La niña ya está aquí: ¿reducirá el calentamiento global?
La Niña ha comenzado, pero su efecto enfriador sobre el planeta será limitado, según expertos, debido a la influencia continua del cambio climático.
La fase fría del fenómeno El Niño, conocida como La Niña, ha comenzado a desarrollarse este verano, según la Organización Meteorológica Mundial. Aunque este fenómeno climático natural provoca fluctuaciones de temperatura y cambios en la atmósfera, su impacto en el enfriamiento global será limitado. Los expertos advierten que sus efectos no pueden separarse de los del cambio climático, y se espera que las temperaturas sigan siendo altas en muchas regiones del mundo.
Efectos globales de La Niña
La llegada de La Niña, la fase fría del ciclo El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), ha captado la atención mundial. Este fenómeno climático, conocido por causar fluctuaciones en las temperaturas del océano Pacífico ecuatorial y cambios en la atmósfera, es monitoreado de cerca debido a su impacto en el clima global. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha pronosticado que La Niña se desarrollará durante el verano y el otoño, con un 70% de probabilidad de que se establezca plenamente para agosto.
A nivel global, La Niña suele provocar un enfriamiento moderado de la temperatura media en superficie, en contraste con el aumento de temperaturas asociado con El Niño. Sin embargo, Álvaro Silva, climatólogo de la OMM, señala que el impacto de La Niña será limitado en el contexto del calentamiento global persistente. “Podemos esperar una ligera disminución de la temperatura respecto a lo que pasaría sin La Niña, pero no será relevante”, afirma Silva. Este enfriamiento temporal no compensa la tendencia general de calentamiento que ha sido particularmente intensa en los últimos años.
Impacto regional y fenómenos extremos
El impacto de La Niña varía significativamente según la región. En América Latina, una de las áreas más afectadas por el binomio El Niño-La Niña, se esperan condiciones climáticas contrastantes. Mientras que las regiones más al sur de Chile y Argentina podrían experimentar temperaturas más frescas, se anticipa una reducción en las precipitaciones en las zonas centrales de Bolivia y Brasil. Este patrón climático podría agravar las condiciones de sequía en áreas ya vulnerables, afectando negativamente la agricultura y el suministro de agua.
Además, La Niña influye en la actividad ciclónica. Según el Centro Nacional de Huracanes de EE. UU., existe un 85% de probabilidad de que la temporada de huracanes del Atlántico sea más activa de lo normal este año. Este aumento en la actividad se atribuye no solo a La Niña, sino también a las altas temperaturas del agua superficial en el Atlántico, que favorecen la formación y el fortalecimiento de huracanes.
Perspectivas a corto y largo plazo
La duración e intensidad de La Niña son factores críticos que aún están envueltos en incertidumbre. Aunque generalmente La Niña tiende a durar más que El Niño, la variabilidad de estos fenómenos dificulta las predicciones a largo plazo. Silva menciona que mientras es probable que La Niña se mantenga hasta finales de año, no está claro cómo evolucionará en 2025. “Existen incertidumbres alrededor de la fuerza y la duración del próximo evento de La Niña”, explica.
La relación entre el cambio climático y La Niña también complica las predicciones. A pesar de que no hay consenso científico sobre cómo el cambio climático influye en la frecuencia e intensidad de estos fenómenos, está claro que sus impactos se están intensificando. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), los efectos de La Niña y El Niño se ven exacerbados por el calentamiento global, resultando en eventos climáticos más extremos y frecuentes.
Consecuencias para el futuro
El inicio de La Niña plantea preguntas importantes sobre el futuro del clima global. A pesar de su efecto enfriador temporal, el cambio climático sigue siendo la fuerza dominante que moldea las condiciones meteorológicas a largo plazo. Los últimos nueve años han sido los más cálidos registrados, subrayando la necesidad urgente de abordar las causas subyacentes del calentamiento global. La Niña, aunque significativa, es solo una pieza en el complejo rompecabezas del clima mundial.
En los próximos meses, los científicos continuarán monitoreando el desarrollo de La Niña y su interacción con el cambio climático. Es esencial comprender estas dinámicas para mejorar la capacidad de adaptación y mitigación ante eventos climáticos extremos. La combinación de fenómenos naturales y cambio climático exige una respuesta global coordinada para proteger comunidades vulnerables y asegurar un futuro sostenible para todos.
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