El plástico llega a la mente: Niveles de microplásticos en el cerebro se disparan

Alberto Noriega     13 febrero 2025     5 min.
El plástico llega a la mente: Niveles de microplásticos en el cerebro se disparan

Un estudio revela un alarmante aumento de microplásticos en cerebros humanos desde 1997. La contaminación plástica avanza más rápido de lo esperado, con posibles efectos en la salud.

La presencia de microplásticos en el cuerpo humano es un problema creciente, pero un nuevo estudio publicado en Nature Medicine ha revelado un hallazgo particularmente inquietante: los niveles de micro y nanoplásticos en el cerebro humano han aumentado drásticamente en las últimas décadas. El análisis de muestras de autopsias realizadas entre 1997 y 2024 mostró un crecimiento constante de la contaminación en el tejido cerebral, así como en el hígado y los riñones. La investigación también detectó concentraciones seis veces mayores de microplásticos en los cerebros de personas con demencia, aunque los científicos advierten que esto no implica necesariamente una relación causal. A medida que el uso del plástico sigue en ascenso, los investigadores subrayan la urgencia de comprender los efectos que estas partículas podrían tener en la salud neurológica y general.

Microplásticos en el cerebro: un problema en crecimiento

El estudio, dirigido por el profesor Matthew Campen en la Universidad de Nuevo México, examinó tejidos de 28 personas fallecidas en 2016 y de 24 personas que murieron en 2024. Los resultados fueron contundentes: la concentración de microplásticos en los cerebros de 2024 era significativamente mayor que en los de 2016. Para reforzar el análisis, los científicos ampliaron su investigación con muestras de individuos que murieron entre 1997 y 2013 en la costa este de Estados Unidos, confirmando una tendencia al alza en la contaminación plástica en el cerebro humano.

El plástico predominante encontrado en el tejido cerebral fue polietileno, el material más común en bolsas de plástico y envases de alimentos y bebidas. En promedio, representaba el 75% del total de plásticos detectados. Las partículas presentes en el cerebro eran principalmente fragmentos y escamas a escala nanométrica, lo que sugiere que podrían haber atravesado barreras biológicas clave, como la barrera hematoencefálica, que protege al cerebro de sustancias potencialmente tóxicas.

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Una contaminación que afecta a todo el cuerpo

Los hallazgos de este estudio refuerzan la creciente preocupación por la presencia de microplásticos en el organismo humano. Estas partículas han sido detectadas en sangre, médula ósea, semen, placenta, leche materna y ahora en el cerebro. Aunque sus efectos exactos en la salud siguen sin estar completamente claros, investigaciones previas han sugerido que los microplásticos pueden bloquear vasos sanguíneos en cerebros de ratones, provocando daños neurológicos.

Un análisis reciente también encontró una relación entre niveles elevados de microplásticos en la placenta y nacimientos prematuros. Esto respalda la hipótesis de que estas partículas podrían estar interfiriendo en procesos biológicos clave, aunque todavía es necesario investigar cómo afectan específicamente al cerebro humano.

Dudas y advertencias de los expertos

A pesar de los resultados preocupantes, algunos científicos han advertido sobre las limitaciones del estudio. El profesor Oliver Jones, de la Universidad RMIT en Australia, subrayó que el número de muestras era relativamente bajo y que el análisis de partículas tan pequeñas sin contaminación externa sigue siendo un desafío. Esto significa que los datos deben interpretarse con cautela hasta que puedan replicarse en investigaciones más amplias.

Por otro lado, la profesora Tamara Galloway, de la Universidad de Exeter, destacó que el hallazgo es coherente con el aumento exponencial de la producción y el uso de plásticos en las últimas décadas. En los últimos ocho años, los niveles de microplásticos en el cerebro han crecido un 50%, lo que sugiere que una reducción de la contaminación ambiental por plásticos también podría disminuir la exposición humana.

¿Cómo llegan los microplásticos al cerebro?

Las vías de entrada de los microplásticos en el organismo humano incluyen el agua potable, los alimentos y la inhalación del aire contaminado. Estas partículas pueden viajar por el torrente sanguíneo y, al ser lo suficientemente pequeñas, podrían atravesar la barrera hematoencefálica, que normalmente protege el cerebro de toxinas y patógenos.

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Sin embargo, aún quedan muchas preguntas sin resolver: ¿cómo afecta esta contaminación a la función cerebral a largo plazo? ¿Podrían los microplásticos estar vinculados a enfermedades neurológicas? Los científicos insisten en la necesidad de ampliar las investigaciones para determinar si existe un impacto directo en la salud y cómo podría mitigarse esta contaminación.

Un llamado a la acción

Los investigadores del estudio advierten que, dado el ritmo acelerado de la contaminación plástica en el medioambiente, es urgente comprender sus posibles efectos en la salud humana. La presencia de microplásticos en el cerebro, un órgano clave para la función vital y la cognición, debería ser motivo de gran preocupación y un incentivo para regular la producción y el uso de plásticos de manera más estricta.

Los expertos también sugieren que las innovaciones en la reducción de la contaminación plástica podrían ser cruciales para disminuir la exposición humana. Desde materiales biodegradables hasta normativas más estrictas sobre envases de plástico, los cambios en el uso del plástico podrían tener un impacto directo en la salud pública.

A medida que se acumulen más datos sobre esta forma de contaminación invisible, la comunidad científica y los reguladores enfrentarán una creciente presión para tomar medidas concretas. Lo que antes era una preocupación ambiental ahora se está convirtiendo en una crisis sanitaria en potencia, y el cerebro humano podría estar pagando el precio de nuestra dependencia del plástico.

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