Muertes por calor extremo aumentan un 117% en EE. UU. desde 1999, según informe
Un informe de JAMA revela que las muertes relacionadas con el calor en EE. UU. han aumentado un 117% desde 1999, con más de 21,500 fallecimientos registrados.
Las olas de calor récord en EE. UU. han provocado un alarmante aumento del 117% en las muertes relacionadas con el calor desde 1999, según un informe reciente publicado por la revista Journal of the American Medical Association (JAMA). El estudio, que analiza datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), muestra que más de 21,500 personas han muerto debido al calor extremo en las últimas dos décadas. Los investigadores advierten que, a medida que las temperaturas continúan aumentando por el cambio climático, estas cifras seguirán en ascenso, afectando gravemente la salud pública en todo el país.
Un aumento alarmante impulsado por el cambio climático
El informe publicado por JAMA resalta una tendencia preocupante: las muertes relacionadas con el calor han mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años, reflejando el impacto directo del cambio climático en la salud pública. En 1999, se registraron 1,069 muertes por calor en Estados Unidos, pero para 2023, esa cifra había aumentado a 2,325, marcando un incremento del 117%. Este aumento no es solo una estadística; representa miles de vidas perdidas debido a las olas de calor cada vez más intensas y frecuentes que azotan el país.
Antes de 2016, las cifras de muertes por calor fluctuaban anualmente, con picos notables en 2006 y 2011. Sin embargo, desde entonces, el número de muertes ha mostrado un crecimiento constante, lo que indica un patrón de agravamiento en los impactos del calor extremo. Los investigadores señalan que, a medida que las temperaturas globales siguen en ascenso, es probable que esta tendencia continúe, poniendo en riesgo a un número cada vez mayor de personas, especialmente aquellas en zonas vulnerables y con menos recursos para enfrentarse a las altas temperaturas.
La urgencia de mitigar los efectos del calor extremo
El informe de JAMA no solo subraya la gravedad de la situación, sino que también hace un llamado a la acción para mitigar los efectos del calor extremo. Los investigadores recomiendan que las autoridades locales en las áreas de alto riesgo inviertan en la expansión del acceso a centros de hidratación y edificios con aire acondicionado, especialmente en comunidades vulnerables donde las olas de calor pueden ser mortales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda esta urgencia, destacando que el estrés por calor es la principal causa de muertes relacionadas con el clima. A medida que las olas de calor se vuelven más frecuentes, prolongadas y severas debido al cambio climático, la necesidad de implementar medidas preventivas se vuelve cada vez más crítica. No solo el calor extremo puede causar golpes de calor y agotamiento por calor, que pueden ser fatales, sino que también ejerce una presión significativa sobre el corazón y los riñones, lo que puede llevar a complicaciones graves y muerte.
Además, el calor extremo tiene el potencial de desencadenar apagones y interrumpir servicios de salud esenciales, exacerbando aún más los riesgos para la población. Este verano, en particular, ha sido un ejemplo alarmante, con más de 130 millones de estadounidenses bajo alertas de calor en julio y 15 récords nacionales de calor quebrados desde el comienzo del año.
La combinación de temperaturas récord y el aumento de las muertes relacionadas con el calor subraya la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar la magnitud de esta crisis climática y sus costos humanos.
Enfrentando una crisis climática en aumento
El impacto del cambio climático en la salud pública se está volviendo cada vez más evidente en Estados Unidos, donde las temperaturas están aumentando a un ritmo más rápido que el promedio global. Un informe del gobierno estadounidense del año pasado advirtió que el país está enfrentando «consecuencias cada vez más perjudiciales» debido a la crisis climática, con impactos que afectan a todas las regiones.
Mitigar esta crisis es una tarea urgente, como lo destaca la OMS, que insiste en la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de las temperaturas y, por ende, la magnitud de los daños a la salud humana. A medida que los episodios de calor extremo se vuelven más comunes, se hace imprescindible que los responsables políticos y la sociedad en su conjunto actúen con determinación para proteger a las comunidades más vulnerables y prevenir futuras tragedias. La situación es crítica y las vidas de miles de personas están en juego.
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