Prueba: Opel Corsa eléctrico, al volante de un coche que aspira a ser un referente
Ponemos a prueba el Opel Corsa eléctrico, un coche que buscar entrar en el top de los más vendidos y, por su relación calidad-precio, tiene muchas opciones
No puedo negar que ponerme al volante y poder hacer la prueba del Opel Corsa eléctrico era una de mis prioridades.
Desde el momento que conocimos de su, entonces, próxima fabricación, como Opel Corsa-e, junto con su emparentado Peugeot e-208, es uno de los coches eléctricos de nuevo cuño que más ganas tenía de conducir. Algo que por fin he hecho.
Así, nos presentamos en las, me sigue resultando raro, instalaciones de Opel en PSA Villaverde, Madrid. Allí, los coches nos aguardan y la unidad pintada en un discreto gris me espera para iniciar el test.
Visto su exterior, no cabe duda: el Opel Corsa-e es prácticamente idéntico a sus hermanos con motores tradicionales, tanto es así que, solo el distintivo situado en los pilares B y en el portón del maletero, una e minúscula, junto con el exclusivo juego de llantas, diferencian al que cuenta con el motor de la nueva era.
Una imagen calcada a la de los térmicos, tanto incluso como que su parrilla es la misma que en los otros, algo que no suele ocurrir entre modelos en sus versiones con motores de gasolina o diésel y los eléctricos.
Una vez dentro, me fijo en el salpicadero. Es bonito. Sin rimbombancias ni excentricidades, sencillamente actual y de líneas y diseño agradable a la vista y al tacto. Solo la inclinación de la pantalla del sistema de información y entretenimiento queda un tanto inclinado y haya que mover el tronco hacia adelante en algunos casos, pero todo es correcto.
Incluso la tapicería del coche, en tela, sin alardes al lujo, muestra un carácter, como se suele decir, germano. El techo luce un tapizado claro en conjunto con algunas de las costuras que lucen los paneles de las puertas dando más de luz a un interior predominantemente negro.
Tanto como el cuadro de instrumentación, digital y de serie en los 2 acabados del Opel Corsa-e (Edition-e y Excellence-e) no da ningún tipo de señal de vida hasta que se pulsa el botón de encendido, que no arranque, del coche.
La conducción del Opel Corsa-e
Ajustada la altura y la distancia del asiento al pedalier, el volante a mi gusto y visualizando la información de la citada pantalla, los retrovisores y hasta la ruta en el navegador, abrocho mi cinturón y mi mano derecha viaja hasta la D en la palanca y selector del cambio.
Un suave silbido acompaña la marcha a baja velocidad, el coche parece desplazarse en un halo de misticismo que acompaña tan sonido, ya característico, de los coches eléctricos.
La ruta de la prueba del Opel Corsa eléctrico tiene un alto porcentaje de tránsito por zona urbana, cerca de un tercio, tanto es así que, prácticamente y, hasta el primer punto de reunión y descanso, es todo por vías urbanas o, como mucho, tramos entre poblaciones a baja velocidad.
Entonces, analizo el comportamiento en población de este coche: es ágil, gira bien, sobre todo, en calles e intersecciones con ángulos rectos que trazar y se mueve con soltura en calles estrechas y en maniobras a baja velocidad.
Me fijo en el indicador de uso de electricidad: es muy fácil compensar el uso de la energía gastada en movimiento con la recuperación de la misma, gracias al sinfín de resaltos, pasos de peatones, semáforos, glorietas… conducir en ciudad dando descanso al freno es más que factible, solo cuando hay que detener el coche es necesario pisarlo, el resto del tiempo, con anticiparse levantando el pie del acelerador en vez de apurarlo hasta la detención, el balance energético en ciudad se acerca al neutro en esta parte de la prueba del Opel Corsa eléctrico.
Llegamos al punto de reunión habiendo circulado pocos kilómetros por vía fuera de poblado.
Allí nos cuentan las bondades y características de este coche, tanto en la técnica como en la realidad. Sin ahondar en cuestiones que ya hemos dado cuenta en los textos propios de su descripción, destaco unos datos sueltos:
- más de 300 kg de aumento de peso respecto del nuevo Opel Corsa con el más próximo en potencial pero de menos CV.
- más rápido que el GS de la anterior generación en aceleración en parado
- menos de 340 km de autonomía, homologados en modo Normal, de los 3 disponibles, lo cual supone que, para alguien que vaya siempre en modo ECO, es posible que los pueda superar
- un precio de más de 30.000 euros pero que, con todas las ayudas y descuentos aplicados, se queda en menos de 23.000. Buen precio entonces.
Continuamos la marcha, la caravana de coches recorre tramos más rápidos y el Opel Corsa-e se muestra algo basculante en cambios de dirección rápidos, pero no es su cometido.
Su función es ser un utilitario generalista de la nueva era de la movilidad sostenible, por eso es cómodo en su conducción, se puede circular rápido sin miedo, primero, a la infundada creencia de que 337 km de autonomía son pocos, depende para qué y de dónde se hagan, y, segunda, que los coches eléctricos son lentos, para nada.
De hecho, me llama la atención que, en una incorporación a vía rápida, donde el resto de vehículos entiendo que supera los más de 100-120 km/h, circulando yo desde los 60 máximos permitidos en la vía de servicio y activando previamente el modo Sport, ya que tiene algo de demora su selección con la entrada en acción de su activación, el coche coge velocidad de manera endiablada, tanto que da la sensación que las gomas no son capaces de gestionar el potencial.
En movimiento, la insonorización del coche es destacable, solo la rodadura y el aire siendo atravesado son testigos de un coche discreto, sobrio y que, en su modestia, tiene como virtud que así lo asuma la mayoría.
La habitabilidad y su relación calidad-precio
Tomo la salida próxima al siguiente punto de encuentro y me detengo para hacer algunas fotos y a tomar algunas notas en la soledad de una zona residencial desangelada en pleno estío.
Las plazas traseras, ajustados ambos asientos delanteros a mi altura (1,80 m) no me permiten demasiadas alegrías. Las rodillas quedan muy próximas y los pies encajonados.
Homologado para 5 viajantes, pero entiendo que mejor 4, y si adultos, mejor que mejor que sean de tallaje menudo, para disfrutarlo más y viajar más cómodos, sobre todo detrás ya que, delante, nada compromete la comodidad. Es más, al no contar con el volante, el copiloto puede, incluso sentir mayor libertad que el conductor.
El maletero no es excesivamente grande pero está muy bien aprovechado. Es profundo y su configuración en forma de caja vacía permite alojar, por ejemplo, una maleta de tamaño intermedio y, sin duda, el batiburrillo de bolsas de la compra, mochilas escolares o bolsas del gimnasio del día a día, sin problemas.
Pienso en los poco casi 23.000 euros que, por la coyuntura que vivimos, es posible comprar un Opel Corsa eléctrico.
Me parece un precio razonable, más si tenemos en cuenta el precio de los coches que prescinden de los motores térmicos y el equilibrio que muestra este coche entre lo que ofrece y lo que puede llegar a valer, si se cumplen las exigencias para optar a recibir todas las ayudas públicas.
Puede que sea un buen momento para que, quien se plantee comprar un automóvil eléctrico, lo haga ya y, qué duda cabe que, echando un vistazo al precio de los automóviles eléctricos más asequibles, o, en concreto, al del coche eléctrico más barato del momento, sin desmerecer en absoluto, el Opel Corsa-e, se postula como un firme candidato a entrar en el top 3 de los coches eléctricos más vendidos, sino el que más, y por méritos propios en el que, qué duda cabe, un precio nada descabellado hace mucho.
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