Las baterías de estado sólido pueden impulsar el despegue del coche eléctrico en términos de autonomía y velocidad de recarga.
Renault y Airbus colaboran para mejorar las baterías de forma conjunta
Las dos compañías están trabajando de forma conjunta para avanzar en lo que respecta a la movilidad eléctrica y el desarrollo de las baterías.
La colaboración entre empresas de automoción es fundamental para conseguir avanzando en la movilidad eléctrica. Normalmente, cada compañía tiene unos avances importantes que, de compartirlos, puede ayudar a otra a avanzar por su parte. Y así, unas se nutren de otras y los avances se van sucediendo. Pero resulta que si esa colaboración se produce con una empresa de otra industria, estos pueden ser todavía más interesantes.
Es lo que ocurre cuando una compañía de automoción se une a una compañía aeronaútica, el avance puede ser muy eficiente. Renault Group acaba de unir esfuerzos con Airbus, la conocida compañia aeronaútica. Con esta colaboración, ambas empresas van a trabajar para conseguir mejorar el desarrollo de baterías, tanto para coches como para uso en la aviación.
Mejores baterías para 2030
Las tecnologías que utiliza Renault para sus vehículos electrificados serán la base sobre la que trabajarán las dos compañías. El trabajo se centrará en la gestión de la energía y el peso de las baterías. En concreto, quieren que en el año 2030 se consiga duplicar la densidad de las baterías. Pero también su peso, algo que resultará fundamental para su uso en la industria de la aviación.
Para conseguir esto, están investigando el paso de las actuales celdas de las baterías, de iones de litio y funcionamiento químico, a otras de estado sólido. Otro de los asuntos en los quieren avanzar es la duración de las baterías. Estas tendrán un ciclo de vida más elevado, que mejorará los procesos de fabricación, la vida útil durante su presencia en vehículos y el reciclaje.
Con esto, se quiere reducir el impacto medioambiental que provoca la producción de las baterías. Las ventajas de todo esto no solo beneficará a Airbus, que podrá producir baterías que ayuden a la fabricación de aviones eléctricos y híbridos. La industria de la automoción también se beneficiará de estas nuevas baterías, algo en lo que se debe trabajar mucho para cumplir con las fechas impuestas para la movilidad eléctrica total, en 2035.
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