctricas dentro de un segmento animado, en exclusiva, por electricidad.
Como ya te contamos en el artículo que aborda cómo es el repostaje de un coche con pila de combustible de hidrógeno, el tiempo y el procedimiento de reabastecimiento del tanque de gas es similar al de un coche con motor de combustión alimentado por gasolina o gasóleo, el problema que, en gran medida, lastra a este tipo de vehículo, habida cuenta de su elevado precio, es la falta de gasineras o estaciones de distribución de hidrógeno.
Adiós al El Mercedes-Benz GLC F-Cell
Sea como fuere, Mercedes-Benz parece decidida a cortar el proyecto que ponía a disposición de ciertos usuarios mediante un contrato de arrendamiento las unidades fabricadas del Merecdes-Benz GLC F-Cell, el SUV con pila de combustible de hidrógeno que, desde 2018, servía como banco de pruebas en la vida real de esta tecnología.
Con un motor de 160 kW, equivalentes a 218 CV, y una autonomía de hasta 400 km, la capacidad de almacenamiento de hidrógeno, le permitían ser uno de los coches eléctricos más interesantes del mercado, algo que no ha sido suficiente en cualquier caso.
Sea como fuere, aunque este programa estaba solo disponible para Alemania, la marca de la estrella ha tomado la decisión de recabar todas las unidades los ejemplares del GLC F-Cell que habían sido alquiladas con el objetivo de poner fin a este experimento.
En cierto modo, las similitudes con el caso del GM EV1, el primer coche eléctrico de General Motors y uno de los mayores fracasos en la historia de los coches más sostenibles que acabó siendo prácticamente incautado a sus usuarios y todas las unidades, salvo contadas excepciones, fueron destruidas algo que recogió la película Quién mató al coche eléctrico.
Esperemos que los Mercedes-Benz GLC F-Cell no tengan un final tan trágico y, al menos, sirvan como ejemplos, en el museo de la marca, de una nueva era basada en unos combustibles más sostenibles que los tradicionales.
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