Pfizer se retira de la carrera por la píldora antiobesidad

Alberto Noriega     14 abril 2025     5 min.
Pfizer se retira de la carrera por la píldora antiobesidad

Pfizer abandona su píldora contra la obesidad tras señales de lesión hepática, complicando su lucha por competir con Novo Nordisk y Eli Lilly.

Pfizer ha detenido el desarrollo de su prometedora píldora para la obesidad danuglipron tras detectarse una posible lesión hepática en un paciente durante ensayos clínicos. Aunque el afectado se recuperó rápidamente y estaba asintomático, el incidente fue suficiente para que la farmacéutica detuviera uno de los proyectos clave en su estrategia de diversificación post-COVID. El abandono de danuglipron asesta un golpe a los planes del CEO Albert Bourla de disputar el dominio de Novo Nordisk y Eli Lilly en el mercado GLP-1, cuya proyección solo en EE. UU. alcanza los $73 mil millones para 2034. Con este revés, Pfizer se ve obligada a recalibrar su enfoque en un negocio que no deja margen para errores.

Pfizer frena tras una señal de alerta

El motivo detrás del abandono fue una señal preocupante: un caso de posible daño hepático en un paciente que participaba en el ensayo de optimización de dosis del danuglipron. Aunque la afección fue reversible y el paciente no presentó síntomas clínicos, la elevación en las enzimas hepáticas fue suficiente para que Pfizer evaluara el riesgo-beneficio del fármaco como desfavorable.

No es la primera vez que Pfizer enfrenta este tipo de obstáculos en la vía GLP-1: en 2023 también suspendió el desarrollo de lotiglipron, otro candidato oral que mostró problemas hepáticos en fase 1. En ambos casos, las preocupaciones sobre la seguridad han truncado los esfuerzos de la compañía para ofrecer una alternativa oral competitiva a los populares inyectables de Novo Nordisk (Wegovy, Ozempic) y Eli Lilly (Mounjaro, Zepbound).

Bourla, bajo presión pero sin rendirse

El CEO Albert Bourla había apostado fuerte por convertir la lucha contra la obesidad en un nuevo pilar estratégico para Pfizer, especialmente tras el auge financiero generado por su vacuna contra el COVID-19. Como parte de su plan de transformación, Bourla concretó la compra de Seagen por $43 mil millones en 2023 para reforzar la división oncológica, y ha prometido mantener a la farmacéutica “muy activa” en el campo del metabolismo y el control de peso.

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Pese a los tropiezos, Pfizer no abandona por completo el área GLP-1. Aún mantiene en desarrollo temprano otros candidatos, como el PF-07976016, un activador oral del receptor GIP que actualmente se encuentra en fase 2. Además, la farmacéutica explora mecanismos distintos al GLP-1 para diferenciarse en un mercado donde la eficacia, la tolerancia y la facilidad de administración serán determinantes.

Bourla también ha implementado un plan de ahorro de más de $4 mil millones, mientras enfrenta presión creciente de inversores activistas que cuestionan su agresiva estrategia de inversión. Aún así, su visión permanece intacta: crear una cultura de metas ambiciosas capaces de transformar el valor de Pfizer a largo plazo.

Un mercado que no espera

La competencia por el mercado global de pérdida de peso no solo es feroz: se acelera. En este contexto, cada retraso cuesta miles de millones. Solo en EE. UU., los analistas proyectan que el segmento GLP-1 alcanzará los $73 mil millones en 2034, y ya está dominado por Novo Nordisk y Eli Lilly, que juntas concentran cerca del 70% de las ventas actuales.

La farmacéutica danesa Novo Nordisk lidera con sus inyectables Wegovy y Ozempic, mientras Eli Lilly avanza con Mounjaro y su prometedor orforglipron oral, que ha mostrado pérdidas de peso superiores al 12% en ensayos de fase 2. Además, gigantes como Roche, Amgen, AstraZeneca y Viking Therapeutics se posicionan agresivamente con adquisiciones y desarrollo de fármacos combinados y orales de nueva generación.

En este ecosistema competitivo, Pfizer ha perdido terreno, y su ausencia en el corto plazo del segmento oral GLP-1 podría otorgar ventaja definitiva a sus rivales. La velocidad en los desarrollos, la consistencia de resultados y la gestión del perfil de seguridad se han convertido en criterios claves para conquistar un público cada vez más receptivo a las terapias médicas contra la obesidad.

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La promesa rota de una píldora milagrosa

El gran atractivo de danuglipron era su formato: una píldora diaria que podría reemplazar las inyecciones, ofreciendo la misma eficacia sin agujas. Pero la seguridad es la línea roja que ni siquiera los productos estrella pueden cruzar. Y en un sector tan regulado y mediático, una alerta temprana puede significar el final inmediato.

Para Pfizer, el abandono de danuglipron no es solo una decisión médica: es un revés estratégico. Un golpe a su narrativa de innovación post-pandemia y una pausa obligada en su camino hacia la reinvención terapéutica. Más aún, podría enfriar el entusiasmo de los accionistas, que esperaban un producto capaz de competir de tú a tú con el “nuevo oro” de la industria farmacéutica.

Pero no todo está perdido. Pfizer sigue teniendo recursos, portafolio, y —sobre todo— tiempo para reposicionarse. Aunque el camino se ha vuelto más empinado, las oportunidades siguen latentes en mecanismos alternativos, alianzas estratégicas o incluso futuras adquisiciones.

Cuando el mercado pesa más que la ciencia

La batalla por la píldora contra la obesidad no es solo científica, es financiera, cultural y política. Las empresas que logren ofrecer soluciones eficaces, seguras y fáciles de tomar —preferiblemente en forma oral— dominarán no solo el mercado, sino también la conversación sobre salud pública en las próximas décadas.

El abandono de danuglipron demuestra que, en este mercado, ni siquiera los gigantes tienen garantizado un asiento en la mesa. El umbral de tolerancia es mínimo. Los errores, costosos. Y los rivales, despiadadamente eficientes.

Para Pfizer, el mensaje es claro: el futuro del control de peso no se puede improvisar. No basta con tener una pastilla prometedora. Se necesita visión, rigor clínico, y una ejecución sin fisuras. Porque aquí, como en la biología, sobrevive el más apto. Y el más rápido.

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