¿Necesita un coche eléctrico llantas de 23 pulgadas?
Cada vez hay más propuestas de coches eléctricos que, como el Audi AI:ME, equipan llantas más propias de SUV deportivos de alta gama. Pero, ¿es una cuestión de diseño o realmente son necesarias?
El Audi AI:ME que la marca de los cuatro aros ha llevado este año al CES de Las Vegas es un innovador prototipo de coche eléctrico que destaca por muchos aspectos, si lo analizamos tecnológicamente. Pero hay uno que no pasa en absoluto desapercibido: sus llantas de 23 pulgadas de diámetro, más grandes incluso que de las de Audi Q8, que lleva de serie llantas de 20 pulgadas.
Pero en el caso del Audi AI:ME, unas llantas tan grandes no responden a una necesidad de equipar neumáticos anchos que proporcionen un alto agarre en conducción deportiva. De hecho, más bien es al contrario: el prototipo eléctrico de Audi está concebido inicialmente para funcionar durante mucho tiempo en modo de conducción autónoma.
Por ello, los neumáticos que equipa tienen una anchura de 195 mm, más propia de un compacto convencional equipado con llantas de 15 pulgadas. Las ruedas del AI:ME tienen unas dimensiones de 195/40, mientras que el mencionado Q8, sin ir más lejos, utiliza neumáticos en medidas hasta 285/45, con dos pulgadas menos de diámetro de llanta.
¿Por qué entonces montar unas llantas de 23 pulgadas? ¿Es simplemente una cuestión estética? La explicación es compleja en el fondo, pero tiene una lógica aplastante. Y no, no se trata de una cuestión únicamente de cara a la galería. Ver coches de propulsión eléctrica con llantas muy grandes es algo cada vez más común en prototipos que se presentan en los salones del automóvil… y podría llegar a serlo cada vez más también en los coches de calle.
Un precursor: el BMW i3
Por su propia concepción, en un coche eléctrico hay tres factores clave en los que las llantas y los neumáticos juegan un papel determinante: la resistencia a la rodadura, el ruido y la aerodinámica. Aquí puedes ver algunas claves a la hora de elegir los mejores neumáticos para un coche eléctrico.
Es fácil entender que un neumático estrecho ofrecerá siempre menos resistencia a la rodadura que uno más ancho, además de hacer menos ruido y de mejorar la superficie frontal. Pero… ¿qué justificación tiene entonces utilizar llantas inusualmente grandes, como por ejemplo hace BMW en el BMW i3?
Efectivamente, el coche eléctrico de BMW utiliza unos neumáticos 195/70-19. Esto al igual que sucede en el mencionado Audi AI:ME, es muy poca anchura y mucho perfil en relación al diámetro de la llanta. Incluso en la versión más deportiva, el BMW i3s sigue siendo así, con neumáticos 175/55 delante y 195/50 en el eje trasero. Aunque aquí con llantas de 20 pulgadas.
Pero como decíamos, no es un tema esencialmente estético. Tiene su explicación técnica: los motores de los coches eléctricos ofrecen mucho empuje (par motor) de forma instantánea prácticamente desde el arranque. Y unas ruedas de gran diámetro no solo permiten aprovechar mejor esta cualidad a la hora de transmitir el par motor al asfalto, especialmente en coches como los eléctricos.
Además, permiten que el coche alcance una velocidad máxima a la que no llegaría utilizando ruedas de menor diámetro. Recuerda que, salvo en casos concretos como el Porsche Taycan, los coches eléctricos no necesitan de una caja de cambios como tal, y funcionan con una única relación de transmisión.
Llantas grandes y coches eléctricos: la clave no es sólo el precio
Ten en cuenta que, a mayor diámetro de la rueda, más metros se recorren por cada giro de la misma para una relación de transmisión determinada, Y el régimen máximo de giro del motor es el que es. Para ello se necesita un aporte de par motor muy alto desde bajas revoluciones, lo cual consiguen los coches eléctricos.
No sucede así en los vehículos con motor de combustión, en los que la ruedas de gran diámetro obligarían a la transmisión a soportar mayores esfuerzos, debido a la diferencia existente entre la desmultiplicación a la salida del diferencial y las revoluciones a la que gira el motor.
Bien es cierto que desde el lanzamiento al mercado del BMW i3, no hay muchos fabricantes que se hayan sumado a esta apuesta por neumáticos estrechos en llantas de gran diámetro para sus coches eléctricos de calle. Algo que también tiene su explicación.
Unas llantas así, y no digamos los neumáticos, de medidas inusuales, tienen un coste que puede ser asumible en un coche de carácter exclusivo como el BMW i3. Pero esto no sería rentable en coches de planteamiento más popular, perdiendo por un lado más de lo que se gana por el otro.
Hay que tener en cuenta que esto complicaría y encarecería la producción, sobre todo en la nueva generación de coches eléctricos que, como el caso del Peugeot e-208, comparte base técnica y línea de montaje –incluyendo ruedas, frenos, anclajes de suspensión, etc– con las versiones de motor de combustión.
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