El renacimiento nuclear enfrenta su mayor reto: ¿Qué hacer con el combustible gastado?

Alberto Noriega     28 octubre 2024     6 min.
El renacimiento nuclear enfrenta su mayor reto: ¿Qué hacer con el combustible gastado?

El renacimiento de la energía nuclear en EE. UU. enfrenta un gran desafío: gestionar miles de toneladas de combustible gastado, sin una solución de almacenamiento permanente a la vista.

A medida que el sector nuclear de EE. UU. se prepara para revivir reactores antiguos y construir una nueva generación de plantas para satisfacer la creciente demanda energética, el tema del almacenamiento del combustible gastado sigue siendo una barrera importante. Con empresas como Constellation Energy firmando acuerdos con gigantes tecnológicos como Microsoft para suministrar energía a data centers y proyectos de inteligencia artificial, la necesidad de una solución para gestionar los residuos nucleares es más urgente que nunca. Actualmente, EE. UU. cuenta con más de 92.500 toneladas de combustible nuclear gastado distribuidas en plantas nucleares de todo el país, y ese número sigue aumentando en unas 2.000 toneladas cada año.

El plan inicial para gestionar estos residuos era almacenarlos en Yucca Mountain, Nevada, en un sitio subterráneo permanente. Sin embargo, ese proyecto fue cancelado durante la administración de Barack Obama debido a presiones políticas. En su lugar, el Departamento de Energía de EE. UU. ha recurrido a lo que se conoce como «siting basado en consentimiento», es decir, buscar lugares dispuestos a aceptar los residuos. Este proceso, sin embargo, ha avanzado lentamente y aún no ha dado resultados tangibles.

El desafío de gestionar el combustible gastado

El problema es particularmente preocupante porque alrededor de 40.000 toneladas del combustible gastado en EE. UU. se almacenan en piscinas de enfriamiento que requieren energía constante. Esto plantea riesgos, como el que se temía tras el desastre de Fukushima en Japón, cuando se creía que las piscinas de almacenamiento podrían sobrecalentarse tras el tsunami que cortó el suministro eléctrico de la planta nuclear. Aunque las piscinas de Fukushima finalmente no se vieron afectadas, el incidente reveló la vulnerabilidad de este método de almacenamiento. En EE. UU., la mayoría del combustible gastado ya ha sido trasladado a contenedores secos, una solución más segura que no requiere electricidad, pero sigue siendo una medida temporal.

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Edwin Lyman, director de seguridad nuclear de la Unión de Científicos Preocupados, advierte que aunque las medidas actuales son seguras, depender de estas soluciones temporales a largo plazo es «absurdo» y que las consecuencias podrían ser peligrosas si no se encuentra una solución permanente. Por otro lado, Matthew Wald, analista energético del Breakthrough Institute, señala que las empresas nucleares tienen un historial sólido en la gestión de estos residuos y que muchos de sus costos son cubiertos por pagos federales debido al fracaso del gobierno en abrir un sitio de almacenamiento permanente.

El futuro de la industria nuclear y el obstáculo del combustible

A pesar de los avances en la gestión temporal de los residuos, la falta de un sitio de almacenamiento definitivo sigue siendo un obstáculo importante para el futuro de la energía nuclear en EE. UU. Los líderes de la industria, como Constellation Energy, insisten en que toman medidas rigurosas para contener y rastrear cada gramo de combustible gastado en sus instalaciones, y ven la creación de una solución permanente como un factor clave para asegurar que la energía nuclear pueda expandirse a medida que el mundo avanza hacia un futuro más descarbonizado.

El ejemplo de la planta nuclear de Three Mile Island, famosa por el accidente parcial de 1979, ilustra cómo la industria ha adaptado sus operaciones. Todo el combustible gastado de la planta ha sido trasladado a contenedores secos, y la empresa planea reiniciar la planta como parte de su acuerdo con Microsoft para proporcionar energía. La vacante piscina de enfriamiento ahora ofrece flexibilidad operativa, según Rod McCullum, de la Nuclear Energy Institute.

El renacimiento nuclear en EE. UU. depende, en última instancia, de la capacidad del país para resolver el problema del combustible gastado de manera definitiva. Aunque las soluciones temporales han funcionado hasta ahora, tanto los expertos como el público exigen una solución permanente que permita que la energía nuclear se expanda sin riesgos a largo plazo.

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El camino hacia una solución permanente

A medida que el renacimiento de la energía nuclear en EE. UU. avanza, el desafío de encontrar una solución definitiva para el combustible nuclear gastado sigue siendo un tema crítico. Aunque las soluciones temporales como los contenedores secos han sido eficaces hasta ahora, la presión para resolver el problema de forma permanente crece a la par del desarrollo de nuevas plantas y la ampliación de la capacidad energética nuclear. Con la demanda de electricidad en aumento, impulsada por sectores como la inteligencia artificial, la minería de criptomonedas y los vehículos eléctricos, la energía nuclear se presenta como una opción viable para un futuro bajo en carbono. No obstante, sin un plan claro para gestionar los residuos, los proyectos podrían enfrentar resistencia pública y obstáculos regulatorios.

Actualmente, el enfoque de «siting basado en consentimiento» del Departamento de Energía busca que comunidades voluntarias acepten los residuos nucleares, pero los avances han sido lentos y los acuerdos son difíciles de alcanzar. En Texas, un sitio propuesto para almacenamiento está paralizado por batallas legales, lo que refleja las complicaciones políticas y sociales de encontrar un lugar dispuesto a albergar toneladas de desechos nucleares. El fracaso del proyecto de Yucca Mountain, que fue descartado por la administración Obama bajo presiones políticas, sigue siendo un recordatorio de los desafíos que enfrenta esta industria.

Lecciones internacionales y el papel de la innovación

El reto de gestionar el combustible nuclear gastado no es exclusivo de EE. UU. Países como Francia, que tiene una de las industrias nucleares más grandes del mundo, también enfrentan dificultades para encontrar soluciones de almacenamiento a largo plazo. Francia ha invertido en tecnologías de reprocesamiento de combustible, que permiten extraer materiales valiosos del combustible usado, pero estas soluciones son caras y no eliminan completamente el problema de los residuos. Además, el reprocesamiento no es una opción adoptada en muchos otros países, incluidos EE. UU., debido a preocupaciones sobre la proliferación nuclear.

En el futuro, la innovación tecnológica podría ofrecer nuevas formas de gestionar el combustible nuclear gastado. Empresas como Kairos Power, en colaboración con Google, están explorando reactores de nueva generación que producen menos residuos radiactivos y que podrían facilitar la gestión de los desechos. Sin embargo, estas tecnologías aún están en fases experimentales y su implementación a gran escala podría llevar décadas. Mientras tanto, la industria nuclear sigue lidiando con una paradoja: se presenta como una fuente de energía limpia y eficiente, pero sus residuos radiactivos siguen siendo un obstáculo significativo.

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