Promesas insuficientes y tensiones globales: los resultados de COP29 en Bakú
COP29, celebrado en Bakú, planteó ambiciosas metas de financiación climática, pero dejó insatisfechos a muchos. ¿Fracaso o avance?
COP29, la «cumbre de las finanzas climáticas,» concluyó en Bakú con un acuerdo de $300 mil millones anuales hasta 2035, lejos de los $1.3 billones demandados por países vulnerables. Entre avances como un mercado global de carbono y renovados compromisos sobre metano, y controversias por la influencia de 1,773 cabilderos de combustibles fósiles, la cumbre destacó tanto éxitos como profundas divisiones sobre el futuro del multilateralismo climático.
Financiación climática: ¿un avance insuficiente?
Uno de los principales objetivos de COP29 era definir el Nuevo Objetivo Cuantificado Colectivo (NCQG) que reemplazará al compromiso de $100 mil millones anuales alcanzado con retraso en 2022. Tras largas negociaciones, se acordó aumentar el objetivo a $300 mil millones anuales para 2035. Sin embargo, este monto fue ampliamente criticado, especialmente por países en desarrollo que exigen «billones, no miles de millones» para abordar las consecuencias del cambio climático.
Delegados de naciones insulares y países menos desarrollados calificaron la cifra como «insultantemente baja.» India, liderada por Chandni Raina, expresó su rechazo al acuerdo, señalando que no satisface las necesidades de adaptación ni mitigación necesarias para su supervivencia. Aunque el texto final incluye una hoja de ruta hacia un objetivo más ambicioso de $1.3 billones, los detalles sobre fuentes de financiación y plazos permanecen vagos, dejando incertidumbres significativas sobre la capacidad de cumplir con las promesas.
Fósiles: el elefante en la sala
A pesar de las crecientes demandas para una transición acelerada hacia energías limpias, la cumbre mostró pocos avances en la reducción de combustibles fósiles. Un grupo de 25 países, incluidos la Unión Europea, India y China, se comprometió a no construir nuevas plantas de carbón sin tecnologías de captura de carbono. Sin embargo, la influencia de países productores de petróleo como Arabia Saudita obstaculizó menciones significativas sobre la eliminación progresiva de combustibles fósiles en el texto final.
El hecho de que COP29 fuera organizada por Azerbaiyán, un petroestado, aumentó la controversia. Grabaciones filtradas mostraron a un funcionario de alto nivel facilitando acuerdos de petróleo y gas durante el evento, lo que generó críticas de organizaciones como Amnistía Internacional. Además, la presencia de 1,773 cabilderos de la industria petrolera exacerbó las tensiones sobre la coherencia de estas cumbres con la urgencia climática.
Mercados de carbono: un avance esperado
COP29 logró finalmente operacionalizar el mercado global de carbono bajo el Artículo 6 del Acuerdo de París, un hito esperado desde hace una década. Este sistema permitirá a países y empresas intercambiar créditos de carbono por proyectos como la reforestación y la conservación de ecosistemas, ofreciendo una vía para reducir emisiones de forma más eficiente.
Aunque el acuerdo fue descrito como un «avance crítico,» la falta de transparencia en su adopción, apresurada el primer día de la cumbre, generó desconfianza entre los delegados. Críticos argumentan que este tipo de acuerdos rápidos pueden socavar la credibilidad del proceso COP, pero reconocen que, si se implementa correctamente, el mercado de carbono podría acelerar la acción climática en sectores clave.
Compromisos con el metano y la pérdida y daño
Treinta países, responsables de casi la mitad de las emisiones globales de metano provenientes de desechos orgánicos, reforzaron su apoyo al Pacto Global de Metano lanzado en COP26. Sin embargo, la falta de respuestas a las 1,200 notificaciones de fugas importantes de metano detectadas en los últimos dos años subraya la brecha entre compromisos y acción real.
En cuanto a pérdida y daño, se confirmó un fondo con aportes iniciales de $759 millones, una cifra que, aunque simbólica, fue calificada como insuficiente por los más afectados. La ausencia de criterios claros para el acceso y el uso de estos fondos refleja el desafío de convertir promesas en soluciones concretas para las comunidades más vulnerables.
Controversias y el futuro de las COP
La organización de COP29 en Azerbaiyán generó críticas sobre los criterios para seleccionar sedes. Activistas señalaron que tres petrostates consecutivas, incluyendo Emiratos Árabes y Egipto, han liderado las últimas cumbres, socavando su legitimidad. La carta de figuras clave como Ban Ki-moon y Christiana Figueres exige reformas estructurales, incluyendo criterios más estrictos para elegir anfitriones y mayor protagonismo de los países en desarrollo en las negociaciones.
Mientras algunos cuestionan si las COP aún son útiles, otros señalan que su principal logro es mantener la conversación global activa. El reto, como señaló la científica Katharine Hayhoe, no está solo en alcanzar acuerdos, sino en garantizar que estos se traduzcan en acción tangible y financiamiento efectivo para los más vulnerables.
Camino a Belém: ¿qué esperar?
Con Brasil como próximo anfitrión en 2025, COP30 tiene la difícil tarea de recuperar la confianza en el proceso. Esto incluirá implementar la hoja de ruta hacia $1.3 billones anuales, garantizar la operatividad del fondo de pérdida y daño, y abordar la eliminación de subsidios a combustibles fósiles.
El presidente de COP29, Mukhtar Babayev, reconoció los desafíos que deja la cumbre: «No es momento para celebraciones; necesitamos redoblar esfuerzos.» A medida que el cambio climático avanza, el éxito de las COP dependerá de su capacidad para adaptarse y responder a la escala de la crisis, no solo con palabras, sino con compromisos vinculantes y acciones reales.
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