Mercedes-Benz dice NO a los combustibles sintéticos

Lo dice el “jefe” de Mercedes-Benz en materia de desarrollo técnico, Markus Schäfer, en una entrevista reciente a la revista inglesa Autocar: los combustibles sintéticos no son una opción viable para la automoción. Así de rotundo.

Según Schäfer, su prioridad absoluta es la electrificación. Y a la hora de desarrollar nuevas plataformas, ya lo hacen pensando en vehículos eléctricos. El argumento de Schäfer es que la mejor forma de utilizar la energía que puedas tener disponible en grandes cantidades es almacenarla directamente en una batería.

Mejor almacenar la electricidad que producir e-fuel

Desde el punto de vista de Schäfer, no tiene sentido utilizar energía eléctrica en un proceso para producir combustibles sintéticos, si puedes almacenarla en una batería para usarla en un coche eléctrico, porque es mucho más eficiente lo segundo. Por ello, en Mercedes-Benz no creen que los combustibles sintéticos lleguen a la industria de la automoción, “al menos en los próximos 10 años”, afirma Schäfer, que sí ve más posible una aplicación en otras industrias, como la aeronáutica.

Gasolina y diésel sintéticos: el combustible del futuro para reducir emisiones

Los combustibles sintéticos jugarán un papel clave en los próximos años en la reducción de emisiones de CO2, y alargarán la «vida» de los coches con motor de combustión

Mientras tanto, otros fabricantes, como el Grupo Volkswagen sí trabajan en el desarrollo de combustibles sintéticos, a pesar de su apuesta por la electrificación.

Audi ha puesto en marcha con éxito plantas de producción de metano sintético en Alemania, y trabaja desde 2017 en la producción de gasolina y diésel sintético. McLaren también está investigando en un combustible sintético que ofrezca un balance neutro de emisiones de CO2. Y Mazda sigue su investigación para producir combustibles sintéticos a partir de microalgas.

Al fin y al cabo, hasta que se implante completamente el coche eléctrico, seguiremos viendo crecer las ventas de vehículos híbridos, en los que el motor de combustión sigue siendo un componente principal. Y si se desarrollan combustibles sintéticos, también beneficiarán las emisiones de los coches híbridos.

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