Prueba: Mercedes-Benz EQV, la electricidad se sube a una gama con mucha clase
Manteniendo sus puntos fuertes y mejorando su respuesta y eficiencia energética, la prueba del Mercedes-Benz EQV demuestra que la electrificación es un plus
Resulta interesante poder valorar cuán diferente es un mismo modelo en su variante con motor tradicional respecto del que equipa un propulsor eléctrico. Por suerte, a veces se da esta oportunidad y, con el tiempo como factor esencial, es posible poner en una balanza si realmente la electrificación es un paso adelante o solo una excusa. Para el caso de la prueba del Mercedes-Benz EQV, el vehículo de hasta 8 plazas ahora con la electricidad como fuente energética exclusiva y principal, es la variante 100 por 100 eléctrica del Mercedes-Benz Clase V que ya tuve el placer, en todos los sentidos, de conducir en abril de 2019 para nuestra página hermana Highmotor.
Por eso, ponerme al volante del, digamos, Mercedes-Benz Clase V eléctrico era realmente interesante, de entrada, atendiendo a las diferencias.
La evolución de la Clase V
Como es obvio, el gran aliciente y distinción es su conjunto motriz: equipando un propulsor eléctrico de 150 kW, lo que supone una equivalencia a 204 CV, la batería, que para los interesados, a pesar de que el vehículo se ensambla bajo el sello «Fabricado en España», en concreto en la planta de Daimler en Vitoria, es originaria de China, del fabricante CATL, dispone de 100 kW, 90 útiles, lo que le dispone de una autonomía en ciclo combinado de 357 km y de hasta 487 en ciclo medio-bajo, siempre bajo el protocolo WLTP.
Como referencia, en una toma de corriente alterna trifásica de 11 kW, recargaría el total de su capacidad en 10 horas, en uno monofásico de 7,4 requeriría unas 12 y, en cuanto a la carga rápida, en corriente continua y 110 kW necesitaría 45 minutos para pasar del 10 al 80 por ciento de autonomía, lo que le permitiría recorrer otros 320 km con esta citada carga.
Volviendo a lo que resalta como novedad, antes de iniciar la prueba del Mercedes-Benz EQV, desde el equipo de la firma se nos detalló que, como vehículo eléctrico que es, cuenta con una gestión de regeneración energética con hasta 5 programas donde aparecía como novedad el D auto, capaz de regular, en función del análisis de la navegación GPS y la información del entorno donde se circula, el grado de regeneración de electricidad mientras se circula.
Igualmente, el sistema de información y entretenimiento MBUX incorpora un apartado específico donde se informa de, tanto consumo, como administración, disposición y otros servicios relacionados con la naturaleza de esta variante del Mercedes-Benz Clase V eléctrico.
Junto con la técnica, una inspección visual antes de dar por comenzada la prueba del Mercedes-Benz EQV nos permite ubicar al toma de carga, entre el faro, de fondo oscurecido en esta variante, por cierto, y la rueda del lado de quien conduce, igualmente, en los flancos, aparecen los logotipos EQV, destaca el juego de llantas exclusivas de 17 pulgadas de diámetro así como el acabado de la zaga donde el equipamiento AMG aporta, de serie, el toque distintivo de este monovolumen.
Ya dentro del vehículo, habida cuenta de la citada incorporación de la tecnología que se maneja desde la posición del conductor, el vehículo es un calco al de motor térmico, incluso, en cuanto a su disponibilidad de carga: exactamente el mismo volumen de maletero que las versiones con bloques de gasóleo a pesar de contar con un esquema eléctrico, en cualquier caso generoso, enorme, para un uso de hasta una familia de 3, ideal para una de 5 miembros o polivalente para un profesional encargado del transporte de pasajeros como lanzadera hasta un aeropuerto
De hecho, dada esta condición, además de reforzarse el eje trasero, la carrocería se eleva 2 cm respecto de las de motor tradicional, algo que, solo podría distinguirse de tener ambas opciones delante y que ligeramente influyen a la hora de acceder o salir del vehículo.
Y es que, desde cualquiera de sus plazas, la altura al suelo un factor a tener en cuenta ya que, sobre todo, desde los asientos individuales de las dos líneas salvo la trasera que cuenta con una banqueta para 3 ocupantes, el resto viaja en esta unidad cedida para la prueba del Mercedes-Benz EQV como si del sofá de su casa se tratara. Algo que permite disfrutar de una independencia, confort y espacio insuperable.
El ambiente es elegante, sobrio pero acogedor, no hay grandes lujos más allá del diseño del salpicadero y de los integrantes de un conjunto frente a las dos plazas delanteras que mantiene la línea estilosa y exuberante del resto de modelos de Mercedes-Benz a pesar de tratarse de una furgoneta de uso familiar o profesional.
El equilibrio entre una tradición y la evolución
Y es que, si bien este vehículo se disfruta en cualquiera de sus plazas, es desde la que comanda la conducción donde realmente se aprecian los cambios en el comportamiento que permiten asegurar que esta evolución como vehículo eléctrico es todo un acierto y que bien merece la pena compensar si se baraja la compra entre ésta o la opción diésel.
Respecto del manejo, con 4 configuraciones disponibles, desde la estándar C de Comfort, la prueba del Mercedes-Benz EQV arranca sin ruidos, en sigilo, con la calma que supone el contar con un motor eléctrico que, en silencio sabes que dará todo su potencial cuando lo exijas, por ejemplo, cuando se activa el modo S, Sport, en el que todo el poderío del propulsor se transmite al eje motriz, al delantero, y entonces no echas en falta, en absoluto, el aporte del combustible fósil.
Además, según el tipo de viaje o uso del vehículo, están disponibles los modos Eco y Eco+ que restringen comodidades en favor de la eficiencia y aumento de la disponibilidad de la energía eléctrica durante mayor recorrido.
Así, al inicio del test, con una temperatura exterior que invitaba a climatizar el generoso interior del Mercedes-Benz EQV 300 dispuesto, el sistema MBUX accedió a mi petición, mediante comandos de voz, de aumentar hasta 22 la temperatura.
Además, dado el recorrido de la prueba, centrado en recorrer las calles más ilustres de Madrid con una temporalización destinada a uso urbano y un kilometraje superior en vía rápida, aunque no de altas velocidades, el consumo medio durante el test se situó en 36 kWh, una marca superior al medio homologado por la marca pero, lógicamente, resulta coherente atendiendo al entorno de la conducción realizada.
Respecto de su respuesta, es significativo el cambio, a bien, de esta furgoneta respecto de su melliza de gasóleo. Además de ser muy ágil en giros tangenciales, muestra un gran aplomo y dinamismo en curvas rápidas y prolongadas, habida cuenta del ya citado aporte que supone disponer de una respuesta inmediata del motor, sobre todo en modo Sport.
Valoración y precio del Mercedes-Benz EQV
El precio del que parte el Mercedes-Benz Clase V eléctrico es desde 78.904 euros a los que es posible descontar descuentos y promociones vigentes equivalentes a los del Plan Moves. Un desembolso, que según la marca, puede ser compensando, respecto de la compra de la variante diésel a tenor del ahorro mensual que supone contar con las ventajas de adquirir un coche con etiqueta CERO en impuestos, peajes, aparcamientos y consumo energético.
Lo que es innegable es que, entre la versión térmica y la eléctrica, el dinamismo que aporta la segunda es un plus que bien merece la pena ser valorado y pagado que se suma a las ya disfrutadas cualidades que se replican y que la prueba del Mercedes-Benz EQV nos demostró que mantiene este vehículo de alta ocupación de la nueva era de la movilidad sostenible.
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