¿Por qué un coche eléctrico no es una buena opción para remolcar una caravana?
Salvo contadas excepciones, como es el caso del Tesla, Polestar y los SUV premium, no es una buena idea pensar en un coche eléctrico para tirar de un remolque. Te contamos por qué.
Los motores de los coches eléctricos tienen un par motor elevado disponible casi desde el mismo momento en el que pisas el acelerador. Y por lo general, unas baterías situadas en una posición que favorece un centro de gravedad en posición baja y un buen reparto de pesos.
Sobre el papel, técnicamente, por estos motivos un coche eléctrico podría ser incluso una mejor opción para remolcar una caravana que un coche con un motor de combustión. Sin embargo, es difícil encontrar coches eléctricos homologados para instalar una bola de remolque. Y en los que se pueden la capacidad de remolque es notablemente inferior que en sus hermanos con motor de combustión.
¿Cuál es la razón? Sencillamente, que los fabricantes no homologan sus coches eléctricos para tirar de un remolque. Y los que lo hacen tienen muy en cuenta la limitación de los sistemas de propulsión eléctrica ante la exigencia que supone arrastrar una remolque.
La capacidad de remolque en los coches eléctricos
Claro que la cosa está cambiando. En su concepción original, un coche eléctrico como un Nissan Leaf o un Renault ZOE estaba diseñado para ciudad o para recorridos cortos. Homologarlo para que pudiera tirar de un remolque no era una prioridad.
Tesla, que parece ir siempre un paso por delante en lo referido a coches eléctricos, fue de los primeros fabricantes en ofrecer un coche de este tipo homologado para tirar de un remolque con el Model S. Y llegaron nuevos contendientes, como los SUV de Audi, Mercedes y Jaguar. O como Polestar. Precisamente ahora que el Polestar 2 está a punto de llegar al mercado, la marca anuncia una capacidad de remolque líder en su categoría, con 1.500 kg.
En el caso de los SUV, sí podría esperarse que los clientes demandasen la posibilidad de equipar una bola de remolque. Así lo entendió Audi, que homologa el Audi e-tron con una capacidad de remolque de 1.800 kg. Pero para que te hagas una idea, un Q7 e-tron 50 TDI puede tirar de 3.500 kg, más del doble. Si buscas un coche eléctrico que pueda acercarse a esa cifra, solo encontrarás uno: el Tesla Cybertruck.
¿Cuál es la razón de la limitación en los coches eléctricos al tirar de una caravana?
Pues para empezar, el peso. Hay que tener en cuenta que un coche eléctrico ya pesa más que un coche equivalente con motor de combustión, debido a las baterías. Esto hace que las suspensiones, los neumáticos, los frenos… todo esté sometido a un trabajo más exigente. Si le vas a añadir la misión de remolcar una caravana, tienes que sobredimensionar primero todo lo demás. Y eso tiene un coste.
Otro factor tiene que ver con el sistema de frenada regenerativa que utilizan los coches eléctricos. Como sabrás, este sistema básicamente se encarga de convertir la energía cinética en eléctrica, y devolverla hacia la batería durante las frenadas. En un coche eléctrico es normal contar con distintos niveles de frenada regenerariva, muchos incluso gesionados desde el propio pedal del acelerador, como el e-Pedal de Nissan, o el del BMW i3. Levantar ligeramente el pie del acelerador genera un efecto de frenado que, en el caso de un coche tirando de una caravana, resulta más difícil de gestionar, al tener que manejar cantidades de energía cinética muy superiores, que pueden provocar daños al sistema de propulsión.
Luego está el tema de la gestión térmica. Los esfuerzos a los que se somete el sistema eléctrico al tirar de un remolque, en especial subiendo una pendiente o cuando la temperatura exterior es elevada, no solo pueden provocar lecturas de autonomía erróneos y picos de carga indeseados, sino que aumentan enormemente la degradación de la batería.
Por último, la autonomía. Tirar de una caravana, en función del tipo y del peso, puede requerir el doble de energía durante un recorrido tipo frente a circular sin remolque, debido al peso, a la resistencia a la rodadura, al coeficiente de arrastre y a la aerodinámica. En un coche con motor de combustión puedes parar a repostar. En un eléctrico, lo que podría ser un viaje sin tener que parar a cargar la batería, podría requerir una parada intermedia… y con la caravana a cuestas.
Alternativas al eléctrico: híbrido enchufable… o turbodiésel
En definitiva, si quieres tirar de algo más que un carro para transportar bicis o motos, por ejemplo una caravana o de un remolque grande, y estás pensando en un coche eléctrico, debes estar dispuesto a hacer un desembolso económico muy grande… o cambiar de tercio.
Una buena opción puede ser un híbrido enchufable como el Mitsubishi Outlander PHEV, que puede arrastrar 1.500 kg. Te moverás en modo eléctrico en ciudad o en recorridos cortos diarios, y contarás con el respaldo del motor de combustión, que llevará todo el peso (nunca mejor dicho) a la hora de repostar.
Y si no, ya sabes, un buen turbodiésel.
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